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El Pañuelico del año 83 El Pañuelico del año 83

El Pañuelico del año 83

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Cruz Aguilar

La Vaquilla es diferente y lo es en todos los sentidos, incluso a la hora de rebuscar en la hemeroteca. Este año estamos preparando una infografía de varias páginas sobre todas las personas que a lo largo de la historia han puesto el Pañuelico y, aunque parezca difícil de creer, no hemos sido capaces –de momento– de localizar a la persona que trepó hasta el Torico en el año 1983. Era del Ajo, eso sí, aunque no tenemos claro si turolense o uno de esos socios que esta peña aglutina de otros lugares. 
Buscando y buscando hemos encontrado una foto en la que se ve a la persona en cuestión trepando por la columna con una gorrinera con un gran ajo bordado en la espalda. Se trata de una prenda que muy pocos socios tenían, los que entonces estaban en la junta de la peña calculan que una treintena o poco más, pero tampoco está claro si era propiedad del que puso el pañuelo o de alguno de los que estaban abajo, que se la dejaron para las (pocas, casi ninguna)  fotos que le hicieran. 
Pocas fotos y, porqué no decirlo, difíciles de encontrar. Buscando (que a veces no encontrando) fotos y gentes nos hemos topado con otra curiosidad en el año 1988, cuando puso el pañuelo la peña Los que Faltaban. En concreto lo hizo Toño Vicente, pero para culminar la hazaña tuvo que quitar la prenda roja que, pocos minutos antes, había colocado un espontáneo que trepó por la columna. De Vicente no se conserva ninguna foto, pero sí de la anterior persona –cuyo nombre desconozco–  que ese mismo año vistió, aunque fuera por unos momentos, al Torico.
Tampoco a Tomás Palacios, de Los Chachos, le salió la jugada como esperaba el primer año de la Puesta oficial, 1982, ya que al trepar se dio cuenta de que llevaba a otra persona detrás que también llegó hasta lo alto y salió en la foto.
Este año suben otra vez los de Los Chachos, en concreto Diego Sánchez Catalán y Alfonso Muñoz Lorente, y seguro que no comparten el protagismo con intrusos, solo con sus amigos más íntimos en la peña, aunque también es muy posible que surjan anécdotas. Pero las contaremos dentro de 35 años.