

Elisa Ferrer, novelista ganadora del Premio Tusquets 2019 con 'Temporada de avispas': "Si una ya es crítica consigo misma, no te imaginas cuando sabes que tu novela va a leerse"
La valenciana presenta hoy su segunda novela, 'El holandés', en la Librería Santos Ochoa de AlcañizLa escritora valenciana Elisa Ferrer ganó el Premio Tusquets de Novela en 2019 con su ópera prima, Temporada de avispas. Entonces tenía previsto acudir a Librería Santos Ochoa para presentar el libro, pero la pandemia lo impidió. Hoy viernes podrá desquitarse y será la protagonista de la próxima sesión del ciclo A Puerta Cerrada del establecimiento bajoaragonés, a partir de las 20 horas.
-¿Qué cuenta su segunda novela, El holandés?
-Es una ficción a partir de una historia real. Se trata de un hombre que vendió el último solar sin edificar de la playa de Poniente de Benidorm en 1989. Pero resulta que no era suyo, y se fugó con su familia y los 400 millones de pesetas de la estafa a Utrecht. Este hombre estaba buscado por la Interpol, incluso, y yo esa historia la he escuchado toda la vida porque ese señor estaba casado con una mujer de mi pueblo, l’Alcudia de Crespins, donde era prácticamente una leyenda urbana. El caso es que en 2017 este hombre ya estaba de nuevo en el pueblo, porque el delito ya había prescrito, y me contactó con el objetivo de contarme su historia y hacer una serie, o algo así. Se quedó ahí la cosa, yo me fui a la Universidad de Iowa, que fue donde escribí Temporada de avispas, y donde empecé a pensar que debería escribir una novela sobre esa historia.
-¿Qué elementos ficciona y qué elementos verídicos respeta?
-Hay muchas cosas basadas en la realidad, sacadas de las conversaciones que mantuve con esta persona. Pero a partir de él creo un personaje, Rafael, que aunque tiene mucho del protagonista real no deja de ser un personaje de ficción, y también creo una especie de alter ego mío, Alba, que es completamente inventada, para contar a través de su visión femenina la historia. YâÂÂtodo lo que vive ella es ficción pura, claro.
-Es su segunda novela tras su Premio Tusquets con ‘Temporada de avispas’... ¿eso no genera demasiada presión?
-Cuando la gente me decía eso yo pensaba que no tendría presión, porque al fin y al cabo yo acabo de empezar mi carrera como novelista. Pero después descubres que sí, que la hay. Una vez descubres como funciona el mercado literario es muy difícil despegarse de él. YâÂÂsi una ya es suficientemente dura consigo misma, no te digo nada cuando sabes que mucha gente va a leerte. Porque cuando yo escribí Temporada de avispas no sabía si alguien me leería, no tenía eso en la cabeza. Lo que ocurre es que cuando te metes en harina y empiezas a maquinar y a escribir entras es una especie de nirvana medio absurdo que te abstrae bastante de todo. Y para encontrarme a gusto escribiendo mi voz tiene que sonarme muy bien a mí, tiene que ser mi voz. Mis diálogos son especiales, quizá más difíciles de leer, pero son los que me gustan, y si no escribo como a mi me gusta, no funciona.
Novelas diferentes
-Desde luego no es una oportunista, porque las dos novelas son muy diferentes...
-Quizá no tanto en la forma, pero sí en el contenido. Aunque tienen bastantes elementos en común, ¿eh? La voz narrativa es parecida, porque mi estilo ha evolucionado pero no tanto. En las dos novelas se habla sobre la maternidad, que es un tema recurrente en mí, y en las dos la voz narrativa es una chica de treinta y tantos. Pero es verdad que son diferentes, y mi próxima novela también lo será.
-El holandés salió en octubre. ¿Ya está escribiendo su tercera novela?
-En realidad la historia la tenía ya en la cabeza desde hace tiempo. No he empezado a escribirla pero le he dado bastantes vueltas, porque nunca estoy parada en ese sentido.
-¿Es cierto que le cambia la vida ganar un premio como el Tusquets?
-AâÂÂmí desde luego me la ha cambiado. Pero es que Temporada de avispas fue la primera. Antes de ir a la Universidad de Iowa vivía en Madrid, con un trabajo de administrativo bastante precario. Y al regresar pensaba que volvía a lo mismo. YâÂÂde repente gano el Tusquets y publico en esa editorial, que para mí era un imposible. Ahora doy talleres de escritura y trabajo en À Punt Radio a raíz de una entrevista que me hicieron, y cuento con la tranquilidad de publicar con Tusquets y con Iván Serrano, que es mi editor. Esto me ha abierto muchísimas puertas.
-Usted estudió Audivisuales y ha trabajado como guionista en cine y televisión... ¿Si pudiera elegir, prefiere escribir para la pantalla o para la hoja de papel?
-No tengo ninguna duda de que prefiero la literatura. Yo soy muy cinéfila, y me gusta escribir guiones, porque además me han dado mucho bagaje y muchas tablas. Pero escribir literatura me es mucho más satisfactorio.
-¿YâÂÂsi tuviera que hacer el guion de la película de alguna de sus novelas? ¿Se cumpliría aquello de que el libro es ‘muuuucho’ mejor que la peli?
-(Risas). Si tuviera que hacer el guion de uno de mis libros sin duda lo haría junto a un coguionista. Cuando escribes una novela estás tan metida en la historia que se convierte en imposible alejarte lo suficiente como para poder abordar el guion en condiciones. Es necesario una visión externa que yo no podría tener, así que contar con otra persona que la aportara sería imprescindible.