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Heike Freire, experta en innovación educativa: “Si un niño está perfectamente impoluto es que no está disfrutando su infancia” Heike Freire, experta en innovación educativa: “Si un niño está perfectamente impoluto es que no está disfrutando su infancia”
Heike Freire, junto a un árbol el pasado fin de semana en Andorra

Heike Freire, experta en innovación educativa: “Si un niño está perfectamente impoluto es que no está disfrutando su infancia”

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La experta en infancia e innovación educativa Heike Freire impartió el pasado fin de semana en Andorra, de la mano del Centro de Estudios Ambientales (CEA) Ítaca, un taller de “pedagogía verde” titulado Educar para cuidar la vida con 50 inscritos, público familiar y educadores que se conectaron entre sí y con la naturaleza, puesto que el 70% de las sesiones se realizaron al aire libre. En este entorno es donde la ex asesora de la administración francesa en materia educativa, que recomienda no sobreproteger a los niños para que experimenten y aprendan, considera que deben pasar los pequeños cuatro horas al día. 

- Su compromiso con el bienestar de los niños le ha llevado a implicarse como activista por los derechos de la infancia, en particular para defender su derecho a estar al aire libre.

- El espacio natural es el mejor medio para el desarrollo de un niño o una niña. Nacemos inmaduros y nuestro sistema está perfectamente adaptado para desarrollarse y madurar en ese entorno del que emergimos hace millones de años.

- ¿Qué le sugiere la presencia de carteles de "prohibido jugar a pelota" en el césped de un parque o en la plaza de una gran ciudad?

- Muchas escuelas que se plantean transformar patios, para sacar el cemento y meter elementos naturales, tienen un problema porque hay que mantener la pista para jugar al fútbol, cuando lo ideal es un descampado como los que había antes. Está bien jugar con la pelota, pero hay más actividad, como jugar con la tierra y con el agua, que tengan cerca plantas, que el suelo no sea totalmente plano para poder subir y bajar, o subirse a los árboles. 

- Pero si los niños juegan con el agua y con la tierra, se manchan, y hay padres que recriminan a sus hijos que lleguen con lamparones a casa.

- Me sorprende que en la era de la lavadora tengamos tantos problemas con que los niños se manchen. Si un niño está perfectamente impoluto es que no está disfrutando su infancia. Es un síntoma más de una cultura muy proteccionista hacia la infancia que se ha desarrollado así por muchas razones, entre ellas porque tenemos menos niños que antes. Cuando había diez en casa era imposible controlar a todos, pero si solo tienes uno lo tienes más que mimado. Tenemos la sensación de que cuanto antes se hagan adultos va a ser mejor para ellos, pero es un error garrafal. Una persona se va a hacer adulta con más plenitud si ha podido vivir su infancia de manera plena. Veo a niños de tres años con corbata y maletín que parecen ejecutivos y pienso: Qué pena de personas, que no han podido vivir una etapa tan fundamental en el desarrollo motor, intelectual, afectivo y social como es la infancia y vivirla plenamente. La infancia es una etapa desharrapada, un poco caótica, de mucha diversión, y eso es un tesoro para cualquier ser humano. Sobreprotegiéndoles les estamos dejando desprotegidos y les creamos todo tipo de traumas, como niños que no se atreven a jugar con algo porque tienen miedo a hacerse daño. Crecer con miedo no es lo ideal, sino hacerlo con confianza, desarrollando capacidades y confiando en sí mismos. Si no les pasa nada, no aprenden nada. Sin riesgo no hay aprendizaje.

- En los pueblos de Teruel se cierran escuelas porque las familias emigran a localidades más grandes. ¿Es bueno para los niños separarse del contacto estrecho con la naturaleza?

- Hay un movimiento como de vuelta al campo que es muy esperanzador pero que a veces se lleva la cultura de la ciudad puesta. Conozco niños que viven en pueblos que a los ocho años no les dejan ir solos porque ¡madre mía! De modo que hay niños que viven en entornos rurales que se pasan el día viendo la tele. Un entorno rural es muchísimo más saludable, pero dentro de eso habría que ver qué tipo de pueblo es y cómo se relacionan las familias con él y con otras familias. Los niños necesitan entornos favorables para que puedan desarrollar su autonomía.

- Los urbanitas a menudo realizan escapadas al medio natural para cargar las pilas. ¿No sería deseable que no fuera necesario tener que escapar?

- Para que realmente aporte todos los beneficios, es necesario que el contacto con la naturaleza sea cotidiano, por eso es importante que se transformen los lugares en los que vivimos: escuelas, barrios y ciudades. En un niño menor de 12 años, según los especialistas, son necesarias tres o cuatro horas diarias de juego al aire libre, y eso no se resuelve con un fin de semana en el campo, aunque todo el mundo sabe que lo ideal para desarrollar los lazos de la familia es tener experiencias juntos muy bonitas en la montaña que los niños van a recordar mucho más que si pasan el fin de semana en el centro comercial. 

- Le ha traído a Andorra un taller de “pedagogía verde”. ¿En qué consiste y a quién va dirigido?

- Va destinado a familias y educadores. Se titula Educar para cuidar la vida y se trabaja el vínculo familiar, los lazos familiares. En el día a día nos faltan momentos de conectar unos con otros y tener experiencias verdaderamente plenas y placenteras. Los papás y mamás aprenden y reflexionan sobre cosas para desarrollar esos vínculos. Por otro lado, se trabaja el vínculo con la naturaleza en sí, el conectarnos mucho más con ella.