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Francisco Sánchez, ciclista de los Caballeros del Cid, participante en la ruta de Sagunto a El Poyo del Cid: “El año pasado fue bestial porque reunimos 3.000 euros en un mes, y este ya llevamos 6.000” Francisco Sánchez, ciclista de los Caballeros del Cid, participante en la ruta de Sagunto a El Poyo del Cid: “El año pasado fue bestial porque reunimos 3.000 euros en un mes, y este ya llevamos 6.000”
Francisco Sánchez con el maillot de esta edición de la ruta de Sagunto a El Poyo

Francisco Sánchez, ciclista de los Caballeros del Cid, participante en la ruta de Sagunto a El Poyo del Cid: “El año pasado fue bestial porque reunimos 3.000 euros en un mes, y este ya llevamos 6.000”

El ultrafondista procedente del Jiloca participa en la ruta ciclista hasta el Poyo en los Encuentros con Mío Cid
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José Luis Rubio

Francisco Sánchez es ciclista de ultrafondo. Aunque vive en Sagunto, presume de mantener sus raíces en el Poyo del Cid. Desde hace siete años participa en una salida de 200 kilómetros entre las dos localidades con motivo de la celebración de la recreación medieval Encuentro con Mío Cid, y desde el año pasado la hazaña tiene, además, carácter solidario.

-¿Por qué los ciclistas de Sagunto y del resto de la Comunidad Valenciana pedalean hasta el Poyo del Cid el fin de semana del Encuentro?

-Yo soy nacido en El Poyo y nunca he perdido la relación con la gente de allí. Estamos siempre en contacto.

-¿Cómo suge la idea de esta aventura?

-Este va a ser el séptimo año que lo hacemos pero será el segundo que será a favor de los niños de la asociación Anjel con J de Joven. Esto surge hace dos años mientras subíamos con las bicis mi compañero Miguel Sánchez Tejero y yo. Entonces, le comenté que ya que nos gustaba tanto el ciclismo, sufrir y tal, por qué no buscábamos alguna asociación de niños que necesitasen ayuda económica y pensamos en buscar patrocinadores para esta actividad.

-¿Y qué les hizo decidirse por esta asociación?

-Miguel Sánchez tiene un familiar en esa asociación y así surgió todo. Y el año pasado fue bestial porque en solo un mes conseguimos reunir 3.000 euros. Y en esta ocasión hemos conseguido doblar la cantidad y donaremos 6.000 euros para los niños. Porque absolutamente todo lo que hemos recaudado se destina a la asociación. Nosotros nos pagamos todo, desde la alimentación en la ruta, las equipaciones, los desplazamientos, todo. No tocamos ni un duro de lo que recaudamos porque es todo para los niños.

-¿Se hacen una equipación específica cada edición?

-Sí, cada año tenemos una equipación porque cada año hay unos patrocinadores distintos. Este año ha sido algo tan bestial que no nos caben en el maillot. Como llevamos tres furgonetas de apoyo y dos vehículos de carretera de seguridad también llevaremos allí los patrocinadores. Este año va a parecer la Vuelta Ciclista.

-¿Cuantos ciclistas participan en esta ocasión?

-El año pasado subimos ocho ciclistas y en esta ocasión vamos a ser quince. Hemos tenido que parar y para el año que viene tengo una lista de más veinte bicis. Legalmente no podemos subir todos juntos sin solicitar una autorización así que lo que haremos es hacerlo como un paseo cicloturista, que en realidad es lo que es. Iremos en grupos de hasta diez personas con dos vehículos de asistencia y separados un grupo de otro por al menos 600 metros. Eso será el año que viene, porque este año subimos quince con tres vehículos furgonetas con toda la rotulación de los logros de los patrocinadores y dos vehículos de seguridad.

-¿Cómo afrontan una jornada de 200 kilómetros?

-Nosotros salimos a las cinco de la madrugada. En esta ocasión lo haremos desde el polideportivo René Marigil, de Sagunto, como homenaje al que fue mi entrenador, que era un ciclista profesional compañero y gregario de Bahamontes. Salimos tan temprano porque todo puede ir bien, o no. De Sagunto a Teruel no tiene por qué haber problemas, pero después de Teruel hasta el Poyo suele haber viento y también hemos tenido agua y granizo. Entonces saldremos a las cinco de la mañana y llegaremos entre las 13:30 y las 14:00 horas. Tenemos el récord en siete horas y media, que lo hice yo en 2018 y desde entonces no lo hemos podido bajar. Pero nos costará más de siete horas, seguro.

Para el próximo año estamos pensando en hacer una segunda etapa entre el Poyo y la plaza del Pilar, en Zaragoza.

-¿Como organizan la jornada?¿Realizan paradas para avituallarse o reagruparse?

-No, no se para. Vamos en marcha y los vehículos nos proporcionan el avituallamiento, bebida o comida, lo que necesitemos. Pero no se para... A no ser que surja cualquier cosa grave, como el año pasado.

-¿Qué paso el año pasado?

-El año pasado tuvimos una caída en Teruel muy, muy grave. Un compañero toco rueda bajando a más de 70 kilómetros por hora, se cayó y se rompió dos costillas y la clavícula. Entonces, de la nada apareció un coche y se bajó un señor con pelo y barba blanca que dijo que era médico. Se llama Manuel Gimeno y nos dijo que no abandonásemos, que teníamos que continuar. Entonces, en media hora llamó a Tráfico, se hizo el atestado, continuamos y llegamos a la hora prevista. En la presentación de este sábado del grupo Caballeros del Cid se hará entrega de nuestro escudo a distintas personalidades y le hemos dicho que baje. Lo llevamos en la camiseta porque es nuestro corredor número 15, porque sin él no hubiéramos podido continuar.

-Este sábado se presenta el nuevo club Caballeros del Cid

-En realidad no es un club. Cada uno somos de un club de la Cominead Valenciana. Somos un grupo de amigos, sin obligaciones ni compromisos.Y el que quiere venir, viene. Nos apoya mucha gente y nosotros solo tenemos que pedalear.Lo demás ya corre a cargo de la gente que patrocina y participa. Y creo que es más sano así.