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Jorge Civera, Caballero de Honor de la Orden Templaria de Rubielos: “La aparición de los templarios supuso un paso adelante para  el Fin de Semana Medieval” Jorge Civera, Caballero de Honor de la Orden Templaria de Rubielos: “La aparición de los templarios supuso un paso adelante para  el Fin de Semana Medieval”
Jorge Civera, tras su nombramiento como Caballero de Honor de la Orden Templaria de Rubielos de Mora

Jorge Civera, Caballero de Honor de la Orden Templaria de Rubielos: “La aparición de los templarios supuso un paso adelante para el Fin de Semana Medieval”

Agradece el nombramiento como Caballero de Honor, que reconoce su implicación con la fiesta
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Jorge Civera fue nombrado Caballero de Honor de la Orden Templaria de Rubielos de Mora por su extensa colaboración con el Fin de Semana Medieval de la localidad, que se ha concretado en la redacción de varios guiones teatrales y en la recuperación de un pergamino del boceto del retablo original del altar mayor de la Iglesia de Santa María.

-¿Qué supone para usted este nombramiento?

-Es un reconocimiento a una labor de muchos años, de casi una década, durante la que he colaborado con los Caballeros Templarios y con el Fin de Semana Medieval de Rubielos de Mora. Aunque todo el trabajo se realiza en equipo, resulta agotador pero muy satisfactorio. Es un detalle a ese recorrido mío en Rubielos.

-¿Cuándo comenzó su colaboración con la Orden Templaria y en qué se ha materializado?

-He colaborado en todo tipo de trabajos, desde montar campamentos, escribir discursos, solucionar problemas de gestión... ¡Incluso me he convertido en el rey de Aragón Pedro III para nombrar damas y caballeros a los infantes!

-¿Qué supuso la formación de la Orden Templaria para el Fin de Semana Medieval?

-Los templarios venían desde otros lugares, como Castellón y Vall d'Uxó, con sus magníficos trajes. Entonces, junto a José Serrano, y dado mi interés por la historia, comenzamos a trabajar para traer recreacionistas, que daban color a la fiesta, y que culminó con la creación de la Asociación de Caballeros Templarios de Rubielos de Mora, de la que Serrano es el actual presidente y quien hace de maestre en la ficción.

-¿Los templarios llegaron para dar realce a la fiesta?

-Supuso un paso hacia adelante. Somos un punto más, pero nuestra aparición fue determinante para darle más color. El Fin de Semana Medieval comenzó a celebrarse hace 35 años y, desde entonces, algunas cosas se han mantenido, como el toro jubillo que le dio origen, y otras han desaparecido. La asociación ha dado protagonismo a los espectáculos medievales más relevantes.

-Precisamente, usted es autor de varios guiones teatrales que se han llevado a escena en Rubielos...

-Durante varios años, he escrito cerca de una decena de obras y algunas no se han llegado a estrenar por la pandemia. En un momento dado, no había autor ni director teatral, y conseguimos salvar la actuación con una pequeña dramaturgia medieval. En ese momento, me planteé hacerlo porque me sentía capacitado. He escrito cuatro obras para adultos, tres de ellas en verso imitando el lenguaje del Siglo de Oro, y otras cuatro infantiles.

-¿Cómo se ha documentado para su escritura?

-Aunque regento en Valencia y junto a mi hermano Gustavo la tienda Bellas Artes Civera, fundada por mi padre en 1940, me apasiona la historia. En las obras para adultos, los personajes y las localizaciones están inspirados en hechos históricos reales. Así, tengo una trilogía sobre Pedro Aznáres, un caballero que quiso convertir en un feudo, escrita con la información de sus pleitos y un poco de imaginación. Y la última obra que escribí antes de la pandemia trata sobre Gonzalo Pérez de Resa, quien capitaneó la defensa de Rubielos de Mora durante la Guerra de los Dos Pedros. Se titula Combate de reyes, amor de plebeyos y cuenta cómo se enamoró de una rubielana, con la que tuvo descendencia.

-Además, ha actuado como mecenas junto al historiador David Montolío de un valioso pergamino...

-El hallazgo de este pergamino fue fruto de la casualidad. Montolío es historiador del arte y director del Museo Diocesano de la Catedral de Segorbe y a los dos nos gusta indagar en el Archivo Municipal de Rubielos. Uno de los días que estábamos allí tomando notas de varios documentos, moví unas cajas y, al fondo de un armario, apareció un tubo que contenía un pergamino. Yo solo adiviné una estructura arquitectónica, pero Montolío, como especialista en el barroco, al momento identificó que se trataba de un boceto del altar mayor de la iglesia de Santa María. Este edificio fue construido en 1620 pero se incendió en 1844, por lo que no conocíamos cómo era el original. Algunas de las piezas que lo componían fueron traídas desde el monasterio benedictino de San Pedro de Roda.

Es un documento único para Rubielos de Mora y además es el único boceto que se conserva del autor, Juan Miguel Orliens. Junto a David Montolío, decidimos contribuir a su restauración por las facilidades que siempre nos ha dado el Ayuntamiento para acceder al Archivo Municipal. Después de enmarcarlo, ahora se puede ver expuesto en el salón de plenos.