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Alex Herrero, escritor y divulgador: Alex Herrero, escritor y divulgador:
Alex Herrero, autor de 'Somos lengua'. Javier Fustel

Alex Herrero, escritor y divulgador: "Todas las generaciones tienden a pensar que la siguiente es la que va a cargarse el idioma"

La librería Santos Ochoa de Alcañiz reanuda el ciclo 'A puerta cerrada' con el autor madrileño
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La librería Santos Ochoa de Alcañiz reanudará su ciclo de presentaciones literarias A Puerta Cerrada este miércoles (20 horas), con la presencia de Alex Herrero. Este asesor lingüístico, corrector y divulgador madrileño presenta Somos lengua, un ensayo divulgativo sobre “el tesoro” que todos los hispanohablantes poseemos.

-’Somos lengua’ es una afirmación valiente. ¿Qué encierra este título?
-Estamos hablando de un libro de divulgación dirigido a personas que, sin necesidad de tener conocimientos lingüísticos, sienten curiosidad por la lengua, por el origen de las palabras, por los fenómenos que impulsa su transformación y por el efecto que estas tienen sobre la realidad. Siempre se ha dicho que primero cambia la realidad y luego la lengua, pero al revés también funciona.

-A ese respecto siempre hay controversia...
-La evolución de la lengua y de la realidad que nos rodean van siempre íntimamente ligadas. Pero hay que pensar en ello para conocer esta relación. Siempre se ha dicho que no existe algo cuando no se nombra, aunque es una falacia. Ojalá pudiéramos eliminar la enfermedad o la violencia solo con borrar estas palabras del diccionario. Lo que ocurre es que lo que no se nombra no se reivindica ni se visibiliza. Por eso es muy importante llamar a las cosas por su nombre, porque cuando hay partidos que prefieren hablar de violencia intrafamiliar en lugar de machista, o cuando Zapatero pronuncia 16 eufemismos para evitar la palabra crisis en un discurso, lo que se está haciendo es intentar mitigar una verdad que nos es incómoda, pero que sigue existiendo.

-La barrera entre el eufemismo y el lenguaje sin carga ideológica no siempre es clara...
-A veces usamos alternativas que rozan el absurdo. En el ámbito de la discapacidad utilizamos cosas como persona con diversidad funcional, o con capacidades diferentes, cuando eso lo que demuestra es que consideramos la discapacidad una cosa fea de la que no queremos hablar. Quizá no debamos usar discapacitado como adjetivo, pero persona con discapacidad no creo que hiera a nadie. Cuando obligamos al hablante a que piense cada palabra que dice por el temor a molestar o a herir, le estamos enseñando a que es mejor callarse que expresarse.

Internet y la tecnología

-¿Internet y la tecnología van a acabar con el español?
-Está cambiando la forma de comunicarnos, pero no es cierto que el español esté en peligro, porque el nivel de analfabetismo es más pequeño que nunca. Pero todas las generaciones piensan que la siguiente va a ser la que se cargue el idioma. Los jóvenes siempre se han distanciado de sus padres a través del lenguaje, para generar un sentimiento de tribu y de pertenencia, que es otra de las características de la lengua.

-¿Y qué me dice de los mensajes de ‘whatsapp’?
-No es lo mismo hablar con tu jefe que con tu amigo en el bar, y los mensajes en whatsapp tratan de reproducir la fluidez de una conversación oral. Mientras domines el registro en el que te expresas y lo apliques bien respecto a la relación que te une a tu interlocutor, no me parece mal que se trasgredan ciertas normas o suprimas ciertos signos para ganar celeridad en el mensaje.

-¿Por qué no hablamos todos una misma lengua?
-Las propuestas como el esperanto o el solresol  fueron buenas propuestas, pero no triunfaron porque la lengua no solo es un código que usamos para expresar, sino que es un vínculo identitario entre personas. Está bien tener un vehículo para comunicarte con personas de otras procedencias, pero a un español jamás le sonará igual un te quiero que un I love you, y para un alicantino terreta tiene un matiz que no tiene otra palabra parecida. Y todas las lenguas son igual de buenas, por supuesto. Con este libro también reivindico que nadie debe pensar que habla peor que los demás o que alguna variedad lingüística o acento es mejor que otro. Los españoles de la península, por ejemplo, deberíamos olvidarnos de ese ombligocentrismo que tenemos con respecto al español que se habla en otros países.

-Siempre se critica a la RAE por lo lentamente que introduce cambios en su diccionario.
-La RAE solo es una de las 24 que forman la Asociación de Academias de la Lengua Española. Hay que pensar que la lengua actúa y cambia sola aunque cuenta con el apoyo de instituciones como la RAE o Fundeu. Ha habido cambios muy rápidos, como covid, que entró en el diccionario en once meses, y otros muy lentos, pero es que hay que dejar que la lengua actúe, que deje su poso y que discrimine qué palabras o estructuras son realmente útiles como para que se incorporen.

-¿Necesita el español un artículo neutro distinto al masculino y al femenino?
-De entrada hay que tener claro que la marca de género no tiene nada que ver con lo genital. Creo que el masculino genérico no marcado del español no es machista, el hecho de que los asistentes de IA tengan nombre y voz femenina seguramente  sí. En Argentina se tiende a la desinencia -e para designar el género neutro, pero mi consejo a escritores y periodistas es que se relajen, que no fuercen ese cambio. El masculino genérico no marcado funciona, y si se quiere ser más inclusivo hay otros recursos, como los sustantivos epícenos, que no diferencian el género.