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Javier Juárez, entrenador en la Liga ACB:Lo realmente bonito de ser entrenador es contruir un equipo Javier Juárez, entrenador en la Liga ACB:Lo realmente bonito de ser entrenador es contruir un equipo
Juárez, en un momento de un partido del Urbas Fuenlabrada. ACB Photo / O.Araujo

Javier Juárez, entrenador en la Liga ACB:Lo realmente bonito de ser entrenador es contruir un equipo

El director del Urbas Fuenlabrada dio sus primeros pasos en el baloncesto en Teruel
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Javier Juárez es, desde apenas 10 días, el nuevo entrenador del Urbas Fuenlabrada de la Liga Endesa y ya ha logrado traer la primera victoria de la temporada a un equipo que descansaba en últimas posiciones. El técnico tiene a sus espaldas una gran trayectoria dirigiendo equipos profesionales y sus inicios en el mundo del baloncesto fueron en Teruel, cuando apenas era un crío que volvía a la ciudad que le vio nacer. 
-Hace dos semanas que empezó a entrenar al equipo de baloncesto Urbas Fuenlabrada de la Liga Endesa y su dirección tuvo un estreno por todo lo alto contra el Guipúzcoa, donde ganaron con más de 20 puntos. Un inicio con muy buen pie, ya que el equipo llevaba tiempo sin ganar.
-Sí, la verdad es que nos salió un buen partido. Los jugadores tienen muchas ganas, el hecho de no haber conseguido ninguna victoria e ir últimos hace que tengas muchas ganas de ganar. En mi caso, nada más llegar en cinco días no puede cambiar nada, solo soy un entrenador no un mago. Pero sí que es verdad que intentas dar lo mejor y como llegas con la cabeza limpia, consigues quitar presión y centrarte únicamente en el partido. La verdad es que en este caso salió bien y lo conseguimos. Fue una victoria importante porque es un rival directo y creo que a la larga va a ser clave. Mejor imposible para un inicio. 
-El Fuenlabrada es un equipo ACB con cierta solera. ¿Ha encontrado una plantilla que cubre sus expectativas?
Mis expectativas desde luego. Me he encontrado un vestuario con jugadores jóvenes, muchos debutantes en la Liga que no se comportan como jugadores profesionales, pero se ve que aman este deporte y cada día que van a entrenar disfrutan de lo que hacen y tienen muchas ganas de mejorar. Estoy convencido de que van a dar mucho que hablar los próximos años. 
También hay jugadores veteranos en el equipo que van a ayudar mucho a que crezcan como jugadores y con eso crecerá el equipo. La verdad es que hay muy buena gente y muy buenos profesionales, estoy encantado. Espero que el inicio que hemos tenido sirva para aprender la lectura de partidos y para saber jugar, sobre todo, los partidos importantes. 
-¿Ha tenido ya tiempo de marcarse objetivos para esta temporada?
-Está clarísimo, el objetivo es salvarse. Pensar en otro objetivo sería un error muy grande, porque hasta el sábado el equipo iba último y sin haberse estrenado en victorias. Tenemos que trabajar pensando en que cada partido se pude ganar, que hay que llegar con opciones y si no se puede, hay que seguir creciendo para cuando nos vengan rivales más asequibles. 
-La pandemia está afectado a todas las facetas de la vida. El fútbol profesional no tiene público y parece que no afecta al juego. ¿Pasa lo mismo en baloncesto?
-En Fuenlabrada afecta bastante porque tiene un campo que apoya mucho al equipo. Esta muy cerca de los jugadores y realmente funciona como el jugador número 12. Pero yo creo que los deportistas ahora mismo somos unos privilegiados, podemos hacer nuestro trabajo, nuestra pasión y muchísima gente no puede hacerlo. Esto nos tiene que llenar de responsabilidad para intentar hacerlo lo mejor posible, porque hay muchas personas que no pueden disfrutar y desarrollar su trabajo. Es una razón más para que saquemos lo mejor de nosotros. 
