CD Teruel: la realidad tiene su encanto

La primera gran prueba de madurez, personalidad y fortaleza del CD Teruel en esta temporada de regreso a Primera Federación se solventó este domingo con nota, con sobresaliente. Se escribieron ríos de tinta, y se cogieron los capazos del fútbol turolense, con el nubarrón de la realidad, de las derrotas que pusieron al equipo en su teórico sitio. Era demasiado bonito ver al equipo luchando por el liderato de la liga. Había que volver a pisar tierra firme. A sufrir... Menos en el vestuario de Pinilla, en la plantilla de Parras.

Porque para el grupo rojillo esa vuelta a la realidad supuso, simplemente, una buena dosis de información útil. Perder con el Cartagena ante un duro bloque que opuso oficio y solvencia. Caer ante el Torremolinos mereciendo goles pero sometidos a un rival con buen pie para adormecer los partidos. Sucumbir ante el Atleti B bordándolo en la primera parte pero errando demasiado después del descanso. Y recibir otro gol psicológico en Villarreal para, entonces ya sí, soltar los mejores minutos de la temporada, seguro fuera de casa, probablemente en todo el curso.

La computadora de Parras y su equipo convirtió todos esos escenarios feos de fútbol imprevisible y muchas veces contradictorio en una nueva versión mejorada y aumentada de los turolenses, que no sólo reaccionaron tras el gol amarillo, sino que fueron desatando un tsunami ofensivo, por oleadas, que empezó en ataques por banda para agigantarse desde posiciones grises de tres cuartos y voltear el marcador con dos tantos. Uno desde fuera del área, otro a balón parado, que bien pudieron haber sido dos más en remates francos desde el área pequeña. Hubo recursos, pie fino, balón rápido al suelo, lo que los modernos llaman intensidad ofensiva. Modelo centroeuropeo.

Mes y medio de anticipo

Es, en fin, un apunte interesante de cara al futuro que se añade a la gama de matices de un equipo que no abandona su fortaleza defensiva ni su búsqueda del espacio en velocidad, pero que podrá echarse en manos del ataque con balón al pie cuando sea posible y necesario. Regresó el Teruel a la senda de la victoria y los buenos resultados cuando más lo necesitaba y merecía. Enseñó en efecto esa evolución que el entrenador anticipaba imprescindible para responder al crecimiento del resto de los equipos de la liga.

Y, por el camino, los 23 puntos que tiene el equipo suponen, de regalo, anticipar al menos un mes y medio el trabajo necesario para rubricar el objetivo fundamental de la competición, que es la conservación de la categoría. Para empezar, el Teruel de esta temporada ya ha alcanzado las seis victorias, que son las mismas que logró obtener su antecesor en todo el debut en Primera RFEF hace dos temporadas. Estos 23 puntos son, en realidad, bagaje que podría considerarse adecuado de cara al final de la primera vuelta, para la que aún restan cuatro fechas.

Para seguir con la referencia de la anterior presencia del Teruel en esta categoría, en esa campaña 23-24 el equipo no había conseguido esa cantidad de puntos hasta la jornada 26, en mitad de la primera racha victoriosa con la que el entrenador Raúl Jardiel, llegado a mitad de temporada, colocó a los rojillos en el camino de una permanencia que no se confirmó. El Teruel de este año ha conseguido esa misma cosecha diez partidos antes. Con horario adelantado respecto a lo previsto. “Tenemos la oportunidad de seguir sumando antes de que acabe el año”, compromete Vicente Parras. Le respaldan los resultados. Y también el juego.