

José Miguel Fuertes, escultor: “La abstracción sintetiza conceptos, y no tiene nada de malo explicárselos al público”
Una escultura del artista darocense consiguió el premio ART del Certamen Salvador Victoria de AlbentosaEl Museo Salvador Victoria de Rubielos rinde tributo al arte geométrico de Pedro García-Ramos
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La publicación ‘Camino a la abstracción’ da a conocer la colección del Museo Salvador Victoria
El escultor José Miguel Fuertes (Daroca, 1953) ganó el premio ART -el segundo mejor dotado- del Concurso de Arte Salvador Victoria de Albentosa. El autor explora a través de la abstracción el concepto de diálogo y de la esfera pública.
-Hábleme de su escultura ganadora, ‘Estadio de apertura y cierre’.
-Es un conjunto formado por un anillo horizontal de sección triangular realizado en alabastro blanco, con dos placas verticales acabadas en arcos apuntados, y realizadas en piedra negra de Calatorao. Marcan una especie de puerta de acceso al recinto anillado del alabastro. Ese acceso pretende ser una puerta que se abre al diálogo, que rompe la circunferencia cerrada y que nos conduce al centro del aforo.
-¿Por qué la sección del anillo de alabastro es precisamente triangular?
-Porque de ese modo sugiere en mayor medida un aforo, una especie de circo... es una manera de representar y simplificar unas gradas que en realidad no existen, y que aluden al espacio público. A través de las formas básicas trato de crear un contraste entre lo positivo y lo negativo, que también se manifiesta con el alabastro blanco y la piedra negra de Calatorao.
-Esos materiales están íntimamente ligados a Aragón. ¿Los emplea habitualmente?
-Me resulta especialmente sencillo y agradable trabajar con piedras locales. La piedra de Calatorao tradicionalmente se ha empleado para bordillos de las calles, aplacado de fachadas o adoquines, pero últimamente se emplea bastante en ornamentación. En sí son grises pero el pulido te deja un color oscuro y unos contrastes muy agradables. Y el alabastro también es autóctono, tenemos canteras en el Valle del Ebro, cerca de Calatayud, por Quinto de Ebro y Albalate del Arzobispo. Es una piedra que te permite hacer muchos contrastes, tanto por su textura como su cromatismo. Me gustan esas piedras pero en general nunca dejo de buscar materiales que me invitan a poder actuar sobre ellos. Por ejemplo granitos, bronce,acero o incluso hormigón, que es el material con el que realicé un monolito en Zaragoza en homenaje a los Héroes del Silencio, un prisma cuadrado de hormigón blanco que evoluciona hacia un exágono y remata con el logo del grupo de música.
-Ese monumento fue vandalizada a finales del año pasado...
-Lo de los graffitis es un mal endémico y no parece haber manera de evitarlo. Se grafitea cualquier pared, incluso hay quien lo hace sobre los propios graffitis de otros artistas locales.
-Volviendo a ‘Estadio de apertura y cierre’, ¿por qué eligio precisamente esa pieza para llevar a Albentosa?
-Más allá de los condicionantes de tamaño y peso, la elegí porque esta pieza pertenece a las que estoy realizando últimamente, en la que contrastó figuras básicas como cilindros, círculos o triángulos.
-¿Es más difícil conectar con el gran público a través de la abstracción?
-No hay duda de que es menos amable. Mis primeras piezas fueron retratos figurativos pero poco a poco fui entrando en la abstracción, tanto la orgánica como la geométrica, que es donde más cómodo me encuentro ahora. Y es cierto que es más difícil de llegar a través de ella a un público que quizá esté menos familiarizado con el arte. En ese sentido hay que explicar la pieza porque de otro modo su interpretación seguramente será muy diferente a la del creador.
-Hay quien dice que el arte no se entiende sino que se siente... ¿usted es partidario de explicarlo?
-Sí, sin duda. Un caballo, un niño, un anciano... eso lo interpreta cualquiera. Pero la abstracción sintetiza conceptos y no tiene nada de malo explicar a través de un texto, o de una charla, o como sea, a qué conceptos te refieres y qué camino has utilizado para sintetizarlos. El arte es comunicar, y no solo se comunica con la vista sino también con la palabra.
-¿Había participado antes en el certamen de Albentosa?
-No. Lo conocía pero no me había animado. Y en esta ocasión, sin el ánimo siquiera de optar a ningún premio, decidí presentar una obra para colaborar. Al final hubo como 50 obras presentadas, y es de valorar la implicación del Ayuntamiento de un pueblo pequeño como Albentosa, y de Beatriz Bertolín en la organización del festival y del premio. Tengo obra en el parque escultórico de Hinojosa de Jarque, y desde el año pasado también en uno que se acaba de crear en Embid de la Ribera. Creo que estos proyectos en el mundo rural son muy importantes y los artistas debemos ser los primeros en apoyarlos.
-Usted fue además uno de los primeros, el tercero en concreto, en ganar el Premio de Arte José Lapayese del Jiloca, en 2001...
-Así es. Era un premio muy interesante porque te permitía, al año siguiente, hacer una exposición individual en la Sala José Lapayese de Calamocha. Y en esta ocasión en Albentosa el concurso me ha dado la oportunidad de conocer a Marie Claire Decay, presidenta de honor de la Fundación Salvador Victoria, y una mujer extraordinaria con una vitalidad apasionante, con la que estarías horas y horas hablando sobre arte.