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Carlota Albás y Miguel Ángel Colás, presidenta y técnico de la Federación Aragonesa de Pelota: Carlota Albás y Miguel Ángel Colás, presidenta y técnico de la Federación Aragonesa de Pelota:
Carlota Albás y Miguel Ángel Colás, durante el Encuentro Nacional de Pelota

Carlota Albás y Miguel Ángel Colás, presidenta y técnico de la Federación Aragonesa de Pelota: "Cada pueblo jugaba al trinquete con reglas diferentes en función de su espacio, y eso es algo que enriquece este deporte"

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Carlota Albás es la presidenta de la Federación Aragonesa de Pelota, y junto al técnico de Pelota Mano de la FAP, Miguel Ángel Colás, estuvo en Teruel durante el I Encuentro Nacional de Trinquete que organizó la Asociación Cultural de Amigos de los Triquetes de Teruel.

-¿Podemos hablar del trinquete como una especialidad deportiva dentro de la pelota?

-Carlota Albás: El juego del trinquete es una peculiaridad del deporte de la pelota en general, y de la pelota mano en particular, que es el que aglutina las diferentes especialidades. Desde tiempo inmemorial la pelota se juega a mano, a pala, que es como una raqueta de madera y una cesta de mimbre, o incluso un share, que es una caña doblada y tejida con hilo de red. Esta particularidad del trinquete se jugaba habitualmente en la plaza mayor del pueblo o en los soportales de las iglesias.

-De hecho es de ese espacio de donde le viene el nombre, ¿no es así?

-Miguel Á. Colás: Exacto. Trinquete es el nombre que recibe ese espacio, y tiene la particularidad de que en cada pueblo existe un tipo diferente de trinquete. Esto hace que en cada lugar existieran unas normas y unas formas de jugar distintas, adaptados a cada trinquete donde se jugaba. Lo que en un sitio podía ser fuera o mala, en otro podía ser buena. En ese sentido ha sido muy bonito el Encuentro Nacional de Teruel porque nos recordó las peculiaridades que existían cuando se jugaba en los tiempos antiguos, cuando todo el mundo se ponía a jugar cuando salía de misa en la pared de la iglesia o el soportal del Ayuntamiento.

-Desde el punto de vista técnico esas diferencias en las reglas con las que se jugaba en cada pueblo introduce un montón de problemas a la hora de intentar homologarlas, ¿no?

-M. A. C.: Yo lo veo al revés. Lo veo como un factor que enriquece la especialidad, porque incluso las pelotas eran diferentes, ya que se las fabricaban los propios jugadores.

-C. A.: Para lo que sería un sistema de competición deportiva, más allá del deporte tradicional en el que se está trabajando mucho para volver a sacar el juego de la pelota a la calle, lo que adquiere el nombre de Trinquete viene a ser un frontón más estrecho y más corto, con un tejadillo en la parte izquierda que nos recuerda al tradicional soportal, también con pared derecha y con un rebote completo. Pero una de las dificultades del deporte de la pelota es que desde que lleva a un recinto cerrado, a un frontón como el de Teruel o como los que hay por otros puntos de la geografía, reduces la cantidad de público que pueden atender y participar en el juego, porque al final no deja de ser una instalación deportiva convencional. Los Encuentros como el de Teruel tienen el atractivo de que sacan el deporte a la calle, es muy divertido y de cara a la vida en los pueblos es una tradición que no debería perderse.

-¿El trinquete se juega por toda España?

-C.A.: Lo que es el trinquete es muy tradicional en Valencia, donde quizá más se han conservado, y en Teruel. Hay un zona en el norte de España y en Iparralde, en Francia, donde soy grandes especialistas en trinquete. En el sur de Francia el juego del trinquete vascofrancés tiene más trascendencia incluso que el juego de frontón. Lo que pasa es que en cada lugar varían las condiciones. Aquí hablamos de 10 metros de longitud, y allí en el norte están acostumbrados a una cancha de 30 metros de largo por ocho de ancho. Pero ocurre lo mismo, aunque en Iparralde todavía quedan trinquetes abiertos en la plaza de los pueblos de forma que todo el mundo que pasa puede ver jugar, el 90% de los trinquetes que existen en el norte de España son cerrados.

-La Federación Aragonesa de Pelota tiene una mujer de presidenta, aunque imagino que tradicionalmente ha sido un deporte fundamentalmente masculino...

-M. A. C.: Así es, pero había mujeres que jugaban, y de hecho en Perales del Alfambra la mejor era una mujer, La Molinera.

-C. A.: Cuando yo llegué a la Federación en 2016 fue un poco un golpe de timón. En aquel entonces había tres fichas femeninas contando la mía, y pasamos a integrar una ejecutiva con el 50% de mujeres y de hombres. Pero tampoco nos ha afectado demasiado, y nunca me he sentido un bicho raro, ni jugando ni en la FAP. Siempre he sido la hija de, porque mi padre jugaba pelota, y creo que en su momento, cuando todavía era más complicado que una chica estuviera en la cancha, eso me permitió estar más cerca de este deporte. Ser mujer no ha supuesto para nosotras un handicap para estar en la Federación, aunque para que nadie pudiera reprocharnos nada siempre hemos sido las primeras en inscribirnos en el curso de monitores o de jueces, y poco a poco hemos seguido adelante. Pero en realidad siempre ha habido jugadoras, y de hecho, aunque pasaron bastante desapercibidas, los primeros profesionales que hubo en España de pelota fueron chicas, en Barcelona, y ganaban un dineral. Jugaban con la típica raqueta de madera y cuerda de vacuno con pelota pequeña y dura. Próximamente Netflix estrenará una serie de ficción sobre ellas.