Malena Goya, artista ganadora del Premio Nacional Spiritu 2025: “La mezcla de piezas clásicas y contemporáneas del MAST resulta valiente e interesante”
La zaragozana plantea una reflexión sobre la fragilidad de la memoria a través de videoarte digital generativoEl Premio Spiritu lanza su cuarta edición e incorpora una residencia artística en El Pobo
Lo más actual y tecnológico del arte se cuela en el Museo Diocesano de Teruel
Malena Goya es una joven artista zaragozana que se graduó en Bellas Artes en Teruel en 2021, y que ha sido premiada con el Premio Spiritu 2025, que por cuarto año consecutivo convoca el Museo de Arte Sacro de Teruel. Su obra, Crystal Memories, una arqueología del recuerdo puede verse expuesta hasta en 31 de enero en la primera plata del museo, junto a otras seis piezas que han concursado.
-Llama mucho la atención ver una pieza tan tecnológica y contemporánea como la suya en un museo de arte sacro como el MAST...
-Sí, es lo interesante de este premio, que permite que se combinen obras de gente muy joven, algunas de ellas con lenguajes muy contemporáneos como el mío, con piezas mucho más clásicas, propias de un museo como el diocesano. Creo que es una combinación muy interesante y valiente.
-¿Qué es ‘Crystal Memories’ en lo formal?
-Es una obra de arte generativo hecha con un programa de ordenador que utilizo habitualmente, TouchDesigner. Es una especie de red, una malla de pequeños cristales, pequeñas partículas que brillan y se transforman, generando una imagen animada. Son formas que van construyéndose y deconstruyéndose, se disuelven, se forman, creando diferentes patrones.
-En el MAST puede verse un vídeo de unos dos minutos, pero la pieza original va más allá...
-Sí, he creado un loop que se va reproduciendo en bucle, y es el que se puede ver en la pantalla del museo. En realidad la pieza en sí está continuamente recalculándose en tiempo real, de forma que cada imagen es nueva y nunca se repite. De ahí que represente la memoria, porque esta se construye con recuerdos que se revisitan y se modifican continuamente, de forma que cuando se invocan nunca son los mismos.
-¿Con qué datos alimenta el programa de ordenador para que genere las imágenes?
-En este caso son números aleatorios, es simplemente una matriz que he creado con el objetivo de que se crearan este tipo de formas, más por la estética de lo que yo quería representar que otra cosa. Pero lo bonito de este software, y lo que estoy intentando explorar, es que puedes introducir datos reales para poder representar cosas del mundo real. Por ejemplo, ahora estoy experimentando introduciendo frecuencias neuronales o movimientos que tú haces con el cuerpo para ver su representación gráfica en pantalla. Puede ser cualquier tipo de información, números, movimientos...
-En ‘El Jardín de los Pensamientos' que pudo verse en el MIL Festival 2019 y en la Sala Térvalis en 2020 ya hablaba sobre cómo se construyen los recuerdos, cómo configuran la identidad del individuo y hasta qué punto pueden ser frágiles ¿Podría decirse que esta es su principal inquietud como artista?
-Lo cierto es que no lo había pensado, la verdad. Pero no, no creo que sea mi tema central, aunque me interesa mucho y muchas veces lo uso como punto de referencia para plantear mi inspiración. Yo diría que mi tema central es el cuerpo y cómo nos comunicamos a través de él con la tecnología.
-¿Se considera una artista digital en el sentido de que la tecnología es su principal herramienta de expresión?
-Desde hace algunos años sí. Antes me definía más como artista multidisciplinar, pero ahora me decanto por los medios más tecnológicos
-¿Por qué ese cambio?
-Porque he encontrado unas herramientas y he descubierto unas formas de trabajar que me proporcionan la capacidad de expresarme. La investigación de estas técnicas me interesa tanto en sí misma, por lo que significa, que como herramienta para expresarme.
-En ocasiones las técnicas contemporáneas se contraponen a las clásicas ¿En su caso se integran o se sustituyen?
-Pienso que se pueden integrar, no creo que sean excluyentes, aunque es verdad que es muy complicado. Yo lo he intentado mucho tiempo y ahora, también por cuestiones prácticas de la vida, me he pasado a una forma de trabajar puramente digital. Pero creo que no son para nada excluyentes. Puede interactuarse con ambas y de hecho puede ser muy interesante hacerlo
-Cuando uno oye ‘arte generativo’ inevitablemente piensa en la IA. ¿La utiliza como herramienta?
-No, en mi caso no. Hoy por hoy es todavía un terreno inexplorado para mí. Interesante quizá, pero que no termino de comprender completamente y que, por tanto, aún no he integrado. De hecho todavía no sé muy bien dónde posicionarme con respecto a la IA. A mí me gusta la experimentación directa, y aunque entiendo que la IA va a tener muchas aplicaciones que seguro que serán muy interesantes, por el momento no siento que pueda aportarme nada valioso que está buscando en mi trabajo, así que por el momento no me interesa demasiado. Además de lo que puede y no puede hacer, de lo que se refiere puramente al trabajo, la IA tiene un montón de aspectos ligados a ella que no son algo que quiera integrar en mi ecosistema personal.
