

Ángela Delgado Buscalioni, paleontóloga: “Cuanta menos información científica se posee, más fácil es caer en la manipulación”
La doctora Ángela Delgado Buscalioni es profesora de la Universidad Autónoma de Madrid y una figura de relevancia de la paleontología española de las últimas décadas. Ha formado parte del jurado del Premio Internacional de Paleontología Paleonturología 17, después de que fuese una de las ganadoras del premio de la edición del año pasado. Es por tanto coautora de la edición divulgativa del artículo científico sobre Spinolestes, un mamífero primitivo excepcional hallado en el yacimiento de Las Hoyas en Cuenca. Dentro de su larga trayectoria, ha participado en la descripción de nuevos géneros y especies de vertebrados fósiles en la provincia de Teruel como es el caso del dinosaurio Aragosaurus ischiaticus.
- ¿Qué importancia tiene un premio como Paleonturología para la divulgación de la paleontología?
- Es una iniciativa única que creo que no hay una igual en ningún otro sitio de Europa. Normalmente todos los premios que dan vienen de sociedades científicas o revistas concretas en las que has publicado y ha tenido un impacto grande, pero de este tipo y dirigido a la divulgación hay muy pocos premios e iniciativas. Esto tiene su incidencia en centros educativos y en museos. Espero que la edición de este año se utilice por monitores en Cuenca, que es donde procede el ejemplar de Spinolestes, motivo del premio del año pasado y que ahora se ha publicado.
- ¿Qué aportan estas publicaciones que hace la Fundación Dinópolis dentro de la serie Fundamental?
- Yo leyendo algunos de estos libros he aprendido muchísimo porque son datos muy precisos y además con una lectura muy amable.
- ¿Sabemos cada vez más los ciudadanos sobre cuáles son los orígenes de la vida gracias a la difusión que hacen los paleontólogos y centros como Dinópolis?
- Bueno, yo creo que las sociedades informadas pues lógicamente incorporan no solo conocimiento científico técnico, sino también de aspectos que son relevantes y que tienen que ver con el pasado como es la evolución. Lo que pasa es que estamos en una sociedad donde hay una tendencia negacionista a cuestiones como la evolución y el cambio climático, que está generando un ruido de fondo muy grande. Entonces todas estas iniciativas, por llamarles de alguna manera, todos estos movimientos creacionistas pues están claramente afectando a lo que sería la legitimación y la confianza que hay hacia los científicos que se dedican a eso.
- Pero esa corriente negacionista es minoritaria, ¿no?
- No, no es minoritaria. Desde aquí parece que la vemos así, pero no lo es. Hay muchos millones de personas, no solo en Estados Unidos, también aquí en España, que de modo directo o de modo solapado defiende o proclama todo este tipo de creacionismo descartando cualquier proceso natural que es el evolutivo.
- ¿Cómo se puede combatir esto? ¿Con lo que se hace por ejemplo en este museo de ciencias naturales que es Dinópolis?
- Claramente tiene que ver con lo que sería la parte de la educación y la difusión de la ciencia. Cuanta menos información científica se tiene, pues lógicamente más fácil es adoptar otras posiciones que son claramente manipuladoras. Si la ciencia tiene algo de positivo, es que es capaz de modificar sus hipótesis y avanzar precisamente por eso. No es para nada imaginable una ciencia que sea estática o artrítica que no cambia. Eso es la anticiencia, entonces posiciones creacionistas claramente lo que definen son cosas que son estanco y que tienen que ver simplemente con la creencia. Creo que todo este tipo de iniciativas ayuda a que la gente vea en la ciencia no una nueva religión, sino una vía de conocimiento que siempre es muy positiva para la humanidad. Sin ciencia no se avanza.
- ¿Qué relevancia tienen provincias como Cuenca y Teruel, con su riqueza en fósiles, dentro del estudio mundial de la paleontología? ¿Nos creemos el verdadero valor que tiene este patrimonio?
- Yo creo que estas cosas hay que mirarlas con distintos parámetros. Está el nivel científico donde yo creo que en este país se ha hecho y avanzado mucho. Lamentablemente la gente que está muy formada y que está colaborando con otros centros de investigación a escala internacional, no pueden desarrollarlos en España por las circunstancioas de que la ciencia va un poco a remolque de todo, pero en ese nivel podemos decir que estas provincias son relevantes.
- ¿Y los ciudadanos asumen la importancia del patrimonio que tienen en sus territorios?
- El nivel patrimonial es algo que depende de las administraciones. Digamos que dependiendo de los entornos de la administración que nos movamos, la apuesta por el desarrollo en patrimonio puede ser mayor o menor, y para mí tiene que ser una apuesta siempre profesional. Una apuesta donde haya personas que se dediquen a tiempo completo a eso y se invierta en eso.
- En cambio, en tiempos de crisis es donde primero se mete la tijera.
- Claro, los periodos de crisis son muy malos, sobre todo en países donde las instituciones científicas nos han costado tanto conformarlas. En las últimas décadas ha habido un recorrido y un montón de propuestas, y lo peor de la crisis es que eso se vuelva a cercenar y volvamos al punto cero. Eso hay que ser muy conscientes de que no debe de pasar.