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Luis Zafrilla, pintor y escultor: “El toro de Osborne es un hito en el arte español y tiene mucho que ver con este tipo de obra” Luis Zafrilla, pintor y escultor: “El toro de Osborne es un hito en el arte español y tiene mucho que ver con este tipo de obra”
El artista Luis Zafrilla, delante del Turiasaurus que ha relizado en Riodeva. J. L. R.

Luis Zafrilla, pintor y escultor: “El toro de Osborne es un hito en el arte español y tiene mucho que ver con este tipo de obra”

Autor de la reproducción a escala real del Turiasaurus enmarcado en el programa DinoExperience
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José Luis Rubio
Aunque en sus redes sociales Luis Zafrilla se resume como “Pintor, diseñador y escultor nacido en la Serranía de Cuenca y formado en Barcelona con más de 40 años de trayectoria”, en realidad es mucho más. ha sido el encargado de dar vida a un Paisaje Ilustrado en la Serranía de Cuenca, de orquestar un homenaje a la rumba catalana o generar ilusiones ópticas en Salvacañete. Son algunas de sus hazañas creativas en su etapa de arte en el exterior. La última ha sido dar vida al gigante Turiaraurus riodevensis, en Riodeva, con un monstruoso saurio de 30 metros de largo, 10 de alto y 26 toneladas de peso.

-¿Cómo ha llegado a Riodeva para recrear a su vecino más antiguo?

-Tengo una obra en la Sierra de Cuenca, entre unos cuantos pueblos, que es del mismo tratamiento y la misma finalización que esto y que participan de la misma temática, que es el tiempo y la extinción de la cultura rural. Es una obra que se llama El Paisaje Ilustrado y consta de 42 obras instaladas en el medio natural. Vieron aquella obra y decidieron llamarme a mí.
Hubo que pensárselo un poco porque ante un encargo como éste, hay que medirse las fuerzas antes de aceptarlo, pero me tiré para adelante.

-¿Qué es lo que más le impresionó cuando le pusieron el encargo encima de la mesa?

-Se me pusieron por delante dos cosas. Una fueron las dimensiones de la obra, porque yo nunca me había metido en una obra tan grande. Y también, la realización de la obra, sobre todo la forma y el diseño que podía tener el dinosaurio con estas dimensiones.
Tenía que ser una obra que no fuera aburrida, sino que fuera verde de la cabeza al rabo, y que se pudiera hacerla amena, interviniendo un poco aunque no fuese vero, que fuese ben trovato (“si no es verdad, está bien encontrado”, en castellano), que tuviese un poco de entretenimiento para la retina.

-Sin embargo, no ha tenido libertad creativa absoluta, sino que ha estado condicionado por las propias características del saurio.

-Las dimensiones y la morfología del animal estaban condicionadas. La única condición en la que me dejaron un poco libre fue la apariencia exterior. Yo llegué a la conclusión de que es imposible que haya un modelo definitivo de dinosaurio, y ahí se me abrió un poco la puerta creativa de intervención a mi entender. El proceso de diseño fue muy largo pero ahí se fue definiendo el animal en su aspecto definitivo. Hubo que hacer un patrón que después  ha sido la guía porque tenía que ser la representación final de las partes del animal.

-¿Cuanto tiempo ha estado trabajando en este Turiasaurus?

-He estado trabajando unos cinco o seis meses en el diseño, alternando con alguna otra obra que tenía en proceso, y siete meses en la ejecución, de mayo a septiembre.

-¿Dónde pintó el dinosaurio?

-Lo he pintado en una nave grande porque tenían que maniobrar grúas. Teníamos que trabajar allí los soldadores y yo. Se pintó todo allí, pero como eran 13 partes hubo que terminarlo aquí porque el ensamblaje se hizo aquí, en su ubicación definitiva. Hubo que trasladar las piezas en tráiler y aquí se ensamblaron y después se acabó aquí la pintura, lo que consistió, básicamente, en retocar las juntas. Pero fue un trabajo que me costó un mes porque fue donde más trabajo había  para hacer, que coincidieran una con la otra e igualar los colores.

-¿Cuánto le ha condicionado el entorno a la hora de elegir la gama cromática?

-No me ha condicionado nada. Me condicionó el hecho de trabajar en el exterior, pero hemos tenido buen tiempo.
Hay que tener en cuenta dónde va ubicada la pieza  y las consecuencias que va a tener su implantación en un sitio determinado.  En esta, se ve por la parte de atrás está como enfoscada para mimetizarlo un poco más en el terreno.

-¿Va a participar usted, como autor de la obra, en la planificación de la adecuación del entorno que anunció el alcalde en la presentación de la silueta?

-Estuve hablando con el alcalde y con los estructuristas y no sé si quieren acondicionar más esto o intervenir más, pero yo diría que no. Yo insisto en que la obra esté como si estuviera el dinosaurio vivo, en el medio natural, sin más muebles ni vallas ni elementos urbanos.

-Se ha insistido en no compararlo con los toros de Osborne. ¿Es positivo que lo comparen con una imagen que es Patrimonio Histórico?
-Se refería a la estructura, porque se quiso que no tuviese contrafuertes ni elementos metálicos que se pudiesen ver en ningún lado. Eso llevó a tener que reforzar muchísimo la estructura, sobre todo las verticales. A mi me interesa toda la historia del arte español y el toro de Osborne es un hito, y tiene mucho que ver con este tipo de obra. Yo me he guiado por él cuando empecé con esto. Por cierto, parece ser que soy el único artista que ha hecho algo en este orden.

-¿Le preocupa cómo afecte el paso del tiempo en los colores?

-Últimamente he dado con una solución. Es una protección del mismo material de la pintura y está dando resultados porque hay obras instaladas desde hace cinco y están exactamente igual que el primer día.

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