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Julia Sebastián, investigadora del grupo Hiberus que trabaja en el Santuario de Peñalba: “Las inscripciones de Villastar son de las pocas celtíberas de carácter religioso que existen” Julia Sebastián, investigadora del grupo Hiberus que trabaja en el Santuario de Peñalba: “Las inscripciones de Villastar son de las pocas celtíberas de carácter religioso que existen”
Julia Sebastián, durante la charla que ofreció durante el festival Lugnastar, celebrado los días 8 y 9 de junio en Villastar

Julia Sebastián, investigadora del grupo Hiberus que trabaja en el Santuario de Peñalba: “Las inscripciones de Villastar son de las pocas celtíberas de carácter religioso que existen”

“El santuario de Peñalba es por ahora el único celtibérico que se constata al aire libre en la península Ibérica”
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Cruz Aguilar

Julia Sebastián es investigadora contratada por el Instituto de Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza a través de los fondos europeos Next Generation. Pertenece al grupo de investigación Hiberus del Gobierno de Aragón y desarrollo sus actividades en el marco del equipo Titulus (Culturas escritas y epigráficas de la Antigüedad). La experta, que se ha ocupado de realizar un trabajo sobre el estado de la cuestión de las investigaciones del santuario celtíbero de Villastar, ofreció en el Festival de Lugnastar una charla sobre la recuperación y puesta en valor de este mural de la lengua celtíbera.

-¿Qué tiene de particular el santuario de Peñalba, en Villastar?

-Se trata, por ahora del único santuario celtibérico que hay al aire libre que se constata en la Península Ibérica. Además, tiene una treintena de inscripciones celtibéricas en alfabeto latino y también se han localizado algunas inscripciones en el alfabeto latino.

-¿Qué tienen de particular esas inscripciones celtibéricas en alfabeto latino?

-Nos indica que ya habían ciertas poblaciones con un nivel de latinización y romanización. Los romanos llegaron a la Península Ibérica en el año 218 antes de Cristo, se suele poner esta fecha que es cuando, en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, llegan para atajar el avance de los cartagineses y es el momento que empiezan los contactos entre los romanos y los pueblos indígenas que estaban allí. El adoptar el alfabeto latino indica cierta romanización.

-¿Queda mucho por investigar en el Santuario de Peñalba?¿En qué punto nos encontramos?

-Creemos que aún queda. Se hizo bastante en el marco de investigación del grupo Hiberus, pero ahora contamos con los avances tecnológicos que nos van a ayudar en gran medida. Pueden quedar inscripciones en el farallón y queremos intentar reconstruir, por ejemplo, dónde estaban las inscripciones que se llevó Cabré y están conservadas en el Museo de Arqueología de Cataluña.

-¿Esperan localizar más inscripciones con ayuda de los drones?

-Sí, es posible que haya algunas más que jamás han sido descubiertas a lo largo de los ya más de 100 años desde que tenemos conocimiento de Peñalba de Villastar.

-¿Qué aportan estas inscripciones halladas en este yacimiento de Villastar a la historia de la lengua?

-Son de las pocas inscripciones celtibéricas de carácter religioso que hay. Además, hay una gran restricción en cuanto a inscripciones en esta lengua y, de las que hay, sólo 200 nos dan cierto conocimiento lingüístico y de información acerca de los celtíberos. En Villastar las hay de carácter religioso y aportan bastante conocimiento en cuanto a la religión que podían tener.

-El arqueólogo Joan Cabré saqueó el yacimiento y los vecinos comenzaron a valorarlo hace muy poco. ¿Por qué esta dejadez con respecto a Peñalba?

-No te sabría decir porque llevo poco tiempo trabajando en él, pero creo que también depende mucho de la financiación que se pueda aportar para la investigación. Obtener financiación es complicado, y para las investigaciones en humanidades quizá un poquito más, y otra problemática es que es un patrimonio complicado de entender e inaccesible.

-¿Ha ayudado esa inaccesibilidad a que sobrevivieran esas inscripciones en lengua celtíbera?

-Sí y no porque a finales del año pasado aparecieron nuevas pintadas. Pero sí que se han conservado bien para los 2.000 años de antigüedad que tienen, aunque sí que está en cierta manera en peligro, también por estar a la intemperie, eso es un factor a tener en cuenta en la degradación de esas inscripciones.

-Su investigación está centrada en Peñalba pero, ¿en qué concretamente?

-Lo primero que hice fue poner todo al día, hacer un estado de la cuestión con todo lo que se ha escrito a lo largo de los últimos 20 años, porque a lo largo del siglo XX hay bastantes investigaciones de diferentes autores y también se digitalizaron muchísimas fotografías de la campaña de principios de los 2000.

-¿Es importante ahora ya no dejarlo de la mano hasta que se consiga poner en valor?

-Al final el objetivo es que la investigación de Peñalba llegue a todos los niveles, histórico, arqueológico y lingüístico y hacer con todo ese conjunto de investigaciones una monografía que sirva de referencia para los estudios futuros. Con todo eso y el centro de interpretación en el pueblo sobre Peñalba ya nos podríamos dar muy por satisfechos.