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Los molinos Los molinos
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Mientras en otros sitios discuten sobre “comunismo o libertad” o “fascismo o libertad” o de lo bien que se vive en Madrid porque allí te puedes tomar una caña a las ocho de la tarde (como si en el resto de España eso fuera una quimera, ya ves tú), aquí estamos a vueltas con el viento.
Hace meses que se debate en la provincia de Teruel sobre la conveniencia, o no, de tirar hacia adelante con los proyectos de parques eólicos que se han planteado en muchas comarcas.
Los hay que dicen que todo esto es una “barbaridad” por el impacto paisajístico en unos territorios que han apostado por el turismo y que los molinos realmente dejan poco beneficio. Los hay, por el otro lado, que defienden a capa y espada esos molinos por la “prosperidad” y los puestos de trabajo que generarán en los pueblos.
No escribo esta columna para ponerme en uno u otro lado, entre otras cosas porque creo que deben ser los habitantes del territorio los que tienen que decidir su futuro y diseñar el modelo de vida que quieren. No es cuestión de equidistancia, sino de respeto a la gente que todos los días abre un negocio en un pueblo  o se sube a un tractor o da de comer al ganado o ha invertido sus ahorros en un hotel con encanto.
Pero sí escribo esta columna para resaltar la importancia del debate. Nada más sano que el intercambio de opiniones, siempre que sea con el máximo respeto, para trazar un futuro común. Nada más importante que la información y los puntos de vista divergentes, porque escuchando al de al lado a veces se aprenden muchas cosas.
Si usted es lector habitual de este periódico habrá podido comprobar que de un tiempo a esta parte se ha dedicado mucho espacio al tema de los eólicos. Dando voz a ciudadanos, colectivos, ayuntamientos y administraciones. A los que dicen que sí, a los que dicen que no y a los que dicen que sí, pero de otra forma.
Y así debe seguir siendo. El debate es bueno y demuestra que un territorio está vivo. Me preocuparía que un tema tan trascendental como este pasara desapercibido. Con respeto y educación, este periódico siempre estará abierto a ser un soporte para la discusión y la confrontación de opiniones. Somos un medio público y para eso estamos. Faltaría más.