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Laura Satué, profesora de canto y copla jotera: “No todo es cantar, bailar y tocar; componiendo jotas también  se ayuda a que no decaiga” Laura Satué, profesora de canto y copla jotera: “No todo es cantar, bailar y tocar; componiendo jotas también  se ayuda a que no decaiga”
Laura Satué, vestida con el traje regional

Laura Satué, profesora de canto y copla jotera: “No todo es cantar, bailar y tocar; componiendo jotas también se ayuda a que no decaiga”

El taller ‘Coplas y coplillas’ viaja por los pueblos más pequeños del Bajo Aragón para crear letras autóctonas
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Los vecinos de La Mata de los Olmos, Berge y Los Olmos se han convertido este otoño en compositores de letras de jota gracias al taller Coplas y coplillas que desarrolla la profesora de canto Laura Satué junto al profesor de rondalla y guitarrista Jesús Buisán, y que la Comarca del Bajo Aragón ha hecho suyo para fomentar y difundir el folclore aragonés. Según explica Satué, la propuesta renueva las letras al tiempo que propicia la socialización y promociona tradiciones, fiestas, personajes o monumentos de los municipios beneficiarios.

-¿Con qué intención parte su proyecto coplero?

-La intención es renovar un poco las letras de copla de la jota, y al mismo tiempo enseñar a la gente de los pueblos cómo se escribe una copla por si alguien se arranca. De la mano de la Comarca del Bajo Aragón, el año pasado iniciamos el proyecto en Foz Calanda, La Ginebrosa, Castelserás y Aguaviva, y este año estamos en La Mata de los Olmos, Berge y Los Olmos. Otro objetivo es promocionar las poblaciones con los temas que componemos, que están dedicados a personajes, paisajes y monumentos; fiestas y tradiciones, e historias y personajes populares. No tiene por qué ser un personaje ilustre, sino más bien popular: un cestero, el herrero, el alguacil... Alguien que haya destacado por alguna gracia u oficio.

-¿A quién va dirigido?

-La idea es juntar a gente de todas las edades pero se acercan más los más mayores, que además son los que te pueden dar más información. Ellos se acuerdan más de las tradiciones y las fiestas y en base a eso vamos haciendo las coplas. Yo les ayudo a rimarlas y a cuadrarlas por sílabas. Cuando ya las tenemos hechas, les muestro cómo quedarían cantándolas. Al principio nadie se arranca, pero cuando vamos por rondaderas y con Jesús a la guitarra se suman y les hace mucha ilusión comprobar cómo han quedado. Todo el material pasa después a manos de la comarca, que editará un librillo con las colecciones de los pueblos para que puedan estar al alcance de todo el mundo. A ver si con ello animamos a visitar poblaciones pequeñas, ahora que hablamos tanto de la despoblación.

-¿Los grupos de jota incorporan estas coplas a su repertorio?

-Con la Agrupación Folklórica de Cuerdas y Voces del Bajo Aragón las estamos cantando, y si da la casualidad de que haces un festival en el pueblo donde han hecho las coplas, no te imaginas la gente la emoción que tiene.

-¿Qué verso hay que cuadrar en primer lugar para que una copla quede bien?

-Hay que tener en cuenta que a la hora de escribir las coplas son cuatro versos, pero a la hora de cantarlas se desdoblan en siete. Lo más importante es la rima del segundo con el cuarto, y cuando se quiere dar especial importancia a algo es mejor ponerlo en los versos que se repiten. Estas son las reglas básicas. No nos metemos en rimas literarias, que si asonante o consonante. Antes las coplas las hacían improvisadas porque muchas veces no sabían leer ni escribir. Iban cantando e improvisando.

-¿Qué participación tienen estos talleres?

-Vamos a poner una media de 12 personas por pueblo. El primer día, como no saben bien lo que es y creen que les vas a hacer cantar, no vienen mucho, pero cuando ven que se trata de un taller de escritura en la segunda sesión siempre hay más gente.

-¿Cuántas horas hacen en cada pueblo?

-Tenemos cuatro sesiones de dos horas, una por semana en cada pueblo, por lo que en un mes nos salen ocho horas. Sacamos un mínimo de 25 coplas y en alguno hemos pasado de 45. Siempre nos dicen en la primera sesión que hay poco que contar, pero luego empiezan a salir cosas.

-¿Qué temas destacaría de los que van saliendo?

-Hay muchos, pero sí que es verdad que salen muchas cosas que tienen todos en común, como por ejemplo las fiestas de San Antón, las más típicas de invierno. Unos a la subasta le llaman la llega, otros el trance...

-¿Ha llevado su proyecto a otras comarcas?

-Se trata de un proyecto personal que surgió porque somos profesores de jota y se lo planteamos a la Comarca del Bajo Aragón. Les gustó y está teniendo aceptación. En la Comarca de Teruel hace más años que llevamos haciéndolo. Empezamos con un taller de copla improvisada y ahora estamos con una segunda parte, que este año ha tenido mucho éxito, que son las rondas populares con la colección de jotas que compusimos y que funcionan a modo de visitas turísticas. Hemos estado ya en Alfambra, Santa Eulalia, Villastar, Villarquemado, Cuevas Labradas, Perales del Alfambra, El Pobo, Galve, Libros, Cedrillas, Aguilar, Escorihuela, Alba, Camarillas y Camañas.

-Toca promocionar la jota.

-Lo más importante de todo es que la jota no decaiga. Es algo que está al alcance y la edad de todos, pues no hace falta ir a cantar, bailar y tocar, sino que a través de la composición de coplas también se puede colaborar. Ha habido gente mayor que ha descubierto su faceta compositora.

-¿Se van recuperando las escuelas de jota tras la pandemia?

-Ahora parece que vamos un poquito más hacia la normalidad, pero sí es verdad que la gente ha tenido miedo a volver. Ha tenido que transcurrir un determinado tiempo y lo hemos pasado un poquito mal.