Síguenos
Manuel Andreu, doctor en Derecho Romano: Manuel Andreu, doctor en Derecho Romano:
Manuel Andreu, en el Teatro de Mérida, donde actualmente está afincado

Manuel Andreu, doctor en Derecho Romano: "Las ideologías han ocupado el lugar de la filosofía, y todas las ideologías son falsas"

El coordinador del libro 'Los riesgos del pensamiento' ofreció una charla sobre la filosofía en el Casino de Teruel
banner click 244 banner 244

El turolense Manuel Andreu Gálvez es doctor en Derecho Romano y ha impartido clase en la Universidad Panamericana de México durante diez años. Además es el coordinador de Los riesgos del pensamiento, un libro coral de más de 25 autores. El viernes ofreció una conferencia junto al catedrático Aniceto Masferrer, uno de ellos, titulada Los riesgos de la ideología.

-¿Qué riesgos puede tener pensar?
-El asunto es que hay que diferenciar entre ideología y filosofía, que es la tesis principal del libro. El pensamiento moderno se ubica bajo parámetros ideológicos, y las ideologías son filosofías falsas. Las ideologías cercenan o simplifican la realidad, según la conveniencia del grupo que la sostiene, y pretenden explicarla para lograr la adhesión de las personas.

-¿Esa simplificación no responde a acotar la realidad a un ámbito para que sea inteligible?
-No. Hay que ser realista y llamar a las cosas por su nombre. Todas las ideologías son falsas. El liberalismo o el nacionalismo, que es presentar una nación como si fuera milenaria y hubiera existido siempre lo es. Al mismo nivel que el comunismo o el marxismo, que presenta la lucha de clases entre proletarios y burgueses como si hubiera existido siempre, o el feminismo que presenta un conflicto patriarcalista entre hombres y mujeres como si hubiera existido desde el inicio de los tiempos. Las ideologías, al igual que las herejías, tienen una parte de verdad pero se fundamentan en teorías anacrónicas. Lo que puede valer en un momento dado no puede extenderse a toda la historia, porque la realidad es mucho más compleja.

-¿Eso no nos puede llevar al nihilismo?
-La consecuencia de las ideologías es el relativismo, pensar que mi verdad es igual de cierta que tu verdad. Y el nihilismo es una consecuencia del relativismo, que reduce todas las verdades a mentira y concluye por tanto que la verdad no existe. Pero ese nihilismo es el resultado final de las ideologías, en las que cada cual tiene su verdad y no hay bases objetivas sobre las que sustentarse. La filosofía, por contra, sí aspira a encontrar la auténtica verdad.

-¿Y es alcanzable?
-La realidad existe. Otra cosa es que el ser humano pueda comprenderla en su totalidad. No tenemos una visión completa de las cosas y alguna solo podemos abordarlas con ciertos límites.

Nihilismo

-Volvemos al nihilismo...
-La filosofía permite acercarnos a la verdad tanto como nos es posible. El cientificismo es otra ideología que mitifica la ciencia y pretende que puede conducirnos al conocimiento pleno, pero eso también es falso. Uno de mis profesores, José Antonio Ullate, decía que cuanto más se acerca uno a la verdad, más dudas experimenta. Ese es el buen camino, y al mismo tiempo la demostración de nuestras limitaciones.

-¿Qué opina del tratamiento que recibe la filosofía en los planes de estudio españoles?
-En el estudio de la filosofía se intentan borrar muchos autores que nos enseñan a pensar, y se sustituyen por teorías modernas más acordes a lo se quiere que pensemos. Se sustituye la filosofía por la ideología, porque la filosofía es enemigo natural de quienes rigen la sociedad. Pero eso ya lo decían hace tiempo autores como Tocqueville o Juan Manuel de Prada, no interesa enseñar filosofía porque no interesa que la gente piense y sea crítica.

-¿’El peligro del pensamiento’ es un libro que describe o que prescribe?
-Describe a través de bloques las ideologías más importantes; las políticas, como el liberalismo, socialismo, marxismo o el totalitarismo democráctico, que pretende que la verdad la marca la mayoría por el mero hecho de ser la mayoría. Esto es falso y en el futuro se nos juzgará a nosotros como se juzgó a los nazis por aplicar leyes que se aprobaron legalmente en Alemania.  O las económicas, como el liberalismo libertario, que destruye las tradiciones y las sustituye por la misma forma de hablar, de comer y de consumir. Un tercer bloque son las ideologías globales como el multiculturalismo y la creencia de que una persona es buena simplemente por tolerar. Tolerancia no significa justicia, porque nos lleva a no poder criticar nada. Eso el buenismo, y un buen ejemplo es la Agenda 2030. Un cuarto bloque serían las ideologías de autodeterminación, un concepto de Hegel que está en la base de todo. La libertad clásica está limitada por el derecho natural, pero la libertad moderna es libertad absoluta. Y la autodeterminación de los pueblos nos lleva a los problemas separatistas, y la autodeterminación individual a las ideologías de la muerte, con la eutanasia o el aborto. El quinto bloque es el animalismo, el ecologismo o el indigenismo, que en Europa se da poco pero en América tiene gran importancia. Es una vuelta al paganismo que ignora que el hombre es un animal diferente, un animal racional dotado de logos. Y desemboca en el neomalthusianismo, que  dice que el ser humano es demasiado destructivo y es mejor que muera para que sobreviva la naturaleza. Y el último bloque habla del cientificismo y la superación de nuestros límites a través de la tecnología. Juan Fernando Segovia se pregunta, a este respecto, hasta que punto un ser humano capaz de vivir 400 años sin dolor y con grandes capacidades habrá dejado de ser humano para convertirse en otra cosa.