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Lídia Jorge, escritora portuguesa, protagonista del último número de Turia: “La tragedia de la Covid nos obliga a reflexionar sobre 
el sentido de la humanidad” Lídia Jorge, escritora portuguesa, protagonista del último número de Turia: “La tragedia de la Covid nos obliga a reflexionar sobre 
el sentido de la humanidad”
La escritora portuguesa Lídia Jorge, que hoy presenta en el Instituto Cervantes en Madrid un nuevo número de ‘Turia’

Lídia Jorge, escritora portuguesa, protagonista del último número de Turia: “La tragedia de la Covid nos obliga a reflexionar sobre el sentido de la humanidad”

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La escritora portuguesa Lídia Jorge, recientemente galardonada con el Premio de Literatura en Lenguas Romances que concede la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), la más importante de habla hispana,  es la principal protagonista del nuevo número de la revista cultural Turia, que se presenta este jueves en el Instituto Cervantes de Madrid.

-¿Conocía la revista Turia antes de esta retrospectiva de su obra que se recoge en el número que hoy se presenta?

-La conozco desde el año 2015, cuando la revista dedicó todo un número a la cultura portuguesa y española. Me llamaron para hablar con la revista. Soy admiradora de una revista de tanta calidad. Jamás imaginaría que un día el cartapacio se fuera a hacer sobre mis libros. Siento mucha gratitud y honor por ello. Me parece que Raúl Maicas, su director, y Enrique Ruiz han hecho un trabajo formidable.

-Este trabajo de la revista Turia ¿es una manera de que su obra llegue a un público diferente al que suelen llegar sus  libros traducidos del portugués al castellano?

-La  importancia de este trabajo es que hay doce ensayistas que han investigado sobre mis libros de una manera muy particular. Algunos son extensos trabajos intelectuales de interpretación muy profunda y erudita. Es una manera de dirigirse a un público más exigente y abrirles la lectura de mis libros. Las grandes editoriales quieren abarcar a un gran público y este  no es el caso. Aquí se habla desde la seriedad y eso me da gran satisfacción. Es un honor saber que hay una serie de gente que puede explicitar el sentido fundamental de mis libros y su relación con la literatura contemporánea, crear una especie de iceberg con mis libros entre los otros libros peninsulares.

-Este año le ha sido concedido el Premio de Literatura en Lenguas Romances que concede la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México). ¿Qué supuso para usted este reconocimiento?

-Es una coincidencia con la publicación de este especial de la revista Turia. Este premio me da mucha alegría porque las lenguas  romances son ocho y he entrado en ese escaparate con escritores que tienen un punto de vista diferente al de la literatura más concurrida, que es la anglosajona. Es un gusto que este premio reconozca mis libros, porque me incluye en el grupo de escritores cuya literatura se inscribe en una historia de la humanidad muy importante, que viene del mundo mediterráneo que después se desplazó a América del Sur. Me siento dentro de un arca de alianza de los escritores que hablan de una literatura tan importante y tan distinta a otras culturas. Tenía entre sus copatronos a Juan Rulfo, que es un mito literario. Enlazar mi nombre con el suyo es una gran honor para mí.

-Estaba previsto entregar el premio este mes. ¿Cómo se va a llevar a cabo?

-Va a ocurrir toda la feria de forma online. Para la entrega de premio he grabado mi discurso de aceptación. Todo será por Internet debido a la pandemia.

-Usted ha escrito sobre la situación generada por la Covid. ¿Cómo cree que nos va a cambiar como sociedad esta crisis sanitaria y económica?

-Me parece que lo más importante es que significa una tragedia que al mismo tiempo, como todas las tragedias, nos obliga a reflexionar sobre el sentido de la humanidad y sobre todo del sentido del futuro próximo de la civilización humana. Nos hace pensar que el camino por el que iba el mundo era como una locomotora que iba tan deprisa que se precipitaba al abismo. Todo esto me parece un gran aviso que la naturaleza nos hace. Con esta pandemia sabemos muy bien que la Tierra puede pasar sin nosotros. Estamos viendo que la naturaleza crece sin preguntarnos. Tenemos que analizar cómo la explotamos y sobre la distribución de la riqueza. Estamos comprendiendo que hay que cambiar. Quiero que la pandemia sea corta pero al mismo tiempo creo que es algo tan fuerte que nos tiene que hacer cambiar de verdad. Estamos en un momento de cambio. Se dice que todos los días nace una época, es verdad, pero hay días que las épocas nacen con más fuerza. Estamos en un momento fundamental porque está naciendo la época tecnológica y al mismo tiempo esta situación está enviando un mensaje para el futuro diciendo que los humanos son importantes. Los principios de la ética y la moral de la cultura clásica tienen que continuar. Contra los triunfalistas de la cultura tecnológica este momento demuestra que la cultura clásica persiste. Las dos culturas no son disyuntivas.

-¿Qué papel le toca jugar en este momento a la literatura?

-A mí me parece que es el salvoconducto. La literatura es una disciplina sin la cual las otras artes no existirían. Es la más honda, la más abstracta porque su materia prima son las palabras, que son el reflejo del pensamiento tanto el racional como el de los sentimientos. Es el pensamiento analógico que tenemos. El del amor, el de la hermandad, que no pasa por el raciocinio, sino por la conducta humana. Eso se ofrece a las otras artes. La literatura va delante, es la que permite hablar y explicar. Hoy hay una gran confusión entre la cultura y el entretenimiento y son dos cosas diferentes, aunque se toquen. Se está perdiendo la lectura cuando la literatura habla de las raíces humanas, de la historia de cada pueblo, de cada país. Nos hace hermanos pero desde la diferencia.