Lejos quedan aquellos años en los que Palomo Linares y Manuel Benítez El Cordobés se unieron en una guerra contra el sistema taurino imperante, o sea la poderosa Casa Chopera, que rompió todos los moldes de la fiesta. Nada menos que cincuenta años se cumplen ahora desde que los guerrilleros recorrieran juntos la España de 1969 para torear contra todo y contra todos al margen del circuito de ferias. Solo plazas de segunda y tercera, incluidas las portátiles. Y en lucha, aunque apoyados, eso sí, por el periodista Emilio Romero que daba el parte de guerra diario en su periódico Pueblo. Hicieron historia.
Pues bien, desde entonces todas las figuras han buscado un alter ego con el que circular fortalecidos, aunque con un matiz fundamental que hace todo muy diferente, cual es hacerlo dentro del sistema y acomodados a la norma establecida. Y ahí anda cincuenta años después el tándem Morante-Manzanares con el poderoso Matilla como urdidor, o el más reciente Juli-Aguado que busca situarse en las plazas importantes la próxima temporada. Pero cuidado porque ya se menta un tercer “regimiento” que puede romper el juego a los anteriores. Hablan los mentideros taurinos de un acuerdo Talavante-Roca Rey que sin duda se haría con el dinero fuerte de las ferias fuertes.
Pero uno se pregunta si esto tiene algo que ver con aquella gloriosa guerrilla que rindió hasta los últimos “objetivos militares”, y definitivamente hay que aceptar que eso quedó para la historia. Entre otras cosas porque contra aquella pareja se creó el antídoto necesario para que nunca más volviera a suceder. Ningún empresario iba a consentir jamás que otros dos toreros se les subieran a la chepa con semejante desparpajo. O no.
Échense la cuenta de unir los esportones de Roca Rey y Pablo Aguado para la próxima temporada. ¿Se imaginan la fuerza de ese cartel? Lleno todos los días y con el sabor a aquella guerrilla de la que ahora se cumplen cincuenta años. Otra cosa sería lo de la competencia, la rivalidad y el ganado a lidiar. Pero arrasar, arrasarían. Aunque supongo yo que el negocio de los toros, los Matillas, Casas y Bailleres etc… pondrían pie en pared para evitarlo. Claro que todo esto no es más que chismorreo de comadres para echar el rato con holganza. O no.