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El pasmo de Triana El pasmo de Triana

El pasmo de Triana

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F.J.B.

El 31 de mayo de 1919. Plaza de toros de Teruel. La antigua, la que se erigía en terrenos del barrio de San León junto a la carretera de Alcañiz. Es la feria de San Fernando y la ciudad anda en celebraciones y fiestas. Fuegos artificiales, concursos de bandas de música, desfiles, mojigangas... Y Juan Belmonte. El Pasmo de Triana se va a presentar en Teruel seis años después de su alternativa. Un acontecimiento por todo lo alto que causa un revuelo inusitado en la ciudad. El fenómeno, como lo apodaban los gacetilleros taurinos de la época, desembarca en Teruel con ese aureola de torero suicida que llega a la fiesta de los toros para hacerla nueva, brillante y regia. Por eso se le considera el torero más influyente y trascendental de la historia. Dicho de otro modo, Juan Belmonte es a la tauromaquia lo que Albert Einstein a la física. Un genio. 

Y el genio hace el paseíllo en Teruel. Será la única vez que despliegue su capote por estos lares. Y de eso se cumplen en este mes de mayo nada menos que cien años. Un siglo desde que aquel semidiós de la tauromaquia dictara las bases de un toreo que acorta las distancias, pontifica la quietud y descubre los terreros del torero en detrimento de los del toro, que hasta ese momento campaba a sus anchas. Un siglo de aquella Edad de Oro del toreo que el sevillano compartió con el malogrado Gallito, el otro genio de la época que se dejaría la vida un año después en Talavera. 

Pues bien, supone uno que efeméride como esta merecería consideración si no fuera porque los tiempos que corren para la Fiesta no son los más halagüeños. Y supone uno también que a pesar de eso, la sensibilidad de la empresa gestora del coso, la de los aficionados o la del ayuntamiento sería suficiente para hacer un paréntesis en la actualidad y remarcar de alguna manera ese importante instante de la historia. De la historia del toreo en general pero también de la historia de la ciudad en particular. Es verdad que Belmonte no tuvo su mejor tarde en Teruel pero Teruel tuvo la grandeza de anunciarlo sobre su arena. Anunciar al más importante torero que vieron los siglos. No se… una plaquita, un coloquio, un minuto de silencio en la plaza… Cien años lo merecen si aquel que cambió la historia del toreo pisó nuestra tierra en su camino hacia la gloria.