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Francisco Herrero

Lunes, 20 de julio
Saber latín
Ha dado que hablar estas semanas pasadas que el estudio del latín y del griego en Bachillerato vuelve a estar en la cuerda floja. La población del futuro ya no va a saber latín y, casi con toda seguridad, será más maleable.
Yo voy a demostrar esta semana que sé latín. Preveo que no tendré tiempo ni para remecerme, así que voy a tirar de agenda y desempolvar asuntos de calado que por hache o por be se quedaron en el tintero. Que sea leve.

Martes, 21 de julio
Plaga de cotorras
Hace meses decían que en Madrid había una plaga de cotorras sudamericanas. Me estoy dando cuenta que esta frase podría interpretarse como xenófoba. Decían que en Madrid las cotorras se reproducen como conejos. Peor.
Da igual. El Ayuntamiento de Madrid quiere exterminar las cotorras porque son una especie invasora y no dejan dormir al personal. Cuando cursaba bachillerato tenía una compañera a la que llamábamos La Cotorra. Y es que la chavala hablaba mucho. No callaba. Era una cotorra. En cambio, yo no decía ni mu. Imagino que porque era muy tímido. Hoy en día estaría en la onda y me considerarían un nerd. Entonces era simplemente un gilí. ¡Cómo cambian los tiempos! Un día de estos coincidí con ella en una consulta médica y La Cotorra no me dijo nada. Yo tampoco hice ni gesto de saludar. Coexistimos y ya. La Cotorra era una chica muy popular, pero nunca me hizo caso. ¡Uf! Creo que esta frase ha sido muy desafortunada.
Los pajarillos han encontrado un hábitat adecuado en la ciudad y han desplazado a la fauna local. Y yo me pregunto: ¿Qué había en la capital antes de que llegaran las aves foráneas? ¿La urbe no era el crisol de culturas, paradigma del futuro? Pues parece que si molestas, te liquidan.

Miércoles, 22 de julio
Mapa de oportunidades
La Fundación Felipe González ha impulsado un mapa de las oportunidades en España. La idea es analizar si la descendencia ha prosperado en referencia a generaciones anteriores tomando como unidades de estudio los códigos postales, los municipios y las provincias del país. Hoy he encontrado el momento para consultar el mapa y oler cómo nos ha ido en Aguatón y en los pueblos de alrededor.
No hay datos. Ni de Aguatón ni de ninguna localidad cercana. Observo que provincias como Teruel, Guadalajara, Cuenca o Soria tienen más superficie en negro que de colorines. Somos un agujero negro que sugiere interpretaciones varias. Como que no merece la pena el estudio. Como que la gente que se ha quedado es tan mayor que no puede compararse con nadie anterior. Seguro que son apreciaciones propias sin sentido, pero es que no tengo tiempo de investigar más.

Jueves, 23 de julio
Landismo y finlandismo
Tengo un nuevo líder. Santiago Lorenzo publicó Los asquerosos en 2018, donde descubrimos otra manera de ver el mundo rural, y a primeros de mayo de este año lo entrevistó Marta García en La Hora Extra de la Cadena SER. Santiago vive donde hay una cosa muy barata: el espacio. Hace mucho tiempo decidió dejar un céntrico piso en Madrid para irse a vivir a un pueblo de menos de 20 habitantes. El escritor asegura que en la vida que llevaba antes se divertía dilapidando el dinero. Ahora disfruta con la austeridad. Antes gozaba zampándose unos percebes en un restaurante caro. Ahora se deleita cenando un cacho de pan. Y no se le caen los anillos diciendo que lo que hacía antes era guay y que lo que hace ahora también. Hay momentos en que apetece un estilo de vida y otros en los que se aprecia otra manera de vivir.
La entrevista venía a cuento porque estábamos saliendo del confinamiento duro, una decisión oficial acertada, según él. Aunque lo que piensa realmente es que lo importante es hacer cosas porque tú las decides y no por imposición. Vamos, que hay que tener sentido común. Santiago estaba convencido en mayo de que España ha hecho una transición del landismo hacia el finlandismo. Ya no somos el país del incumplimiento y la sociedad viva la virgen. Y por eso hay negocios condenados a desaparecer, como el de las experiencias rurales que poco tienen que ver con el campo o el de las cirugías estéticas por capricho.
A pesar de que Santiago es mi nuevo tótem, discrepo ligeramente. Hay demasiadas empresas interesadas en perpetuar la imagen del landismo, además de mucha gente dispuesta a seguirlas. Creo que vamos a seguir necesitando engullir percebes y ponernos implantes labiales exagerados.

