David Pardillos, profesor de Historia en el IES Valle del Jiloca de Calamocha: “No imagino la Fundación Francisco Franco en un país desarrollado y normal”

David Pardillos es profesor del departamento de Historia del IES Vega del Jiloca de Calamocha. Enmarcada en el Festival Aragón Negro, recientemente ofreció una conferencia junto a la bióloga Isabel Navarro, directora técnica del laboratorio genético de Citogen, sobre los avances médicos en el contexto de la exhumación de fosas y la investigación al servicio de la Ley de Memoria Histórica.

-Ciencia e historia en una misma charla...

-Sí, en este caso era importante, para hablar de lo que se hace desde la biología y la genética, contextualizar la Ley de Memoria Histórica y la propia guerra civil.

-La Ley de Memoria Histórica existe desde hace más de diez años. ¿Cuál es el problema entonces?

-Que no ha tenido presupuesto. Ha sido una ley vacía. El último año de Rodríguez Zapatero en la Moncloa, en 2011, contó con una partida de 6,2 millones de euros destinados exclusivamente a las exhumaciones de víctimas del franquismo. Al año siguiente la cantidad se redujo al 60% y en los Presupuestos Generales de Estado de 2013 y 2014, también realizados por el PP, la partida dedicada a la aplicación de la Ley desapareció.

-¿Por qué no se derogó directamente? Rajoy prometió hacerlo y, con el respaldo que da ganar unas elecciones, estaba legitimado para hacerlo...

-Supongo que la ley estaba generando tantas controversias políticas que prefirió dejarla sin efectos prácticos en lugar de derogarla. Si una ley está aprobada pero no cuenta con presupuesto es como si no existiera. 

-¿Por qué generó y sigue generando tanta polémica ya no la Ley, sino la Memoria Histórica en general, cuando se habla de franquismo?

-Ha habido posiciones muy encontradas. De un lado se argumenta que reabre viejas heridas de forma innecesaria y del otro que su fundamento es reconocer como tales a las víctimas de la guerra civil, y que eso es algo necesario y que no tiene por qué generar odio ni nada parecido. El problema ha sido que los partidos políticos, en lugar de gestionar este tema con naturalidad, lo politizaron y lo utilizaron para enfrentar a la gente buscando sus votos. Y el ciudadano común hemos terminado asumiendo como propias esas opiniones politizadas de los partidos. Tenemos muy reciente la exhumación de Franco y toda la polémica que todavía sigue generando ese tema. 

-¿Por qué cree que no debemos olvidar?

-Es irrenunciable, y además es que no hace falta. Solo hay que tomar el ejemplo de otros países. Camboya es, junto con España, el país con más desaparecidos en fosas. Y Camboya, que pudiera parecernos un país sin desarrollar, lleva este tema mucho mejor que nosotros mismos. ¿Y en Alemania? El ejemplo que dio Alemania con el nazismo fue excepcional. Que parece que en Europa solo nos tengamos que fijar para algunas cosas, solo cuando nos interesa. No hay que olvidar, sino educar en casa y en las escuelas.  

-Ya que menciona Alemania, allí está prohibido el antiguo saludo fascista y la exhibición de símbolos nazis, como ocurre aquí con el terrorismo de ETA.

-Y aquí debería ocurrir lo mismo, y debería ser algo normal como allí. Pero últimamente hemos visto en el Valle de los Caídos exhibiciones de gente sin ningún tipo de pudor.

-Deberían exigirse responsabilidades, aunque fueran simbólicas, a quienes cometieron crímenes contra la humanidad durante la guerra civil y el franquismo? ¿O sería como aplicar una Ley de Responsabilidad Política como la del 39?

-Sobre esa Ley también hablamos en la charla, porque violaba el principio jurídico de la no retroactividad, porque una ley no puede castigar actos cometidos antes de su promulgación. No creo que ahora debamos juzgar a gente que, en la mayor parte de los casos, ya no está porque han fallecido. Es verdad que hay cosas que chirrían mucho, como el Pazo de Meirás o la Fundación Francisco Franco. No me imagino un país normal y desarrollado con este tipo de cosas, pero no creo que debiera exigirse responsabilidades a quien ya no está. 

-Francisco Etxeberría dijo hace dos años en Teruel que con voluntad política y presupuesto, en dos legislaturas no quedaba ni una fosa común en las cunetas españolas... Estamos hablando de más de 100.000 personas. ¿Cree que eso sería posible?

-Isabel Navarro nos contó que la identificación de los cadáveres no es algo barato, pero no creo que sea algo que un Presupuesto General del Estado no pueda permitirse y creo que debería acometerse, porque dignificaría nuestra historia y dignificaría a nuestros propios políticos. Por seis millones de euros al año creo que podemos permitírnoslo.