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Entrevista a Alejandro Mayordomo, presidente de la asociación para el estudio del patrimonio educativo: “En pedagogía los grandes principios son muy antiguos, cambia la tecnología” Entrevista a Alejandro Mayordomo, presidente de la asociación para el estudio del patrimonio educativo: “En pedagogía los grandes principios son muy antiguos, cambia la tecnología”
Alejandro Mayordomo durante su visita al Campus de Teruel

Entrevista a Alejandro Mayordomo, presidente de la asociación para el estudio del patrimonio educativo: “En pedagogía los grandes principios son muy antiguos, cambia la tecnología”

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Con motivo de la inauguración de la exposición bibliográfica de los fondos de León Esteban sobre historia de la educación en el Campus de Teruel, el presidente de la Sociedad Española para el Estudio del Patrimonio Histórico-Educativo, Alejandro Mayordomo, ofreció la charla La escuela primaria en la historia de España: fracasos, avances y esperanzas, donde mostró las claves de la transformación de la enseñanza en los siglos XIX y XX.

- ¿Qué aspectos destacaría de la evolución de la educación primaria en España en los siglos XIX y XX?

- Es una historia agridulce. Una historia de logros, de avances, de esperanzas pero también de fracasos, de lentitudes, de retrasos. Es la búsqueda de dejar de ser una escuela tradicional y pasar a ser una escuela más moderna, más eficaz, de más calidad. Por otra parte, pasar de una desigualdad muy grande en materia de acceso a la enseñanza a la afirmación de la educación como derecho de todos. Luego también el pasar de una situación de negligencias y de indiferencias y de debilidades por parte de la prestación que hace el Estado, las autoridades públicas al tema educativo a una consistencia mayor del sistema educativo público, preferentemente estatal, y en la que el Estado asume la tarea de ser garante de que la educación primaria llegue a todos los españoles. Es una historia muy larga que en España nos ha costado 150 años para conseguir una escolarización plena.

- Mucho más que otros países de nuestro entorno ¿verdad?

-Es más lenta, a cambio de una mayor presencia de la enseñanza privada, sobre todo religiosa. 

- ¿Cuáles serían los principales avances?

- El cambio de una situación en la que a principios del siglo XX en la escuela solo se matriculan el 50% de los niños que están en edad escolar y de ese 50% muchísimos no asisten con regularidad, a un sistema escolar reglado en el que hemos conseguido el 100% de la escolarización y una escuela que ha pasado en el siglo XIX a tener tres años de escolaridad obligatoria a ahora mismo que la escolaridad tiene un ciclo de diez años. De una escuela muy tradicional, muy pobre pedagógicamente, verbalista, instructiva, intelectualista, pasiva,... una escuela en donde el silencio y la disciplina son impuestos, como se decía: “La letra con sangre entra”, a un tipo de pedagogía donde han ido apareciendo muchas mejoras en el orden de la calidad. Una enseñanza más participativa, más activa, más vinculada con la realidad. Todavía hay cosas por conseguir pero se han conseguido muchas cosas. 

-Ahora que se habla tanto de innovación, ¿algunas de ellas tienen su pasado en esta época?

- Y tanto. A veces juego con los alumnos a sorprenderlos les hago leer un texto de principios de siglo donde hay una crítica a la escuela y luego unas llamada a innovar, a cambiar y hacer una escuela más activa, más participativa, en contacto con la naturaleza y puedes engañar a los estudiantes pensando que es de ahora y les descubres que es un texto de 1881. En pedagogía los grandes principios son muy antiguos. Tienen ya dos siglos. Esa cuestión de respetar al niño, despertarle interés, crear motivación, hacerle participar, hacer una enseñanza que tenga aplicación... esto es muy antiguo. Lo que más ha cambiado son las tecnologías. Hoy hay audiovisuales, está la informática pero los grandes principios de la educación están todavía por explotar en el sentido de sacar toda la fuerza que ellos pueden tener. 

- ¿A los futuros maestros que mensaje querría transmitirles para su desarrollo profesional?

- Es una profesión muy digna, muy bonita, muy sugerente pero tienen que tener vocación. Ellos suelen decir: “A mí me gustan los niños, ayudar, enseñar a otro pero”. Yo les digo que lo que tienen que tener como condición necesaria es esa vocación pero que no es suficiente, tienen que tener una preparación y una cualificación. Un maestro no es el sabe mucho es el que sabe lo justo y sabe enseñarlo bien. Les digo que tengan en cuenta que su trabajo es un trabajo técnico que tiene necesidad de preparación, de conocimiento, que no es una cosa de ensayo-error. Que uno no es torero porque le guste sino porque sabe torear, entonces, un maestro te puede gustar la enseñanza pero tienes que tener fórmulas para no estar con el ensayo-error sino decir: voy a hacer un trabajo que sé que es lo que se corresponde. El maestro ha de autoevaluarse cada año y no ha de perder la ilusión, es decir, entender que va a un trabajo que no puede ser una rutina. Se necesita mucha preparación y el maestro tiene que estar dispuesto a actualizarse. Cada año, cada curso, es un reto, cada niño es una ocasión.