

Luis Maura, escritor, actor y docente: “El ‘sexilio’ se produce cuando las personas LGTBIQ+ huyen del rural para desarrollar su identidad”
El escritor de 'Nido de pájaros' y 'Niño santo' participa en el tercer Orgullo organizado por AMAS en AlcorisaEl escritor, actor y docente Luis Maura (Ciudad Real, 1983) es un referente para la comunidad LGTBIQ+ por su activismo literario, principalmente con la publicación en la editorial Dos Bigotes de las novelas Nido de pájaros (2019) y Niño santo (2022). El sábado estuvo en el tercer Orgullo organizado en Alcorisa por la Asociación de Mujeres Autosuficientes Sororas (AMAS) Rurales, un completo programa de actividades en el que participaron una quincena de artistas e invitados para dar visibilidad al colectivo también en los pueblos.
-¿Qué es el sexilio?
-Se produce cuando las personas LGTBIQ+ que se crían en ambientes rurales necesitan huir de esas poblaciones pequeñas para poder desarrollar su verdadera identidad. Yo soy de un pequeño pueblo de Castilla La Mancha y no me atrevía a salir del armario en ese entorno. Había mucho acoso y mucha homofobia. Si lo haces, te enfrentas a violencia de muchísimos tipos y muchísimo dolor. De modo que acabamos yéndonos a ciudades más grandes, también fuera de España, para poder atrevernos a ser quienes somos.
-Cada junio la comunidad LGTBIQ+ visibiliza su Orgullo de ser como es. ¿Cree que el movimiento aborda la problemática concreta en el medio rural?
-El Orgullo de la capital de Madrid se olvida de los pueblos. Por eso es importante que se hagan eventos en el medio rural para que tengan mayor impacto y se vea que es la propia gente del pueblo la que reivindica que puede vivir aquí tal cual es, y ser aceptada. Son más importantes estos nuevos orgullos autogestionados, como el de Alcorisa, o como el que hace un par de años tuvo lugar en Soria por primera vez. Es importante hablar del orgullo con amplitud.
-Cuando vuelve a su pueblo, ¿lo hace convencido?
-Todavía es una sensación un poco agridulce. Sé que se ha evolucionado y que las cosas están mucho mejor que hace 20 años cuando yo me fui. Pero hay muchos recuerdos del pasado todavía en mi cabeza. Me puedo ir a otro pueblo y estar seguro y orgulloso de mí mismo, pero en el mío me sigue costando un poco más. Puedo decir que gracias a escribir estas dos novelas me he aceptado a mí mismo, a saber de dónde vengo, y me ha ayudado a hacer las paces con mi pueblo y con mi pasado. Ahora vuelvo con la cabeza alta.
-Sus novelas parecen autobiográficas. ¿Le ha servido de terapia escribirlas?
-Ambos libros son autoficción. El primero sí que tiene una buena parte de mi vida. Lo empecé a escribir como desahogo, como necesidad de un fin de semana que fui al pueblo y no quise ni salir a la calle porque no me sentía cómodo ni seguro. Allí estaba en el armario y no me sentía honesto viviendo una mentira cuando habían pasado tantos años. Volver al pasado era volver al pueblo. Nido de pájaros me sirvió como terapia para cerrar esas heridas y desahogarme. Y le ha servido a mucha gente al verse reflejada.
-En Niño santo cuenta la historia de un chico acosado que encuentra en la fe su rincón de paz. Hasta que su peor enemigo entra de monaguillo.
-Es un niño más sensible y frágil. Le hacen bullying porque no encaja en esa masculinidad tóxica que se promueve. Los niños un poco más frágiles y sensibles tienen cabida en el mundo de la Iglesia, porque se cultivan otro tipo de valores. Con la mala suerte de que uno de sus acosadores acaba siendo monaguillo. Se enamora de él y el otro le corresponde, pero son dos formas de ser LGTBIQ+. El protagonista sabe perfectamente que va contracorriente pero el otro lo que hace es machacarle. Para que no me llamen maricón, se lo llamo yo más a él. Dicen que hay mucha homofobia que viene de la propia homosexualidad no aceptada. Atacar al más débil. Lo mismo ocurre con el chico gordo o el negro: el racismo y la gordofobia siguen existiendo. Para formar parte del grupo, desgraciadamente, tienes que seguir a la multitud.
-¿Faltan referentes rurales?
-En los pueblos pequeños hay muy pocas lesbianas y homosexuales visibles. No dejar de salir del armario todo el rato es agotador. Te limita mucho. Si tienes tu pareja y os instaláis en un pueblo puede ir muy bien, pero una persona soltera que quiere tener relaciones sexuales lo tiene mal y en las aplicaciones nunca muestra su cara. Está más expuesto a violencias, miradas y comentarios. Hasta el punto de que muchos están casados y viven su heterosexualidad de cara a la galería. Hay que trabajar mucho aún.
-¿Detectan una involución en derechos desde que la extrema derecha está en auge?
-Cuando tantísima gente vota a la extrema derecha asumes que están a tu alrededor, y es terrible. Que prohíban libros, que retiren obras de teatro y películas quiere decir que una parte de la sociedad no nos quiere y le gustaría que no existiéramos. Están cancelando leyes y prohibiendo la cultura LGTBIQ+, lo cual es muy peligroso. Los votantes tienen que pensar si su hijo es LGTBIQ+ o tienen gente cercana que lo es. Ellos hablan muy claro y hacen que no nos sintamos seguros ni podamos ser nosotros.
-¿Asociaciones como las AMAS ponen el contrapeso?
-Son un rayo de luz sobre tanta oscuridad. Apoyan, crean espacios seguros, cuidan y acogen. Estoy muy contento de haber participado en su tercer Orgullo.