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Diego Meléndez, cantante y guitarrista de Diario Fantasma: Diego Meléndez, cantante y guitarrista de Diario Fantasma:
Diego Meléndez durante un concierto con Diario Fantasma. Zarzel

Diego Meléndez, cantante y guitarrista de Diario Fantasma: "No soy de los que critican el reguetón, pero me gusta tocar con los dedos y cantar con la voz"

La banda zaragozana presenta esta noche de jueves (21 horas) en el Luvitien su primer disco
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Diego Meléndez es un malagueño afincado en Zaragoza desde hace una década que, entre otros proyectos musicales, ha publicado La revancha del insomnio con Diario Fantasma. La banda ofrece una visión fresca y renovada del rock y el pop más analógico. Esta noche visita por primera vez Teruel (Espacio Luvitien, 21 h.).

-Llega a Teruel pero con un formato de banda reducido...
-Sí, vamos en formato de trío, pero al menos hemos logrado tocar en Teruel, porque llevábamos tiempo intentándolo.

-¿El disco se defiende igual con un trío?
-Desde luego. Lo defendí incluso en solitario, en un gira en México, y salió muy bien. En Teruel estaré con Ángel Herrera, que es mi batería inseparable desde la pandemia. Él estaba trabajando en China cuando estalló la pandemia, intentó volverse a Venezuela pero en el trasbordo en Madrid se quedó todo bloqueado y no pudo viajar. Acabó de casualidad en Zaragoza, contactamos a través de redes sociales y me encantó. Le convencí para que grabara el disco conmigo, y desde entonces sigue en Zaragoza, forma parte de Diario Fantasma y es mi mano derecha e izquierda.

-¿A la guitarra estará Daniel Martínez?
-No podrá, aunque tiene una buena excusa. Daniel tocará este sábado en el Auditorio Nacional de Música de Madrid, junto a la Orquesta Reino de Aragón y Santiago Auserón, y está con ellos ensayando. Pero viene Marcos García, que aunque no es el guitarrista oficial de Diario Fantasma es el productor que nos grabó el disco, y es guitarrista excelente.

-Hábleme de ‘La revancha del insomnio’.
-Es un disco por el que hemos luchado mucho y por muchas razones. Mi hermano Guille escribió esas canciones hace como quince años, pero nunca habíamos tenido el tiempo necesario para convertirlo en un disco. De ahí el nombre de la banda, Diario Fantasma, porque trabajábamos en él como fantasmas, que aparecíamos y desaparecíamos, hasta que llegó la pandemia. Al menos me dio el tiempo necesario para afinarlo y grabarlo. El nombre del disco también hace referencia a la venganza contra todo el trabajo que ha significado.

-¿Entonces el LP es hijo directo de la pandemia?
-Supongo que sí. Si no es por ella hubiéramos terminado encontrando el momento, pero estábamos metidos en mil cosas y hasta que no se pararon todas no tuve la tranquilidad necesaria para dedicarme a él.

-¿El hecho de que los temas estuvieran escritos desde hace más de una década, no le pasa factura?
-Yo creo que hay formas de escribir que no caducan nunca. Mi hermano y no somos muy fans de gente como Enrique Urquijo o Antonio Vega. Estamos influenciados por esa manera de escribir, bastante melancólica, aunque siempre tirando hacia delante, desde un punto de vista luchador y no derrotista, porque yo siempre he pensado que la humanidad sigue teniendo esperanza. Esa forma de escribir no pasa de moda.

Apuesta por el pop

-Ustedes siguen apostando por el pop, cuando el pop ya es un estilo clásico... ¿no se sienten una ‘rara avis’?
-Nuestras raíces musicales están en los años 80, en Radio Futura, o en los Héroes del Silencio, una de las razones que me hicieron ir a Zaragoza cuando decidí cambiar de aires y buscar algo fuera de Málaga. Es nuestra música y todas las músicas tienen que tener su espacio. Pero yo no critico nada, cada uno sigue su camino buscando lo mejor. No soy de los que critican el reguetón, algo habrán hecho bien si tiene tanto éxito. Tratamos de ser lo más analógicos posible porque nos gusta tocar con los dedos y cantar con nuestra voz, pero bastante tengo con lo mío como para preocuparme por lo de los demás (risas).

-Usted ha pasado por todos los estamentos de la música, incluido tocar en la calle...
-Esos fueron mis comienzos ya en Málaga, y la verdad es que me permitió conocer a mucha gente y hacer muchos contactos. En Zaragoza seguí haciéndolo y, aunque ahora salgo menos porque voy teniendo más proyectos, todavía lo hago de vez en cuando.

-¿Zaragoza es un buen lugar para los músicos callejeros?
-Sí, se regula perfectamente y está muy bien. Pides un permiso anual y con la tarjeta tienes tu sitio. Para las Fiestas del Pilar hay que sacar otro permiso especial, pero está muy bien organizado.

-Y además fue el impulsor de los Open Mic de Zaragoza, que este año cumple su décima edición. ¿En qué consiste esa propuesta?
-La hacíamos en Málaga dos compañeros y yo, y cuando llegué a Zaragoza la puse en marcha allí. Básicamente consiste en conseguir un espacio y algunos instrumentos, cajón, guitarra, bajo, alguna batería incluso si el espacio lo permite, y juntarnos gente para tocar. Es una mezcla entre una jam session, en la que hay cierto espacio a la improvisación con temas que se prestan a ello, y canciones propias o versiones preparadas por los músicos. Es muy interesante de cara a impulsar la música desde abajo.

-¿Cree que en una ciudad como Teruel podría tener éxito?
-Aunque es una ciudad más pequeña estoy seguro de que hay mucha gente que toca y que le gustaría tocar en público. La verdad es que llevo tiempo pensando en exportarlo a Teruel, quizá como un evento único, un solo día, a ver qué resultado daba.