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Carmelo López e Isabel Segura recorrieron África en bici: “En África, nuestro objetivo era entretener y que la gente comprendiera lo que veía” Carmelo López e Isabel Segura recorrieron África en bici: “En África, nuestro objetivo era entretener y que la gente comprendiera lo que veía”
Isabel Segura y Carmelo López durante su travesía por África

Carmelo López e Isabel Segura recorrieron África en bici: “En África, nuestro objetivo era entretener y que la gente comprendiera lo que veía”

Proyectarán en el Maestrazgo su documental ‘África en cinecicleta’
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N.A.

Carmelo López tenía dos pasiones: viajar e ir en bici. Solo le faltaba encontrar una manera para, con ambas pasiones, poder ayudar a la gente. Fue una exposición del fotógrafo José Val del Omar y sus misiones pedagógicas lo que inspiró a Carmelo López a recorrer junto a Isabel Segura un total de 18.000 kilómetros por África llevando el cine por cada una de las ciudades y aldeas que visitaban. En esta travesía grabaron un documental que hoy retransmitirán en Fortanete a cambio de que la gente les ayude a pedalear para poder generar energía y reproducir el largometraje.

-¿Cómo surgió la idea de recorrer África en bicicleta y acercar el cine a localidades que no tienen acceso?

-A mí me gusta mucho viajar y me gusta mucho el cine. He tratado de unir estas dos pasiones. En todos los viajes que he hecho siempre he vuelto pensando que la gente era muy buena, yo quería devolver a los que se cruzaban en mi camino todo ese buen rollo que me había llevado en viajes anteriores. Luego, una amiga me contó que había unos británicos que viajan en bicicleta con sus instrumentos musicales, en las bicis llevan unos aparatos que cuando pedalea el público, generan electricidad para darle energía a los instrumentos. Esa idea me encantó y quise hacer lo mismo pero con el cine, además, con este arte, uno viaja, en el Maestrazgo, el público viajará hasta África con el documental que hemos hecho Isabel y yo.

- Ahora, para ver el documental, la gente debe pedalear, ¿Qué quieren mostrar con esto?

-Nosotras vivimos en Madrid y ahí nos desplazamos en bicicleta, no cogemos ni el metro. No queremos demostrar nada ni adoctrinar, nosotras damos a conocer nuestro modo de vida cotidiano para generar un debate con el público. Queremos mostrar que es posible consumir menos y que se pueden hacer grandes cosas con la cultura del esfuerzo. La gente piensa que el esfuerzo solo es válido para trabajar y estudiar pero también se puede aplicar al transporte y generar energía con él.

-¿Por qué en bicicleta y no en otro transporte?

-La bicicleta es un invento maravilloso, solo contamina cuando se fabrica. Ir en bici te abre los corazones de la gente, te conviertes en una persona vulnerable y dependes de la población, ya sea cuando llueve o cuando necesitas un techo.

-Ustedes acercaron el cine a los pueblos de África y ahora también lo hacen a los pueblos rurales de España.

-Queremos que la gente tenga la oportunidad de disfrutar de un acto cultural diferente a los toros y la misa. Ahora todo el mundo parece que tenga el cine en casa, pero en sí, los cines en sentido colectivo están desapareciendo, eso nos parece un pequeño retroceso social. Además, pensamos que es importante que en Europa se den cuenta de la importancia de la ecología. En África, la gente estaba dispuesta a pedalear para ver el cine, pero aquí, además, queremos lanzar una pregunta a la población: ¿A qué cuesta estar durante diez minutos pedaleando para sacar adelante una bombilla LED?, ¿A qué no es gratis la energía?.

-De todas las experiencias que vivieron en África, ¿cuál fue la más especial?

 -Día a día vivíamos una experiencia totalmente diferente a la anterior. En África uno no cambia de continente, cambia de planeta. Lo mejor yo creo que ha sido la hospitalidad que hemos recibido, sobre todo en los territorios de influencia islámica nos sorprendió la gran respuesta de calor humano y de amabilidad. Ocurre en toda África pero la parte islámica refuerza ese sentimiento. Fuimos a casas de personas que sus padres o hijos habían muerto cruzando el mar y nosotros, a pesar de ser europeos, nos recibían como diciendo: ‘habéis cerrado las puertas a mi familia, pero todo lo que tenemos es vuestro porque somos seres humanos y seguramente vosotros no tengáis la culpa’.

-¿Nunca sintieron miedo?

-Miedo siempre sientes cuando dejas tu entorno y te lanzas a recorrer el mundo en una bicicleta. Siempre decimos que lo que más miedo nos da de salir de casa es el tráfico. A mí hace dos años en Madrid me atropellaron y casi me matan y eso fue aquí en España. Pero miedo como tal, tampoco mucho, no pusimos ni candado en las bicis, de aldea en aldea nos protegían y decían: ‘oye que vienen los del cine, que alguien les acoja’.

-En su viaje, ustedes sufrieron malaria.

-Sí y fue duro, pero tener malaria estaba dentro del plan, ahí es la primera causa de muerte infantil. Ya sabíamos que íbamos a vivir dos épocas de lluvia y podríamos pillar la enfermedad.

-Ustedes visitarían aldeas en las que nunca se había proyectado una película, ¿Qué sintió la población de allí ?

-Internet está extendido en muchas partes de África. De hecho, teníamos que desmarcarnos mucho de la carretera para encontrar aldeas en las que no hubieran visto cine nunca y no tuvieran acceso a Internet, perocuando las encontrábamos, vimos esas caras de asombro y unos ojos brillantes. Ese era nuestro premio. Había gente que incluso miraba detrás de la pantalla para ver de dónde salía esa gente moviéndose.