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Luis Chiva, jefe del departamento de Ginecología de la Universidad de Navarra: “La comunicación es básica para poder tranquilizar 
y ayudar a los pacientes” Luis Chiva, jefe del departamento de Ginecología de la Universidad de Navarra: “La comunicación es básica para poder tranquilizar 
y ayudar a los pacientes”
Luis Chiva durante el Curso de Fundamentos en Obstetricia y Ginecología de Teruel. I. Traver

Luis Chiva, jefe del departamento de Ginecología de la Universidad de Navarra: “La comunicación es básica para poder tranquilizar y ayudar a los pacientes”

Participó en el XII Curso de Fundamentos en Obstetricia y Ginecología de Teruel
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Luis Chiva es jefe del departamento de ginecología de la Universidad de Navarra, aunque actualmente trabaja en la sede de Madrid. Es experto en tumores ginecológicos y fue uno de los ponentes que participó en el XII Curso de Fundamentos en Obstetricia y Ginecología que se celebró en Teruel.

-Cuéntenos primero, ¿Qué es exactamente la Sego?

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia es el organismo científico y societario de nuestra especialidad y en ese sentido se encarga de la acreditación formativa de las personas durante el periodo de la residencia. Acredita también el aprendizaje continuado y también es la responsable de la generación de IAS clínicas para poder llevar a cabo una medicina científica. En ese sentido, una de las fórmulas de formación que tiene son los cursos para residentes. Luis San Frutos que es el director del curso que se celebra aquí en Teruel lleva 12 años sacando adelante este evento. 

-¿Cúal es la finalidad de este curso?

-Es un curso muy especial, porque nos dirigimos a los residentes de primer año que tienen una formación muy muy básica y les exponemos de algún modo, pues lo que puede ser su trayectoria profesional, incidiendo en los grandes temas de la especialidad.

-¿Qué es lo que les ha contado usted en su charla?

-Pues aunque yo soy experto en tumores ginecológicos, este año me han pedido que les de una charla motivacional sobre qué esperamos de ellos. Existe una queja generalizada de que las nuevas generaciones trabajan menos que las anteriores y esto hay que matizarlo porque concilian más, o dedican más tiempo a sus aficiones. Puede ser verdad, pero es cierto que durante los últimos tres mil años nos venimos quejando de lo mismo. Entonces en mi charla, básicamente, he tenido la oportunidad de hacer una encuesta limitada a miembros de la sociedad y les he preguntado qué es lo que más les importa a los residente. Lo primero es que la gente que lleva ya más de 10 años en la especialidad detecta que esta generación es cortoplacista. En segundo lugar, que aparentemente trabajan menos de lo que lo hacíamos nosotros, pero bueno, no es más que un reflejo de la sociedad. Ahora, entre mis compañeros los valores que más se aprecian son dos: la responsabilidad con el paciente, el trabajo en equipo y la solidez de los residentes, que podamos confiar en ellos.

Sobre todo a estos chicos les he hablado de dos cosas, una el entusiasmo. Es muy difícil trabajar si no tienes pasión por lo que haces. Y luego les he hablado de la importancia en ginecología del trato exquisito con el paciente, de saber comunicar y de tener empatía. También les he hablado mucho de que tienen que cuidarse para evitar lo que se llama el de desgaste profesional y he explicado tácticas para evitarlo.

-Les ha mostrado entonces las directrices básicas para ser un buen profesional...

-Así es, mi charla es motivacional. Pretendo que encuentren un camino que les satisfaga en esta profesión tan bonita, pero también que asuman la responsabilidad de cuidar al paciente. Tienen que saber que aquí no es suficiente con hacer lo puramente exigido, eso en medicina no es posible, aunque luego los gerentes se aprovechen de esa realidad. Si tu estas de guardia y la persona que viene a sustituirte no ha venido, tu no te puedes ir, aquí no.

Y luego también les he hablado de algo que es fundamental como el trabajo en equipo. Les he insistido mucho en la idea de que el trabajo en equipo es la energía que consigue que gente común logre resultados poco comunes, que es una frase de Karnevi. Y también, en este sentido, evitar a los residentes tóxicos.

-Decía usted que enseñan a los residentes a comunicar...

-Claro, porque en los seis años de carrera enseñan muchas cosas, pero no a comunicar y eso es un problema porque la comunicación es básica para poder tranquilizar y ayudar a los pacientes. Nosotros no nacemos con un talento innato para comunicar y creemos que comunicamos muy bien, pero las estadísticas dicen que muchas veces los pacientes no nos entienden y eso genera mucha frustración en ellos. Pero hay que dedicar tiempo y muchas veces no lo tenemos, es más a veces utilizamos argumentos de bloqueo para cortar las conversaciones y eso hay que evitarlo. Yo siempre les enseño a los residentes que a mi me gusta, cuando has acabado la entrevista con la paciente hacerle una pregunta, “¿Qué más? ¿Tienes algo que te preocupe?” Eso cuando tienes mucha gente fuera esperando, pero realmente es muy interesante, porque cuando haces esa pregunta la gente revela sus preocupaciones o al menos le sirve para darse cuenta de que no tiene más.