-¿Cómo se plantea el Fuenlabrada enfrentarse a los gigantes Barça y Madrid?
-Yo soy de los que piensa que en un partido todo puede pasar y la historia está llena de ejemplos. Si que es cierto que muchos de los equipos que juegan en ACB son los mejores equipos de Europa y competir contra ellos es casi como hablar de la competición de David contra Goliat. Pero si conocemos esta leyenda es porque David consiguió ganar y la vida nos ha dado muchos ejemplos así para saber que no vamos a dar ningún partido por perdido antes de empezar. Conociendo que las posibilidades son ínfimas y sabiendo que son grandes jugadores, entrenadores y equipos, queremos competir contra ellos porque es una manera muy buena de crecer y, porque no, de dar algún susto a alguno de los grandes Goliat. 
-¿Qué equipos ve capaz de hacerse un renombre esta temporada, a parte de estos gigantes?
-Es una temporada muy atípica por lo que estamos viviendo. Yo creo que todo los años hay sorpresas en la Liga. El año pasado, por ejemplo, hubo equipos como Bilbao, Burgos o Zaragoza que hicieron grandes campañas. Burgos ha empezado el año ganando una competición como la Champions haciendo un gran baloncesto, creo que tiene mucho mérito. Por otro lado, el Juventut Badalona ha configurado una gran plantilla. 
A mí, de momento, los equipos no favoritos que me están gustando más en la competición son el Tenerife, que ha tenido un inicio de competición espectacular con seis victorias y cero derrotas; el Manresa, que con el presupuesto que maneja es de sobresaliente y el Murcia, que también ha empezado la temporada magníficamente. 
-Los refuerzos extranjeros hace tiempo que marcan la diferencia en la Liga. ¿Destacaría usted alguno entre todos los que juegan en ACB?
-El base del Fuenlabrada, Melo Trimble, ahora mismo es el máximo anotador de la competición y es un gran fichaje para el equipo y para el baloncesto español en general. Un jugador con muchísima calidad que llegará muy arriba. Los que han llegado a la Liga nuevos, que no conocemos, y que llamarán mucho la atención son, por ejemplo, Conner Frankamp, el base de Murcia, también me parece un gran jugador que ha sido un acierto para la competición. Luego, Leo Meindl del Fuenlabrada también, un brasileño que dará mucho que hablar en la competición o el debutante Rokas Giedratis de Saski Baskonia. En resumen, creo que son nombres propios de jugadores nuevos en la Liga, pero que su impacto está siendo muy grande y van a crecer mucho. 
-En su periplo como entrenador también dirigió a un equipo de cantera del Real Madrid. ¿Qué es lo que más recuerda de ese tiempo?
-Fue un tiempo inolvidable, estar en, para mí, el mejor club del mundo, en las mejores instalaciones posibles. Estuve tres años, me trataron de maravilla y es algo que te marca de por vida: pertenecer a un club como el Real Madrid. Realmente es un tiempo inolvidable por todo lo que me enseñaron y por todo lo que aprendí. Es algo que me marcó de por vida. 
-¿Qué jugadores entrenó en esa cantera que ahora se han hecho un renombre?
-De mi etapa en el Madrid  muchos jugadores están jugando en profesionales y nombrar alguno sería un poco injusto. Aún así, si tuviera que decir alguno sería, por ejemplo, Dino Radonic del Zaragoza, cedido este año al San Sebastián. Mario Nakic, que también estuvo en la plantilla del Real Madrid la temporada pasada, un jugador que va a dar mucho que hablar en el baloncesto europeo y Melwin Pantzar, que subió al primer equipo. 
Si digo la verdad hay muchísimos, porque en el segundo equipo del Real Madrid son todos unos grandísimos jugadores que vamos a ver en los próximos años en las grandes competiciones. He nombrado esos tres porque pasaron del segundo equipo al primero y es algo muy difícil, pero hay muchos otros. 
-Sus primeros pasos fueron en Teruel en el equipo de baloncesto Caja Rural Teruel Sport. ¿Qué recuerdos tiene de esos primeros pasos en el baloncesto?
