

Concor Armengod Ortín, escultora y tallista: “La talla de piedra no es un trabajo de fuerza, sino de paciencia y dedicación”
La artesana de Villarluengo es una de las mujeres incluidas en el calendario Pioneras de 2025Aunque existen escultoras de referencia en la historia del arte, como Louise Bourgeois, Ana Huntington o Camille Claudel, no son ni de lejos tan abundantes ni conocidas como sus compañeros masculinos. La talla de la piedra es una actividad que tradicionalmente se ha relacionado con los hombres, pero Concor Armengod lleva casi una década demostrando, desde su taller en Villarluengo, que eso es un error.
-Usted es una de las doce mujeres elegidas para el calendario Pioneras para visibilizar la diversidad en todos los ámbitos profesionales y artísticos. ¿Cómo recibió la noticia?
-Muy bien, desde luego. Para mí es un honor participar en un proyecto como este. Creo que es importante, que ya estamos en el momento en el que nos parezca a todos normal que las mujeres realicemos cualquier tipo de actividad. Hay que darle importancia a que las mujeres estemos, para que dentro de poco ya no tenga ninguna importancia.
-Hace como siete años que se dedica a la talla en piedra...
-Alguno más, incluso. Realmente no tengo en la cabeza un momento en el que empiece, porque mi familia ha tenido una empresa de construcción muy ligada a la piedra y a la madera, y ha sido algo en lo que de algún modo he estado metida siempre.
-¿Usted se considera artesana o artista?
-Si te soy sincero para mí esto es un trabajo artesano, yo siempre me he considerado artesana. Pero también es verdad que la talla en piedra funde las dos vertientes, que realmente no son tan diferentes. El arte es una actividad artesana, y la artesanía también tiene su parte artística.
-¿Trabaja más materiales más allá de la piedra caliza?
-La mayor parte del trabajo que realizo es en calizas o travertino de la zona, mucho más que otras piedras, como granito por ejemplo. También trabajo la talla en madera, pero no tanto para piezas tradicionales ornamentales, sino para cosas más artísticas. Y también he hecho alguna cosa con alabastro, aunque la mayor parte de mi trabajo es para exteriores, y el alabastro soporta mal la intemperie.
-¿Más allá de los encargos particulares, tiene obra pública instalada?
-Sí. En Calanda hice un reloj de Sol para una plaza y una escultura de los alcaldes que ha tenido el pueblo. En Castellote realicé la restauración de la puerta del cementerio, y en Fortanete hice una fuente. Pero la mayor parte de mi trabajo es para particulares, que me encargan escudos heráldicos y otros elementos ornamentales para puertas o ventanas, buzones y este tipo de cosas.
-El trabajo en piedra es costoso y por tanto caro. ¿Se sigue valorando la talla tradicional con respecto a otros materiales más baratos?
-Se sigue valorando, pero en ocasiones hay personas que encuentran caros los trabajos en piedra con respecto a otros materiales más baratos. Si te pones a hacer una fuente en cemento te va a costar muchísimo menos que si la talla un artesano en piedra, obviamente. Pero la durabilidad del material también es muy diferente. La fuente que hice en Fortanete, por ejemplo, sustituyó a la que había antes, que era de cemento y estaba muy deteriorada. En esas zonas hace mucho frío en invierno y calor en verano, y el contraste de temperaturas hace que los materiales baratos se rompan. La piedra también puede romperse, pero su durabilidad es mucho mayor.
-¿Ha percibido alguna vez que está en desventaja por ser una artesana de la piedra mujer, con respecto a sus compañeros hombres?
-No lo sé... de entrada tampoco conozco a muchos tallistas hombres con los que compararme, la verdad. Sí que es verdad que en alguna ocasión algún cliente se ha extrañado porque fuera una mujer la que hiciera este trabajo, pero nada más. En cualquier caso la gente puede pensar que la piedra se trabaja a base de fuerza, y aunque hace falta fuerza, no es del todo cierto. La talla es un trabajo delicado que se hace con paciencia y dedicación. Si una piedra es tan pesada que una mujer no puede moverla sin ayuda, tampoco la podrá mover un hombre.
-¿Cree que a la hora de tallar las mujeres y los hombres tienen cualidades artísticas diferentes?
-No. A mi me gustan mucho los motivos vegetales, por ejemplo, pero eso depende de cada persona, no de su género.
-A su condición de artesana en usted se une la de emprendedora en el medio rural. ¿Es más difícil ejercer su oficio en Villarluengo?
-Creo que en un oficio artesano como este es mejor vivir en un pueblo, porque te sientes más libre. Pero supongo que si me dedicara a otras cosas quizá hubiera tenido que marcharme a una ciudad. Sin embargo hoy en día cada vez es más fácil hacer lo que te gusta sin tener que abandonar tu casa. En el calendario Pioneras de este año hay una mujer, Rebeca Sanz, que es bióloga investigadora y trabaja desde su pueblo, Urrea de Gaén.
-¿En qué proyectos anda metida ahora mismo?
-Pues estoy haciendo una basa y un capitel para una columna, un encargo de un particular. Y además voy a colaborar en un proyecto artístico con Gene Martín, aunque habrá que esperar un poco para conocer los detalles.
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