

Laura Izquierdo Hernández, propietaria de Joyería J. Hernández de Teruel: “El reloj de Teruel está pensado para regalar en momentos especiales en la vida de alguien”
“En la época de los cargadores y la rapidez he creado un reloj automático, es como volver a nuestros abuelos”Laura Izquierdo Hernández es la segunda generación de Joyería J. Hernández, que abrió sus puertas en Teruel en 1992. Tras varias creaciones con los símbolos de Teruel, ahora lanzan un reloj muy especial, con la estrella mudéjar, el Torico y los colores de la ciudad.
-¿Cómo surge este reloj?
-Quería hacer algo especial para Teruel, algo un poco diferente, una pieza única y qué mejor que la estrella de Teruel y el Torico. Buscaba algo para ocasiones especiales y unisex, porque este reloj es tanto para chico como para chica, que sirviera para cualquier ocasión y para cualquier persona. Hacer un reloj unisex es una propuesta arriesgada, pero según la correa y la persona que lo lleva parece un reloj diferente.
-¿Qué tiene de particular?
-En esta época de cargadores, donde todo es rápido, he creado un reloj automático, es como volver otra vez a nuestros abuelos. Si tú te lo quitas se para, tienes que tenerlo, llevarlo en movimiento para que funcione. Es un reloj automático con una muy buena maquinaria cuyo esqueleto se ve dentro de la estrella, es muy curioso, muy peculiar.
-El reloj muestra los elementos de Teruel, la estrella es la que se ve y en el interior está el Torico tocando la piel.
-El Torico siempre lo llevamos a ras de piel y en el reloj también están los colores típicos de Teruel, el verde que encontramos en la cerámica de Teruel, el rojo por el pañuelico y todo lo que significa el rojo para los vaquilleros y para Teruel y la figura del Torico que toca la piel del propietario.
-¿Por qué ese mecanismo a la vista?
-Para que se vea cómo se mueve y quede visible el esqueleto del reloj, que es una curiosidad. Para los que nos gusta la relojería, el hecho de ver el interior del reloj nos llama mucho la atención.
-¿Si no lleva pila, cómo se carga?
-Es un reloj de movimiento, lleva una media luna que va girando y haciendo que cargue la batería, que tiene una autonomía durante cierto tiempo. Tú te puedes quitar el reloj y como esa pieza ha cargado, no se para durante algunos días.
-El diseño de J. Hernández es unisex. ¿Que perfil de clientes ha tenido este producto?
-Cuando diseñé este reloj siempre pensé en momentos muy especiales: jubilaciones, aniversarios, cumpleaños... Es un reloj para recordar un momento especial de la vida de un turolense. Además, tenemos una máquina láser nueva con la que podemos hacer un montón de cosas diferentes, desde las huellas dactilares al escudo heráldico de la familia o el dibujo que te ha hecho tu hijo pequeño, es posible grabar cualquier cosa para sorprender en todos los sentidos a la persona a la que va dirigido el reloj. Va grabado por detrás, junto con el Torico. Lleva tu ciudad, lleva tus monumentos y un significado especial de personas que te quieren y te lo han regalado o refleja un momento muy guay de tu vida y lo has autorregalado.
-En un mundo donde lo digital manda ha hecho un reloj de saetas. ¿Por qué esta apuesta tan diferente?
-Pues porque a los que de verdad nos gusta la relojería estamos volviendo a los relojes de toda la vida. Ahora se están poniendo más pilas a los relojes que nunca, estamos un poco hartos de cargar el cepillo de dientes, el móvil, el reloj... Hoy en día hacemos una maleta y llevamos más cargadores que calcetines.
-¿Han diseñado ustedes otros elementos de Teruel?
-Sí, tenemos el skyline, que tiene mucha aceptación y también muchos detalles de Teruel para añadir a las pulseras de abalorios, está el Torico, el mudéjar...
-¿Cómo ha afectado a la venta de los relojes convencionales la irrupción de las pulseras digitales?
-Sí que ha afectado, aunque hay público para todo, hay mucha gente que demanda lo digital para estar en todo momento informado de pulsaciones, de pasos. Sin embargo, las personas a las que de verdad les gusta la relojería están volviendo otra vez a ponerse sus relojes y a buscar cosas diferentes. Y está muy bien un reloj inteligente para hacer deporte o para medirte en momentos puntuales, pero también tener un reloj que marque un momento de tu vida especial, que sea un recuerdo de ese día, por eso hemos pensado en algo así.
-El precio del oro está más alto que nunca. ¿Cómo repercute esto a las ventas a particulares en las joyerías?
-Afecta y mucho, la abuelita que compró a su primera nieta del regalo de comunión hace diez años no gastó lo mismo que lo que ahora necesita para regalar esa misma joya al último nieto. El precio se ha cuatriplicado, por decir algo, porque está muy caro el oro. Eso ha hecho que se vendan otros materiales, como plata bañada en oro, acero y también oro, pero de menos quilates, de nueve o diez. Los joyeros nos tenemos que adaptar a los tiempos y a la demanda del mercado. Como todo, la joyería evoluciona, se están vendiendo cosas diferentes, aunque es verdad que siempre está la persona que quiere oro de 18 quilates, que también lo tenemos para los que desean comprarlo.