

Daniele-Sami Turki, estudiante en prácticas del programa Unita: “Vine a Andorra para aportar al mundo rural lo que sé de comunicación y redes sociales”
Este joven italo-tunecino, especializado en finanzas y redes sociales, colabora con Empresarios TurísticosCárnicas Ortín recibe el reconocimiento de los empresarios asociados de Andorra
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Daniele-Sami Turki tiene 25 años, es italiano con raíces tunecinas, y ha estudiado Finanzas en la Universidad de Brescia. Tras una estancia Erasmus en Madrid, ha recalado este verano en la localidad de Andorra gracias al programa europeo Rural Mobility, una iniciativa promovida por la alianza universitaria Unita para impulsar el desarrollo de zonas rurales. Desde el Centro de Emprendedores de Andorra, colabora con la dinamización de empresas locales y la mejora de su presencia digital.
-¿Cómo llegó a conocer el programa Rural Mobility y qué le atrajo de la idea de venir a un entorno como Andorra?
- Me llegó un correo estando en Madrid. Era una convocatoria vinculada a la alianza universitaria Unita, que conecta universidades de países como Francia, Portugal, Rumanía o España. Me llamó la atención por su enfoque en el desarrollo rural. Tras vivir en grandes ciudades, quería experimentar lo contrario. Pensé: “tengo el verano libre, me apetece un entorno tranquilo, me gusta viajar y además puedo aportar algo útil”. Y aquí estoy.
-¿Cuál es su trabajo concreto dentro del Centro de Emprendedores de Andorra?
-Apoyo a Nieves, que es la técnica del centro, tanto en tareas administrativas como en comunicación. Me he centrado en mejorar la visibilidad online de las empresas asociadas. Estoy grabando vídeos promocionales, ayudando a estructurar contenidos para redes y asesorando sobre cómo posicionarse en internet.
Muchas de estas empresas no habían trabajado antes su imagen digital y se han sorprendido con los resultados.
-¿Podría poner un ejemplo concreto?
-Claro. Esta semana grabé vídeos con Cárnicas Ortín e Ideas, una tienda de ropa. El vídeo de Ideas fue muy sencillo, grabado con mi móvil, pero con un mensaje muy humano y cercano.
La protagonista nunca había aparecido en cámara y ahora está encantada con la repercusión que ha tenido. Han notado más interacciones, más visitas y sobre todo más orgullo por su trabajo. Creo que eso es lo importante: conectar con la gente mostrando el valor real que tiene el comercio local.
-¿Cómo ha sido la adaptación a la vida en un pueblo pequeño?
- Lo más difícil fue el primer choque. Pasar de Madrid o Milán a un pueblo con tanto silencio, tan tranquilo… al principio me sentí solo. Pero enseguida empecé a conectar con gente joven, a salir con amigos de aquí. Me han invitado a comidas familiares, a fiestas, a pasar el fin de semana en la casa de campo.
Lo más positivo, sin duda, es la cercanía. Aquí todo el mundo te conoce y te da una oportunidad. Eso en la ciudad no ocurre: allí primero debes demostrar tu valor, aquí te abren la puerta desde el minuto uno y te sientes como uno más.
-¿A qué se dedica en sus ratos libres?
-Al poco tiempo de estar aquí descubrí la naturaleza de la zona, hice senderismo y empecé a conocer gente. Roberto, mi jefe, me presentó a su sobrina y su grupo de amigos y con ellos he salido en las fiestas de Interpeñas en Andorra o a tomar algo.
-En el plano personal: ¿Qué le llevó a interesarse por las finanzas como carrera profesional?
-Desde los 17 o 18 años sentí una gran atracción por el mundo de la inversión y el manejo del dinero. Siempre me ha parecido que existe una gran desinformación sobre este tema, sobre todo entre los jóvenes. Elegí estudiar finanzas porque entendí que saber gestionar el dinero, entender qué es una inversión y cómo planificar el futuro financiero es algo esencial. Y también porque quería contribuir a la educación financiera, que es muy débil tanto en Italia como en España.
-¿Tiene algún otro proyecto personal?
-Sí. Tengo un canal en YouTube que se llama Ingenieri in Borsa (Ingenieros en Bolsa) y lo lancé con unos compañeros hace un par de años. Es un canal de educación financiera que ha crecido muchísimo; ahora mismo tiene más de 230.000 suscriptores y forma parte de un ecosistema más amplio con presencia en varios países: Francia, Alemania, España…
-¿Cómo logra compaginarlo con sus estudios?
-Mi rol está en la creación de contenido y en el desarrollo comercial. Lo compagino bien porque el trabajo es por objetivos: no tengo horarios fijos, sino que produzco vídeos semanales desde cualquier parte del mundo. Eso me permite estar en Andorra, colaborar con empresas locales, y al mismo tiempo seguir generando contenido para el canal. Justamente esa flexibilidad es la que quiero mostrar aquí: que se puede vivir y trabajar en un entorno rural sin renunciar a estar conectado profesionalmente con el mundo entero.
-¿Es diferente ese modelo de gestión de redes sociales con respecto al que desarrolla en Andorra?
-En Italia trabajamos con equipos grandes: editores de vídeo, especialistas en SEO, gestores de proyectos… Aquí todo es mucho más directo y artesanal. Pero precisamente por eso me ha sorprendido que, con muy poco, puedes obtener un gran impacto. Y además la gente está muy agradecida. Es muy bonito ver cómo se involucran.