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Juan Benavente, diseñador: “Cuando usamos algo mal diseñado, lo percibimos, tenemos criterio, aunque sea inconsciente” Juan Benavente, diseñador: “Cuando usamos algo mal diseñado, lo percibimos, tenemos criterio, aunque sea inconsciente”
Juan Benavente, sentado en el banco de la paz que él ha diseñado para la Ruta de la Diversidad de Albentosa. Eduardo Peris

Juan Benavente, diseñador: “Cuando usamos algo mal diseñado, lo percibimos, tenemos criterio, aunque sea inconsciente”

”Representar un concepto como la paz en un objeto de utilidad te lleva a una dimensión más artística”
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Cruz Aguilar

Juan Benavente, conocido como Juanico Design, es un diseñador de Teruel afincado en Valencia que acaba de participar en el proyecto de la Ruta de la Diversidad de Albentosa, una propuesta diferente para disfrutar del paisaje haciendo un recorrido por los alrededores del pueblo y descansando en los bancos diseñados por artistas de diferentes puntos de España.

-Su marca es Juanico Design. ¿De dónde proviene ese nombre tan aragonés?

-Viene de mis abuelas. En un proyecto que tuve que hacer nada más salir de la carrera, necesitaba firmarlo de alguna manera. Se me ocurrió usar Juanico en ese primer proyecto y me gustó mucho, así que ya lo dejé así.

-¿Y ahora ya hay más gente que le llama Juanico?

-Sí, ahora todo el mundo me llama así.

-Hablemos del proyecto de Albentosa en el que ha participado. ¿Cómo se plantea un diseñador representar la paz en un objeto tan utilitario como un banco?

-Cualquier objeto que haya que diseñar implica un reto, y nunca me había enfrentado a representar conceptos como la paz o la amistad, que son muy abstractos, muy genéricos. Representarlos en un objeto de utilidad como un banco te lleva a una dimensión más artística. Eso es un poco lo que hizo Isidro Ferrer. En un banco, donde la gente se sienta, se habla, hay comunicación... puede haber paz. Pero no es fácil.

-¿El tema fue una elección suya o venía dado por la dirección del proyecto?

-Fue la dirección, Ximo Roca, quien nos propuso los temas. Primero me propuso una temática, pero no se me ocurría una solución, así que la cambiamos. Luego me planteó el tema de la paz, y a partir de ahí surgió el proyecto.

-¿Qué supone ajustarse, además a unos materiales concretos?

-Sí, en cualquier proyecto los límites ayudan. Es muy difícil crear desde cero, sin referencias. Pero cuando te dan un marco, unos límites, como el tema, los materiales, el uso, se agradece. Te da un objetivo. Cuanto más delimitado está el proyecto es mejor. Y sí, aquí también teníamos ciertos límites de materiales.

-¿Qué le pareció el proyecto de Albentosa cuando se lo propuso Ximo Roca?

-Me pareció un proyecto muy bonito, ambicioso, y además con el valor añadido de hacerse en el medio rural, en la provincia de Teruel. Era una forma de dinamizar los pueblos o los barrios, incluso de dar a conocer la huerta. Los bancos actuan como hitos, como piezas de diseño que no solo cumplen una función de uso, sino que también ayudan a promocionar el espacio. Y si, además, tienen una vertiente social y práctica, mejor todavía. Un banco siempre se va a usar, así que está bien.

-¿Cómo turolense cree que este tipo de iniciativas ayudan a proyectar una imagen más moderna de la provincia?

-Por supuesto. El diseño al final está en todo, bien o mal hecho. Todo tiene diseño. Así que cualquier cosa que se haga a través del diseño contribuye a modernizar un pueblo, un barrio, una ciudad... siempre que se haga bien, claro. Igual que hay buenos médicos y malos médicos, pasa lo mismo con los diseñadores.

-¿Cree que el público en general valora el diseño?

-Pasa como con la música o con un buen libro. Todos somos receptores de nuestro entorno. Cuando usamos algo mal diseñado, nos damos cuenta. Todos tenemos cierto criterio, aunque sea inconsciente. Un cartel, por ejemplo, puede ser más agradable o más amable visualmente, y eso ya marca la diferencia.

-¿Cree que falta más apoyo desde las instituciones para el diseño local?

-Sí, eso es algo que he echado en falta. Hay mucho trabajo de diseño en manos de instituciones públicas, y no siempre se cuenta con diseñadores de aquí.

-Entre sus proyectos más destacados hay trabajos para empresas turolenses como Muñoz o la Torre del Salvador. También ganó un cartel de la Vaquilla. ¿Se considera profeta en su tierra?

-No, no lo soy. Me hubiera encantado. Incluso me hubiera gustado tener un estudio en Teruel y trabajar para más empresas allí, para comercios o instituciones públicas. Pero no ha sido así. No sé si he sido desconocido en Teruel, pero no he recibido encargos más allá de gente conocida. Por ejemplo, lo de la Torre o lo de Muñoz fue porque eran amigos, y el cartel de la vaquilla fue a través de un concurso.

-¿Su especialidad es el diseño gráfico o el industrial?

-En Valencia tuve la suerte de estudiar ambas cosas. Estudié diseño industrial como ingeniería, y también diseño gráfico, gracias a una profesora que nos enseñó. Así que tuve la suerte de poder hacer las dos disciplinas.