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Isabel Navarro, directora de Laboratorio Citogen: Isabel Navarro, directora de Laboratorio Citogen:
Isabel Navarro, la pasada semana en Teruel

Isabel Navarro, directora de Laboratorio Citogen: "Urge hacer las bases de datos de los familiares de los desaparecidos en la guerra"

"Tomar muestras de ADN es muy emotivo y a veces un poco duro conocer los dramas que hay atrás"
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Isabel Navarro es la directora técnica del laboratorio Citogen que colabora con el Gobierno de Aragón en la toma de muestras de ADN a familiares de represaliados durante la Guerra Civil cuyos cuerpos están desaparecidos. La semana pasada estuvo en Teruel y Cella, por iniciativa de la Asociación Pozos de Caudé, para atender a quienes están interesados en que su ADN forme parte de la base de datos que se está creando para poder identificar los restos de quienes son exhumados de fosas comunes.

-¿Cuál es el trabajo que desarrollan desde el laboratorio?
-El objetivo de la toma de muestras es tener los perfiles genéticos de los familiares que están buscando a un desaparecido, que sabe, o cree saber, dónde están y que son fosas que ya están siendo exhumadas y se están identificando los restos, de forma que podremos cotejarlos para ver si corresponden con los de estas personas. También hay personas que vienen a dejar sus muestras porque aunque aún no saben dónde pueden estar localizados sus familiares, o saben dónde están pero las fosas no están intervenidas todavía, nosotros estamos creando una base de datos a nivel de toda la Comunidad de Aragón de forma que podamos ir comparando los perfiles de estas personas con todos los restos óseos que encontramos para hacer esa correspondencia.

-¿En qué consiste la base de datos, es como un banco de ADN?
-No es un banco de ADN porque ahí lo que se guardan son las muestras, sino una base de datos informática donde nosotros metemos el dato genético, los perfiles y quedan ahí guardados para poder hacer las comparativas. Se desarrolló durante el año pasado y este hemos empezado ya a volcar todos los datos que teníamos previos, con los que vamos haciendo ahora.

-¿Para poder cotejar esos datos, a qué descendencia directa hay que acudir?
-Sin duda alguna lo más fiable son los hijos, porque un estudio padre-hijo siempre nos va a dar un resultado concluyente. Conforme el parentesco es más alejado es más difícil que nosotros tengamos un resultado concluyente.

-¿Con los nietos entonces es más difícil?
-Con los nietos lo que hemos hecho ha sido ampliar este estudio y no solo hacemos un perfil genético de lo que llamamos marcadores nucleares, sino que también sacamos un perfil genético exclusivo del cromosoma Y. Como la mayoría de los fusilados son varones, ese perfil genético nos permite hacer estudios de linaje, y siempre que haya una línea descendente masculina tendrá el mismo perfil de cromosoma Y, y eso nos está permitiendo encontrar más correspondencias que si no lo tuviéramos.

-¿Qué les diría a las familias que están buscando a sus seres queridos?
-Yo les animaría a venir. La intervención es mínima, es solo un pinchacito en el dedo. Hay que animar a las personas muy mayores, porque es el momento de llevar esto adelante y estamos ahora exhumando un montón de fosas.

Identificaciones

-De los restos que se exhuman, ¿cuántos consiguen identificarse?
-Es una pregunta difícil, porque depende de muchas cosas. En Teruel hemos tomado muestras a muchísimos hijos, gente muy mayor, pero cada vez es menos y conforme pasa el tiempo el porcentaje de identificados va decreciendo porque no tenemos esos parentescos directos. Cuanto más tiempo pasa, menos porcentaje de correspondencia tenemos. Urge hacer las bases de datos de los familiares de las personas desaparecidas en la Guerra Civil.

-¿Es posible tomarse las muestras en casa y enviarlas?
-Nosotros podemos tomar muestras en nuestro laboratorio, y en ocasiones nos desplazamos, pero para familiares que tienen una movilidad reducida y no pueden desplazarse, facilitamos el envío de un kit de toma de muestras a sus casas y nos lo pueden devolver por una mensajería. No tiene ninguna complejidad, los kits que mandamos llevan unas las explicaciones y es fácil hacerlo.

-Aparte también les hacen un cuestionario, ¿en qué consiste?
-Les preguntamos lo primero el parentesco con el familiar que están buscando, y eso es muy importante que esté muy claro para plasmarlas en un árbol, en un pedigrí genético que llamamos nosotros, bien estructurado, para luego poder hacer la prueba y aprovechar al máximo los datos que tenemos. Y también les preguntamos por la procedencia y dónde creen que podemos encontrarlas, porque con estos datos también el grupo de patrimonio, de historiadores y antropólogos, son capaces de trazar los movimientos de las personas cuando están localizadas en un sitio e identificadas.

-¿Se ha empezado demasiado tarde esta búsqueda?
-Sí, ha pasado mucho tiempo y la pena de esto es que cuanto más distantes son los familiares menos conclusiones podemos sacar, pero más vale tarde que nunca.

-¿Vivencialmente, por las experiencias que le cuentan, cómo lleva su trabajo?
-Tiene dos caras, por un lado es gratificante porque sientes que estás ayudando a estas personas y les estás dando una pequeña luz. Yo me he encontrado con personas que me han llegado a decir que era el día más feliz de su vida por saber que hay alguien que se va a preocupar de encontrar a un familiar que tienen desaparecido. Tiene esa parte muy positiva de ayudar a otras personas, pero realmente también es muy emotivo y a veces es un poco duro ver las historias o los dramas familiares que determinadas personas han sufrido, y sobre todo cuando estamos hablando con personas muy mayores que también se emocionan mucho.