-Yo viví en Teruel los primeros seis años de mi vida, porque mis padres trabajaban ahí y nací ahí. Después, nos volvimos a Colmenar Viejo, mi pueblo. Cuando acabé mi periplo de categorías inferiores, surgió la posibilidad de ir a jugar a Teruel. No lo pensé ni un momento porque al haber nacido ahí quería conocer la ciudad y de dónde era. La verdad es que fue un año magnífico. Era muy joven y me crucé con gente increíble. Conocí la ciudad y a su gente y me enseñaron muchas cosas en un año maravilloso. Aún conservo grandes amigos en Teruel y la única pena que tengo es no poder ir más por compromisos profesionales. Pero siempre que puedo intento escaparme, porque jamás olvidaré cómo me trataron. Además, fueron muy gratificantes mis primeros pasos en el baloncesto y en Teruel, porque quería conocer dónde había nacido. Siempre que saco días vuelvo a visitar al Torico, que ya forma parte de mí. 
-¿Volverías a esa época?
-Fue un año muy divertido. Presumo siempre de haber nacido en Teruel porque me encantó. Las raíces siempre están en mí. Ahora, quiero que mis hijos pequeños conozcan la ciudad porque siempre me preguntan. Volvería a esa época seguro, porque estoy muy contento de cómo me ha tratado la vida en lo profesional y en lo personal, y esos son unos recuerdos que me llenan de verdad. 
-¿Cómo diste el paso para pasar de ser ese jugador joven en sus primeros equipos como el Teruel Sport a convertirte en entrenador?
-Para ser sincero, el paso lo di porque ya nadie me quería fichar. Yo hubiese jugado toda la vida, pero me lesioné, tenía 35 años y ya no me querían fichar ni en mi pueblo. Empecé a entrenar precisamente en Teruel, a un equipo de chicas del entonces Sexto de GB. Siempre había compaginado mi carrera como jugador, con entrenar a categorías inferiores y cuando consiguieron convencerme de que dejase de jugar y me pusiese a entrenar pues di el paso. Sobre todo lo hice para seguir compitiendo, seguir cerca del vestuario y porque dentro de las opciones que me quedaban en el mundo del baloncesto, la que más me gustaba era la de entrenador. 
Si digo la verdad, una cosa me ha ido llevando a la otra y aquí he llegado, pero lo importante es que he disfrutado muchísimo en mis comienzos como entrenador en categorías como Liga EBA, LEB Oro, en el Real Madrid y en todo mi camino. 
Cuando llegas a profesionales, ser entrenador ya no se disfruta tanto, ya cuesta y se sufre. Lo que pasa es que el baloncesto es mi vida y ese es un sufrimiento que necesitas. Estoy orgulloso de haber llegado donde estoy, porque desde que me regalaron una pelota tricolor con cinco años en Teruel, el baloncesto se ha convertido en mi pasión. 
-¿Qué es lo que más te gusta de ser entrenador?
-Lo que más me gusta es compartir vestuario y estar cerca de los jugadores. Para mí, lo realmente bonito de esto es llegar a construir un equipo, con lo que significa la palabra equipo. Aprender cada día de todos los aspectos del juego y de la competición. 
-¿Y lo que menos?
-Lo que menos del mundo del baloncesto profesional es que la exigencia y la presión realmente afecta a los equipos y te impide sacar lo mejor de ti. Es la asignatura mayor que se tiene que superar: saber convivir con esa exigencia deportiva y con la pública que afecta en el rendimiento de todos los profesionales. 
Creo que aislarse de todo el ruido y del entorno es lo más complicado en categorías profesionales. Pero, es una asignatura que hay que pasar para llegar arriba. Yo lo conozco muy bien porque he ido desde abajo hasta arriba y he descubierto que la gente que llega a la élite es porque es capaz de convivir con esa presión y exigencia. Existen grandísimos profesionales, tanto jugadores como entrenadores, que no llegan porque esa exigencia les bloquea o, simplemente, no están dispuestos a convivir con ella.