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Jimmy Barnatán, músico, actor y escritor: Jimmy Barnatán, músico, actor y escritor:
El actor Jimmy Barnatán en Teruel. C.G.

Jimmy Barnatán, músico, actor y escritor: "En el Desafío Buñuel o te pones las pilas y trabajas rápido o 'you're over', amigo"

El cántabro regresa a Teruel tras su última actuación con Jimmy Barnatán&Cocooners, en MIL Festival 2019
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Jimmy Barnatán es actor -El día de la Bestia, Torrente, Hermanos de leche o Los Serrano-, escritor -La chistera de Memphis o Una noche en el St. Johns- y lidera la  banda de blues Jimmy Barnatán & The Cooconers, que actuó en la Glorieta de Teruel durante la primera edición del MIL Festival. Seguramente por eso no tiene muy claro qué vocación va antes y cuál después, o si todas son caras de la misma moneda. El cántabro participa como uno de los actores profesionales en el VI Desafío Buñuel que concluye hoy, rodando el corto Solo te pedí las putas llaves.

-¿En su entrada de la wikipedia deberíamos poner delante actor, escritor o músico?
-No estoy seguro. Solo sé que  soy un tío muy egoista y disfruto mucho de todo lo que hago. Yo creo que a veces hasta demasiado.

-Pero hombre, eso no es ser egoista...
-Sí, sí, francamente lo es. Pero vamos, que lo digo sin rubor. Exprimo cada cosa que hago, hasta el límite. Cuando me toca actuar quiero servir de la mejor manera posible al director, que es lo que tiene que hacer un actor. Dejarse de crear, que para eso están los directores. Realmente yo siempre digo que somos un instrumento, un estorbo imprescindible, y que debemos saber estar al servicio del director, que es lo que toca. Y cuando canto quiero hacer el mejor blues, estar cada día mejor. Y cuando escribo lo mismo, intento relatar y narrar mejor que nadie.

-Lo de rodar en 48 horas un cortometraje tiene mucho que ver con eso de exprimirse... no hay tiempo para florituras ni para dudas.
-No hay tiempo para discusiones filosóficas, exacto. En este trabajo ocurre que en muchas ocasiones, y lo digo por experiencia, se diluye la espontaneidad en conversaciones supérfluas y prescindibles. Aquí sin embargo, en el Desafío Buñuel, ocurre como en una serie diaria de televisión, tienes que currar y trabajar, sin tonterías. Y trabajar con premura, con tension y con un objetivo claro y un horizonte temporal bien definido que nos viene muy bien a todos. El tiempo es oro, aquí más que nunca. Pero eso mola mucho, porque o te pones las pilas, o you're over! (estás muerto). Aquí no te pueden despedir porque no hay tiempo para buscarte un sustituto, así que tienes que estar vivo sí o sí.

Experiencia

-Y encima en solo dos días de trabajo va a tener tu peli terminada... ¿qué más se puede pedir?
-Claro. ¡Hasta luego! Lo que se hace en Desafío Buñuel es muy guay. Es una experiencia que todo director debería vivir. Cuando uno se pone a dirigir siempre se toma licencias temporales, pero rodar en estas circunstancias te ayuda a valorar el tiempo. Y no solo los directores, ¿eh? También los actores, que es un gremio despreciable...

-Pobres...
-Que no, que no. Hazme caso. Están convencidos de que son inmortales, y este tipo de cosas como la que estámos haciendo en Teruel les devuelve a la mortalidad.

-¿Un desafío como este se parece más al teatro que al cine?
-A mi es que, francamente, el teatro no es algo que me apasione. Mucho trabajo y poco dinero. Aunque es verdad que en el teatro hay una ansiedad que es maravillosa. A mí me enseñó mucho Mamen Camacho sobre teatro, porque ella es una apasionada de ese género. Pero es que ella es actriz de verdad, yo soy un mentiroso. Y esa ansiedad lo convierte en algo muy especial, es cierto, pero yo ya estoy un poco mayor para eso. Me quedo con la ansiedad de la música, de tocar en directo, que al final supone enfrentarte también a otro tipo de demonios.

-Hábleme sobre el cortometraje en el que trabaja, 'Solo te pedí las putas llaves', y del papel que interpretas.
-Yo tengo mucho más de voz que de cuerpo. Solo te puedo contar eso.

-¿Qué tiene de Buñuel?
-Todo en este rally lo tiene porque Desafío Buñuel ya es de por sí bastante surrealista. Poner a cinco grupos que no se conocen a trabajar, porque aunque no lo parezca esto es un trabajo, en  un mismo espacio, ya es bastante surrealista. Surrealista y maravilloso como era Buñuel.  He tenido la ocasión de ahondar en el trabajo de este pavo, y si había algo que caracterizaba su obra, su manera de vivir y su manera de actuar con el resto de sus congéneres era la libertad. Básicamente hacía lo que le apetecía siempre. Y creo que los guionistas y los directores que participan en Desafío Buñuel la han ejercido completamente. Nosotros los actores ahora tenemos la misión de personalizar esa libertad que han tenido inspirándose en el primer director de cine español en conseguir un Óscar de Hollywood.