Jesús Herrero, escamondador: "La escamonda es una forma de gestión para que todo el mundo tenga leña y pueda calentarse"

Jesús Herrero es uno de los pocos escamondadores que todavía se dedican al cuidado de los árboles trasmochos. Con su motosierra poda con maestría las vigas de chopos, olmos y sauces .

-¿Cuántos años lleva dedicándose a trasmoche?
-No mucho tiempo, pero bueno, normalmente es una pequeña temporada en el año. Llevo muchos años ya tirando los chopos de casa para calentarnos, para leña, para calentarnos. No es que sea mi oficio, pero bueno, cuando toca hay que hacerlo.

-¿Quién le enseñó? ¿Cómo aprendió?
-Mis tíos han sido leñadores y han tirado muchas ramas... bueno, han hecho escamondas, pero antiguamente lo hacían a hacha. Está también Alejandro, que también de Galve. Es una persona mayor, tiene 93 años, y a la hora de hacer podas te va guiando y te dice “pues esta la tienes que tirar así o así’. Además, te vas fijando un poquito también en si hace aire, en la caída que tiene la rama, o en si va a pegar en otra de otro árbol para que no te vuelva la rama, que es lo peligroso. Todos esos detallicos te los van comentando y luego tú también lo vas viendo conforme lo vas cogiendo.

-¿Cómo ha cambiado la escamonda en estos años, después de que ya casi no se utilice la madera para vigas de construcción y que se destinen más para leña?
-Sí, cambia sobre todo con las lunas. Normalmente para el árbol es mejor hacerlo en luna menguante porque tiene menos sabia en la madera, que va bien para las vigas. Aunque la viga de madera, la que se utiliza para la construcción, lleva un proceso de curación de varios años, para tirarla hay que tirar a una luna menguante para que los vasos de  del sabia estén más cerrados. EA,sí, luego le ataca menos la carcoma y la madera se pudre menos si tuviera una gotera.

La vida del árbol

-Cuántos árboles ha podido usted escamondar en su trayectoria?
- La escamonda es una poda es una poda bastante agresiva que se le hace el árbol. Pero el árbol se regenera después. Los árboles que se han escamondado desde jóvenes, si no tienen escamonda cada cierto año, empiezan a secárseles las ramas por arriba hasta que muere. Es como la gangrena. En cambio, si tú coges y el árbol lo vas podando, se va regenerando. Aunque sea una poda agresiva, el árbol se regenera. De la otra manera, tiende a morirse.

Hay muchos árboles que hace muchos años que no se han podado, que tienen las puntas de las ramas secas y ha sido podarlos y volver a coger vida con bastante fuerza.

-¿Qué importancia tienen fiestas como la de este fin de semana?
-Es una toma de conciencia  del medio que tenemos, aunque es un medio antropizado, que los árboles no mueran y que se vuelvan a regenerar. De esta manera conservamos este patrimonio.

-¿Usted viene a relevo como escamondador?
-Si se pagara bien, pues yo creo que algún día... Bueno, es que tiene su riesgo. Yo pienso que siempre hay gente que está capacitada o que tiene ilusión por aprender, pero bueno es que hay demasiados árboles,  En fuentes Calientes, Allepuz, donde hay una chopera importante,  o Aguilar del Alfambra. Pero claro, todo esto no lo puede conservar solo una persona, si no que tienen que ser más gente que se implique.  Y bueno, con festivales como el A Escamondar que se celebra en Fuentes Calientes hacen que la gente se implique en todo esto, que tomemos conciencia y que alguno se anime también a continuar todo esto.

-En todo lo referente a la preservación de la tradición, de la cultura del trasmocho, a mí ha tenido mucho que ver el Parque Cultural del Choco Cabecero y la figura de Chavier de Jaime.
-Sí, claro, Chavier le ha dado un impulso con el Parque Cultural del Chopo Cabecero y a todo esto. Y de esta manera, a nivel institucional también hay un apoyo en los ayuntamientos para que todo esto tome relevancia. Aparte de que la gente, si tú le trasmochas los chopos y las sargas se va a utilizar la leña para calentarse.

-¿Este tipo de árboles tienen dueño?
-Creo que en cada pueblo hay un modelo, pero el modelo que yo conozco es si tú siembras unos árboles y los vas cuidando, pues tú te aprovechas de la leña, pero tú no eres el dueño del árbol. Tampoco lo puedes quitar porque te dé la gana. O sea que es una manera de gestión para que todo el mundo pudiera tener posibilidad de leña y calentarse en invierno porque normalmente había casas que tenían muchos árboles y otras que necesitaban leña y no tenían casi. Entonces, te sembrabas tus árboles y sabías que a los 15 o 20 años ibas a tener ya algo de leña de esos árboles.