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Gabino Diego, actor: “Hoy no podria estrenarse ‘Amanece que no es poco’  por ser políticamente incorrecta” Gabino Diego, actor: “Hoy no podria estrenarse ‘Amanece que no es poco’  por ser políticamente incorrecta”
Gabino Diego en la Escalinata de Teruel, durante una grabación en la primavera de 2015

Gabino Diego, actor: “Hoy no podria estrenarse ‘Amanece que no es poco’ por ser políticamente incorrecta”

Junto a Jesús Cisneros, Antonio Vico y Josu Ormaetxe, el madrileño representan este viernes ‘La curva de la felicidad’ en Andorra
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Gabino Diego, Antonio Vico, Josu Ormaetxe y Jesús Cisneros protagonizan La curva de la felicidad, una comedia que podrá verse hoy (20.30 horas) durante la Muestra de Teatro de Andorra que retrata y explora las relaciones humanas y la legítima búsqueda del bienestar en la denominada crisis de los cincuenta.

-¿Quién es Quino, su personaje en la obra?

-Es un pobre escritor que acaba de cumplir 50 años y que es abandonado por su mujer. Ella le presiona para vender la casa pero él no quiere, porque sigue enamorado, y termina apalabrándosa a tres clientes, que son cincuentones en su misma situación. Es una obra sobre el piterpanismo, esa pitopausia, que tenemos los hombres cuando llegamos a cierta edad y queremos seguir creyendo que somos jóvenes.

-¿Eso de las crisis de los 40 o los 50 existen de verdad o es algo que nos han inculcado tanto que ya llegamos a esa edad predispuestos?

-Depende. Yo he tenido crisis a los 20, a los 30, a los 40 y a las 50... es inevitable sentir en cada cumpleaños que algo se te va, que hay cosas a las que dices adiós. Pero yo prefiero verlo de otro modo, porque entras en una etapa de disfrutar de otras cosas. Un filósofo indio decía que cuando cumples años estás más cerca de la vida, porque la conoces más, sabes más, ya has pasado por ciertas experiencias y te toca explorar otras. Es verdad que te falta cierta energía, pero puedes seguir haciendo cosas. Cuando cumples 50 años descubres que eso de pensar que con 20 ya es tarde para aprender a tocar la guitarra es una tontería.

-Con elencos diferentes esta obra lleva representándose 17 años... ¿en ese tiempo ha cambiado la concepción de la vejez o de la crisis?

-No, no lo creo... Creo que sigue vigente la concepción que teníamos en la edad de las cavernas. Lo de sentir que te haces viejo y que ya no puedes cazar el mamut con la misma alegría me parece que sigue siendo lo mismo.

-’La curva de la felicidad’ es pura comedia, pero tengo la impresión de que no solo es comedia.

-Como todas las buenas comedias. Esta obra es divertidísima y está escrita para que la gente se ría, pero ninguna comedia lo es al 100% y todas tienen otras lecturas. Es más, muchas comedias son tremendos dramas, si no mira El apartamento de Billy Wilder... se supone que es una comedia, pero el protagonista sufre muchísimo, no sabe lo que hacer, el pobre. Es la cosa del clown, del payaso, cuyo éxito está precisamente en su fracaso, en su torpeza... Yo creo que me he especializado en personajes que sufren, me gusta agarrarme al drama, porque la comedia siempre llega después.

-La comedia habla de hombres pero también habla de mujeres. Hoy en día meterse en la guerra de géneros en meterse en un jardín...

-Sí, es verdad que da un poco de miedo... a veces pienso que Amanece que no es poco no podría estrenarse hoy en día, porque seguro que enseguida salía alguien que le veían algo misógino o políticamente incorrecto... Todo se mira con lupa pero yo creo que la ficción ha de entenderse como ficción, y no sirve solo para representar aquello que no nos gusta... pero bueno, supongo que es lo que toca en esta época y ya está. Al final yo creo que la obra es muy blanca en ese sentido, habla de lo naif que somos los hombres, y las mujeres se lo pasan muy bien.

-En los últimos años se le ve mucho más en el teatro que en el cine. ¿Es por elección propia o porque las cosas vienen así?

-Por las dos cosas. El teatro me gusta mucho y me hace muy feliz, y me ofrecen personajes maravillosos que no me ofrecen en el cine. Pero también es verdad que las cosas vienen así y por tanto las acepto, lo contrario no tendría sentido. No tengo motivos para quejarme.

-¿Se ha encontrado en los teatros un público diferente al de antes de 2020? ¿Nos ha cambiado en ese sentido la pandemia?

-Yo creo que no. Yo actué durante la pandemia, que fue muy dura para mucha gente, y vi que la gente quería seguir con su vida. Iba al teatro con mascarilla, y era muy triste por la incertidumbre pero también muy bonito porque veías que las personas no se resignaban. Y ahora la gente ha regresado con normalidad, yo creo que con la misma actitud de siempre, quizá incluso con un poco más de entusiasmo.

-¿Es cierto que usted participó en la grabación de los coros de la versión de ‘Ojo al Gorila’ (Brassens) que Joaquín Carbonell grabó en 1995?

-Sí... pero fue una cosa muy anecdótica, pero estuvo muy divertido. Surgió a través de Luis Alegre, y estábamos allí David Trueba, Sabina, Labordeta, Miguel Pardeza... le hicimos los coros de la canción y la verdad es que nos lo pasamos muy bien. Y el estribillo, con lo de Ojo al goriiiiila todavía lo utilizo de vez en cuando para calentar la voz.