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Mis toritos, mis compañeritos, mis caprichitos… Mis toritos, mis compañeritos, mis caprichitos…

Mis toritos, mis compañeritos, mis caprichitos…

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F.J.B.

Que Morante de la Puebla es puro talento, genio e inspiración nadie se atrevería a ponerlo en duda. Y que las musas tienen en él a su príncipe de los ingenios, capricho de sus designios para mayor gloria del arte tampoco va a ir uno y lo va a cuestionar. Morante es magia y seducción. Es así de sencillo de explicar. Lo que no es tan mondo y lirondo es justificar su actitud fuera de los ruedos. ¿Recuerdan lo del excesivo desnivel del ruedo de Las Ventas? Y lo de los plantones de última hora por quítame allá esas pajas, lo de los presidentes de Málaga, lo de sus imposiciones y vetos…, por ejemplo a la televisión porque “No me gusta la manera en que se retransmiten las corridas de toros. No me gusta que haya tantas voces”. ¡Coño con la gracia torera! Dirá alguno que los toreros con genio tienen estas cosas y como que hay que aguantarlas por aquello de la personalidad del artista, la gracia suprema y el pellizco indoloro de las emociones. Puede. Pero uno ya se cansa de que la Fiesta ande medio quebrada y toreros tan grandes como él se pongan de perfil.

Dice Morante que no a lo de anunciarse junto a Pablo Aguado en Madrid por Otoño. ¡Ole la gracia! Andamos necesitados de aire para respirar y agua para sobrevivir, y el de La Puebla no traga con un mano a mano casi proverbial porque su cálculo cortoplacista no le favorece. Decía Gallito que conmigo en Madrid y con Miuras. Eso, cuando aparecía un nuevo valor con ínfulas y prosopopeya. ¡Qué historia más bonita la del toreo! Historia. Hoy Morante, y su ínclito apoderado, temen perder sitio, influencia y dinero porque un joven sevillano le discute al maestro, sin quererlo, su puesto. Y como esto del toreo va de vetos, imposiciones y puñeteros cálculos pancistas, pasamos del interés general del público y hacemos mutis por el foro que es lo mejor para dar impulso a la maltrecha fiesta. Este es el verdadero planeta de los toros. Mis toritos, mis placitas, mis compañeritos, mis caprichitos… Por cierto, si al frente de la fiesta hubiera un antitaurino radicalote no lo haría mejor que el ínclito Matilla. ¡Qué oscuridad! Y por cierto también: Morante, Ponce y Conde en Málaga. La imaginación al poder.