Viernes, 24 de julio
Sello turístico
Me he enterado que el Gobierno de Aragón va a lanzar una línea de ayudas a fondo perdido para las empresas relacionadas con el turismo. Ha hecho falta que pasara medio marzo, abril, mayo, junio y casi todo julio para que se materialicen estas subvenciones. Tendremos que resignarnos y celebrar que más vale tarde que nunca. La adjudicación será por orden de presentación, todo en línea, así que suerte. Será como la compra de entradas para conciertos multitudinarios. Cuando se acabe el dinero, c’est fini.
Pero yo no quiero tratar la carrera para obtener el dinerillo. A mí me interesa recordar cómo se obtenía desde el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo el sello de turismo responsable anti covid-19. El Confidencial publicó hace diez días que poniendo datos inventados en una página de internet oficial destinada al asunto se recibía, sin más comprobación, el certificado de que la actividad desarrollada se ejecutaba de forma responsable.
Pues, sinceramente, yo no necesito ver ningún papel que confirme mi seguridad al contratar los servicios de cualquier empresa turística. Es lo que se espera de cualquier negocio profesional.

Sábado, 25 de julio
Baños de bosque
Las lectoras de Diario de Teruel suelen estar más atentas que yo a lo que publicamos en el día a día. Hoy, Salomé me pone en la pista de los baños de bosque que va a promover Agujama en Gúdar-Javalambre y Maestrazgo como forma de entender la economía y la sociedad en el medio rural. “Mediante diferentes técnicas y con medidas de atención plena se promueve conectar con la naturaleza asociada a un espacio forestal y que dicha conexión desarrollada con diferentes instrumentos provoque un beneficio para la salud y el bienestar personal”, dice la noticia. Se van a formar ocho guías con homologación del Instituto de Baños de Bosque.
Por suerte, Salomé, que conoce mejor la zona que yo, me interpreta la noticia como a mí me gusta. Sabe que quienes han promovido la iniciativa en estas comarcas lo hacen con toda la buena intención y que solo buscan ofrecer alternativas interesantes para fijar negocios y población. Pero que no hace falta tanta tontada para disfrutar de la naturaleza con guía, aprender de ella y entender que hay que respetar el medio. Opinión de diez.

Domingo, 26 de julio
Fluidos veganos
Esta semana he descubierto una encuesta en línea en la que se preguntaba si las personas veganas pueden tragarse ciertos fluidos de origen humano. Un tema interesante, sin duda. La respuesta mayoritaria ha sido “depende de lo animal que sea el emisor”. Da por hecho que existen seres humanos que son vegetales.
Me estoy dando cuenta que el personal suele dar muchas vueltas a las materias más simples. Y que las personas veganas, además de rechazar comer cualquier alimento relacionado con el mundo animal, son demasiado sosas.

LA FOTOGRAFÍA DE LA SEMANA

El lunes hice un viaje exprés a Valencia. De camino a la oficina que tenía que visitar me encontré con el cartel “Yo no puedo recogerlo. Tú sí”. Allí, la sanción mínima por no recoger cacotas es de 150 euros. A menos de un metro del aviso, una preciosa deposición. ¿Qué llegaría antes, el cartel o la plasta perruna?

Igual alguien se agachó a recoger el excremento y acabó en el hospital al tropezar por el lamentable estado de la acera.