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Eva Llorach, actriz y madrina de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “Nos toca a nosotras ponernos  a escribir y dirigir para cambiar una visión del mundo” Eva Llorach, actriz y madrina de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “Nos toca a nosotras ponernos  a escribir y dirigir para cambiar una visión del mundo”
La actriz Eva Llorach la semana pasada en la Fundación Amantes de Teruel

Eva Llorach, actriz y madrina de uno de los equipos del VIII Rally Desafío Buñuel: “Nos toca a nosotras ponernos a escribir y dirigir para cambiar una visión del mundo”

“Ni un solo minuto me he planteado que actuar no era lo mío, incluso en los tiempos duros, porque es muy inestable”
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Eva Llorach descubrió que su profesión era la de actriz a los 30 años, cuando estaba enfocada en otra carrera que no le llenaba la vida. Probablemente por ello ponga tanta pasión en sus papeles, como hizo en Teruel la semana pasada, donde participó como madrina en uno de los cortos del VIII Rally Desafío Buñuel organizado por la Fundación Amantes de Teruel. Ahora asegura que toca a las mujeres de su edad “ponernos a escribir y dirigir para cambiar una visión del mundo”.

-¿Por qué quiso ser actriz?

-Es algo muy difícil de explicar en realidad, porque es algo tan intangible, tan visceral, y a veces tan ridículo y maléfico, que es como una especie de maldición, porque cuando decides que tu vida sea eso, te cuesta mucho hacer cualquier otra cosa. Es muy raro decirlo pero yo sentí una especie de epifanía rodando. A mí me obligaron prácticamente a hacer un corto, y cuando el director me dijo lo que tenía que decir, me gustó mucho sentir que podía ponerme tan fácilmente en la piel del personaje que tenía que interpretar.

-¿Fue a partir de una experiencia amateur, entonces?

-Absolutamente. Yo decidí ser actriz a los 30 años. Es que yo no sabía que era actriz, porque yo creo que soy actriz. Sabía que era cinéfila porque me gustaba muchísimo el cine, pero no que dentro de mí había una actriz.

-¿A qué se dedicaba?

-Yo hice Información y Turismo, que es una carrera que me decepcionó profundamente, porque yo imaginaba en mi cabeza que era idiomas, viajar, y no tenía nada que ver con eso al final. Mi padre formó una empresa y me dijo que allí tenía trabajo. Estuve trabajando en la administración de una empresa de frío industrial. Yo sabía que eso no era lo mío y cuando surgió esa epifanía supe a qué quería dedicarme y a partir de ahí cambié toda mi vida.

-¿Cómo vivió ese cambio?

-Pues fue duro, porque imagínate estar en la empresa de tu padre, que piense que esa empresa va a ser para ti como negocio familiar, y que tú de pronto decidas que tu camino no está ahí.

-¿Y desde entonces hasta ahora se ha arrepentido?

-Ni un solo segundo, ni un solo minuto me he planteado que esto no era lo mío. Incluso en los tiempos duros, porque es muy inestable. Lo peor de esta profesión es la inestabilidad, tanto emocional como económica. A veces es muy duro, pero ni siquiera en esos momentos piensas en dejarlo y te planteas hacer un plan B. Yo tengo muy claro que yo soy actriz, que siempre lo fui, que lo descubrí cuando lo descubrí, pero que he tenido la inmensa suerte de descubrirlo, porque habrá personas que nunca descubran lo que quieran ser en la vida.

-¿Qué le aporta humana y personalmente ser actriz?

-Antes hubiera dicho que todo, pero ahora con la edad de pronto te das cuenta de que es pasión, pero es mi trabajo, entonces yo tengo que tener otras pasiones fuera de esto. Me da muchísimo placer, me da autorrealización, me da sentirme creativa, explorar un montón de cosas que no podría hacer de otra manera. También intento tener intereses fuera de la interpretación, porque durante mucho tiempo fue únicamente eso y cuando el trabajo flojea, porque flojea, y cuando vas cumpliendo una edad cuesta cada vez más conseguir papeles y más cuando eres mujer, entonces intento también tener muchos intereses fuera.

-¿Es machista el mundo del espectáculo?

-El mundo del espectáculo no, el mundo en general es machista, punto.

-Me comenta que cuesta conseguir papeles de mujer cuando se llega a cierta edad.

-Para ellos los hay. Un señor madurito mayor tiene muchísimos personajes y le ponen a una chica joven y ya está. Una mujer a partir de mi edad es muy complicado que te den personajes protagonistas. Es difícil, es difícil.

-¿Y el cine no puede ayudar a cambiar eso?

-Por supuesto, en eso estamos. Desde las asociaciones de mujeres en el audiovisual se está intentando por todos los medios cambiar eso, pero es un trabajo muy arduo y muy dificultoso porque hay una estructura que está hecha. Incluso nosotros como espectadores estamos acostumbrados a que una mujer de 50 en el cine por lo general no se enamora y está en su casa.

-Eso es negar la realidad, lo que de verdad pasa en la calle, que no es eso.

-Claro, y creo que el cine tiene la obligación moral de reflejar esa realidad que ya hay, pero vamos con retraso. Hay como excepciones de películas, pero yo por ejemplo, mi ser, no me he visto reflejada en ninguna película.

-¿Cómo hay que cambiar esa situación?

-A mí me está animando eso. Ahora empiezo un curso de guion, estoy escribiendo, quiero dirigir. Incluso las chicas jovencitas que se incorporan, lógicamente hablan de lo que les pasa a ellas a su edad, pero yo quiero ver a una mujer de 50, como yo, que no tiene hijos, que nunca se lo ha planteado, que vive de otra forma, que entiende el mundo de otra forma, que no es ni mejor ni peor que otra persona. Somos diferentes y eso, a día de hoy, todavía en el cine español no lo he visto reflejado, entonces creo que nos toca a nosotras ponernos a escribir y a dirigir para cambiar una visión del mundo.