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Eva Cabrera, becaria de Pintura de Paisaje en Albarracín: Eva Cabrera, becaria de Pintura de Paisaje en Albarracín:
Eva Cabrera, pintando una vista panorámica de Albarracín

Eva Cabrera, becaria de Pintura de Paisaje en Albarracín: "Al pintar al natural captas colores y sensaciones y toda esa riqueza se transmite al cuadro"

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Cruz Aguilar

Eva Cabrera es de Madrid, ingeniera industrial y trabaja en el sector de la energía fotovoltaica, pero tiene en la pintura una vía de escape y evasión bastante alejada de su profesión. En el año 2019 descubrió el Curso Superior de Pintura de Paisaje de Albarracín, organizado por la Fundación Santa María, y que marcó un antes y un después en su trayectoria. Este año, tras realizar un segundo curso, obtuvo la Beca de Pintura y ha estado varias semanas dedicándose solo a pintar en la ciudad de los Azagra, un escenario que le ha atrapado y le ha servido de inspiración para seguir pintando.

-¿Cómo conoció el curso?
-A través de una de mis mejores amigas, Irene Pérez Sánchez, a la que conozco desde el colegio, algunas veces salimos a pintar y me animó a que me apuntara a este curso.

-¿Qué le ha aportado?
-Siempre he pintado de forma intuitiva, he hecho algún curso de pintura en centros culturales o academias, pero no he tenido una formación reglada, siempre ha sido algo que a mí me ha dado mucho oxígeno fuera de mi trabajo, que es mucho más técnico, soy ingeniera industrial de parques eólicos. La pintura es como mi segunda cara y Albarracín me gustó mucho por varias cosas, por un lado el contacto con una formación que viene de la Universidad Complutense de Madrid, es muy rigurosa y te da unas bases a las que yo nunca había tenido acceso. También me gustó mucho el concepto de que no tienes solo el punto de vista de un profesor, hay varios y cada uno tiene su forma de entender la pintura, no son dogmáticos, sino que puedes captar de cada uno una o varias ideas. Luego está el privilegio de estar pintando en Albarracín, que saca lo mejor de cada uno.

-¿Qué ha supuesto la estancia durante la beca?
-Ya he estado dos veces y creo que volveré, pero será por afición, porque quiero seguir pintando para completarla. No me podía creer que me dieran la beca, siempre he tenido la cosa de que para mí es una afición, algo complementario y es un orgullo ver que alguien, de manera externa, podía apreciar una belleza y una buena ejecución en mi trabajo. Gracias a la beca me estoy animando a confiar en mis capacidades, experimentar y seguir avanzando. Una cosa que comentaba mucho los profesores, sobre todo Isidoro Moreno, que qué pintar al natural es un buen maestro, mejor que hacerlo en el estudio.

La esencia del paisaje

-¿Por qué es mejor pintar al natural que en un estudio?
-Cuando estás en un estudio al final no te imbuyes de todo lo que ves, de lo que te rodea, es más que reproducir de forma bonita lo que ves, cuando estás en un paraje intentas captar la esencia, no solo los colores, no pintas igual cuando tienes calor que cuando tienes frío, cuando te da el viento o se oye música, todo eso es una riqueza que se transmite en el cuadro.

-¿Qué tipo de pintura hace?
-A mí me gustaría clasificarla como impresionista, ojalá se pueda percibir así porque me encanta. Me mantengo en lo figurativo, me gusta que, cuando se vea un cuadro, se pueda entender de forma clara cómo es sin llegar a un exceso de realismo sin detalles, captar la esencia pero manteniéndome en lo figurativo.

-¿Qué ha intentado captar de Albarracín durante su estancia?
-Siempre me he sentido muy atraída por las vistas aéreas, pero como las calles son tan hermosas no me he podido resistir a captar las callejas, la plaza... Antonio Jiménez, el gerente de la Fundación Santa María, me decía que parecía un águila buscando las vistas desde arriba, en mis cuadros están desde esas vistas aéreas a los recovecos de la ciudad. Sobre todo de Albarracín me ha gustado hacer panorámicas nocturnas que también tienen un enorme atractivo. Al ser pintura de paisaje no me he centrado en sus gentes, pero no descarto incorporar alguna persona.

-Muchos pintores hablan de que la Beca de Albarracín marca un punto de inflexión en su trayectoria artística. ¿Le ha ocurrido a usted?
-Sí porque la pintura pasa a ser algo que para mí es un hobby, algo que yo disfruto a nivel más personal, a algo que quizás pueda interesar a otros. Tener la ocasión de dedicar este tiempo a esa creación me está abriendo otras perspectivas, no sé dónde llegará, pero desde luego que me noto muy agradecida y contenta con lo que estoy creando. Aparte me está coincidiendo este periodo creativo con un periodo de embarazo, es todo nuevo para mí.

-La beca se completa con una exposición. ¿Cómo será?
-Es mi primera exposición, será del 3 de junio al 12 de julio, y tengo obra de diferentes formatos, desde pequeños cuadros con muchas imágenes de Albarracín hasta otros medianos y de gran formato.