

Los aficionados turolenses buscan un rodillo desesperadamente
La declaración del estado de alarma cogió por sorpresa a las tiendas, que apenas tenían stockLos rodillos, las bicicletas estáticas o las cintas de correr se han convertido en uno de los bienes más preciados durante el confinamiento. Las medidas de limitación de la movilidad personal incluidas en el decreto de estado de alarma pilló por sorpresa a las tiendas de portes de la provincia de Teruel, que lamentan no haber podido satisfacer al elevado número de clientes que les han llamado en busca de alguno de estos elementos.
A diario “hay clientes que nos llaman para ver si tenemos rodillo”, reconoce Juan Lanzuela, gerente de la tienda especializada en ciclismo de Teruel Ciclos Mudéjar, aunque lamenta que “el mercado está saturado. No hay rodillos por ningún lado”. Lanzuela es de los pocos que logró encontrar algunos de estos aparatos durante la segunda semana de encierro. Al no tener la tienda abierta, los pocos que está logrado arañar a los distribuidores los recibe él en su domicilio desde donde lo vuelve a enviar a la casa de su cliente.
Sin embargo, actualmente “la gente me llama e intento mirar en distintos distribuidores y ninguno tiene nada”, lamenta.
En Alcañiz se vive une escenario parecido. José Ángel Royo, de la tienda Bici Acción era categórico asegurando que estaba “todo agotado. Se ha vendido todo. Y los distribuidores también han agotado sus existencias”, aunque a continuación añadía que algunos de ellos “están fabricando y vamos a conseguir algo (...) para ir sobreviviendo”.
Ángel Saz, de la tienda Biciate, de Teruel, apuntaba que al producirse la epidemia al final del invierno ni las tiendas ni los distribuidores tenían existencias de estas referencias, ya que sus ventas se producen, sobre todo, en otoño e invierno. “A mí, me ha pillado sin rodillos. Tenía uno, se vendió”, reconoce Saz.
Durante la crisis del coronavirus Lanzuela ha podido vender apenas una quincena de rodillos, y se lamenta porque “si hubiera tenido 20 hubiera vendido 20, y si hubiese conseguido 25, pues 25. No pudimos vender más porque tampoco conseguimos más”. Tras vender el que tenía en exposición, en Biciate acumulan una lista de espera de más de quince clientes a la espera de que leguen nuevas unidades, aunque no se espera que ésto se produzca a corto plazo.
Tampoco pudo pedir más Royo, después de vender los tres que tenía la exposición de Bici Acción. “Ya no había”, explica el gerente alcañizano.
La locura por adquirir uno de estos dispositivos se descartó desde los primeros días del confinamiento. “La primera semana fue brutal. La gente creía que íbamos estar (confinado) quince días y para no perder la forma, sobre todo la gente que competía, quería hacer rodillo”, explica el propietario de Ciclos Mudéjar. Una pasión que se ha desinflado en las últimas dos semanas: “La gente está un poco más a la expectativa, porque no se sabe muy bien cuándo saldremos”.
En el Bajo Aragón la locura llegó al mismo tiempo. “En la primera semana, poco más”, confirma Royo, que recuerda que entonces “vendimos los que teníamos aquí”. Ante la rotura de stock del sector, “la gente que no encontraba rodillo se compraba alguna (bicicleta) estática”
Lanzuela explica que el rodillo es “un aparato que quema mucho”, tanto físicamente como desde el punto de vista mental, porque exige un gran esfuerzo en el que apenas descansos. “La primera semana estás con el ansia” de no perder la forma pensando en poder salir al cabo de unos pocos días, pero cuando empezaron a anunciarse las suspensiones de carreras como la Quebrantahuesos, la Purito o la Cicloturista de Cella, “la gente se ha ido desinflando porque no hay ninguna prueba a la vista”. “El problema es que no sabemos cuándo va a terminar. Y si después de terminar, no sabemos si va a haber carreras o cicloturistas, y eso te desmotiva totalmente”, concluye Lanzuela, a caballo entre su faceta empresarial y la deportiva.
Muchos de los clientes que han preguntado en las tiendas de ciclismo por un rodillo son “gente que ya tenía uno antes y buscaba otro de un nivel superior”, generalmente con conectividad Bluetooth o Ant+ para poder vincular la bicicleta con algunas de las aplicaciones deportivas que, Bkool o Zwift, permite interactuar emulando recorridos ciclistas emblemáticos, ajustando la exigencia al desnivel de cada momento. Hacer rodillo es muy monótono, pero si tienes Ant+ o Bluetooth se puede conectar a cualquier función de entrenamientos virtuales que hay en el mercado”, explican desde Ciclos Mudéjar.
Lanzuela confirma que “mucha gente de la que ha adquirido un rodillo lo ha hecho para tener uno más actualizado para poder conectarse a esas aplicaciones”.
Aunque se ha vendido todo lo que había en las tiendas, el tipo de rodillo más solicitado ha sido del rango de precio de en torno a 300 euros. “En ese rango de precio te permiten conectarte a esas aplicaciones y son de aceite, que hacen menos ruido”, explica Lanzuela. Este último punto es importante, sobre todo para los usuarios que viven en un piso y no quiere molestar a los vecinos.
Lanzuela añadía que “ha habido gente que buscaba un modelo más económico, pero lo que había en el mercado era lo que había y no había mucho para elegir. Y eso es lo que se ha comprado”. Los ciclistas bajoaragoneses también se conformaban con “lo que fuera” ante el desabastecimiento de este tipo de producto.