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Manuel Sierra, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid: “Los fondos europeos deben emplearse en hacer más atractiva la vida en los pueblos” Manuel Sierra, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid: “Los fondos europeos deben emplearse en hacer más atractiva la vida en los pueblos”
Manuel Sierra es catedrático en la Universidad Politécnica de Madrid

Manuel Sierra, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid: “Los fondos europeos deben emplearse en hacer más atractiva la vida en los pueblos”

Participará en una ponencia en la jornada Conectividad y España Vaciada que se celebra mañana en Teruel
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Manuel Sierra Castañer es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid. Intervendrá este miércoles en la jornada Conectividad y España Vaciada que ha organizado Teruel Existe.

-¿Qué soluciones deberían implementarse para evitar problemas de comunicaciones en las zonas rurales?

- A largo plazo habría que optar por unas infraestructuras de comunicaciones suficientes, y eso significa llevar la fibra óptica a cada población grande o a cada cabeza de comarca y, a partir de ahí, tener una red 5G o de calidad 5G. Si tenemos fibra óptica, significa que tenemos 100 megabytes por segundo, que es lo que está planeado en la Agenda 2025. Para llegar a una calidad buena habría que tender a una combinación de fibra óptica con 5G, pero lo que hay en las zonas rurales o bien son redes radio basadas en Wimax o algo equivalente, o bien una conectividad móvil que para el usuario es como un fijo. Si no llega nada, lo que hay es un internet por satélite. Eso está dando velocidades de hasta 30 megabytes por segundo, que puede dotar de servicios, pero para aquellos que requieren más altas necesidades de velocidad no van a ser suficientes.

-¿Qué servicios están por llegar?

-La tecnología va muy rápido. Hasta antes de la pandemia nadie ponía en valor la importancia de estas tecnologías para la educación o para el trabajo. Lo que ha sacado a la luz la pandemia ha sido que el que no tenía buena conectividad en su casa ni podía estudiar ni trabajar, perdía derechos que sí tenían quienes vivían en zonas urbanas. Con el 5G aparecerán servicios que permitirán interactuar con los objetos de una manera más fácil. Se pondrá en valor la telemedicina para realizar retroalimentación en tiempo real o casi real, etc. Pero para ello se necesitará una mayor velocidad de transmisión y eso requerirá sistemas de comunicaciones de última generación. Cada servicio que llega requiere de más capacidad. Lo que pasa es que en muchas zonas todo esto no va a ser rentable.

-¿Por dónde habría que empezar a cambiar?

- En cuanto a infraestructuras habría que cambiar la regulación actual, dando más facilidades a los operadores rurales para que puedan usar parte del espectro asignado a las grandes operadoras y puedan operar en las zonas a las que éstas no llegan. En segundo lugar, habría que definir claramente el servicio básico de internet, de modo que se asegure una conectividad de esos 100 megabytes por segundo. También habría que trabajar en capacitación digital, sobre todo para mujeres, ancianos, personas mayores, para la gente del mundo rural, entre otras medidas.

-¿En términos económicos y de inversiones, superar la brecha digital y tecnológica está en manos del sector público?

- No. Hay que buscar distintas alternativas. Una alternativa que ha estado funcionando son los pequeños operadores rurales, que han dado servicio a lugares a donde no llegan los grandes operadores. Lo hacen porque tienen estructuras de costes distintas y están más próximos a los clientes. Habría que legislar para que estos operadores pudieran tener acceso a los nuevos servicios de telecomunicaciones. Es decir, que puedan entrar a operar en 5G a donde no llegan estos operadores más grandes.

-¿Cómo debería hacerse?

-Mediante alquiler o dejándoles usar el espectro que otros tienen asignado. Al final ya se ha demostrado que estos operadores pueden ser rentables donde no lo son los grandes. Hay que asegurar un servicio universal. Hay mecanismos, como que haya un operador que lo ceda a los demás, o que el Estado haga una inversión como hace con las carreteras. Estamos hablando de infraestructuras, pero para reducir la brecha digital hace falta capacitación digital, que no solo son infraestructuras, sino servicios que son útiles para la población.

-¿Se puede cuantificar la brecha digital y tecnológica?

- Hay mediciones de esa brecha digital y se puede ver a efectos de penetración de niveles de 30 o 100 megabytes por segundo de velocidad en distintas áreas de España. En los mapas que maneja el Gobierno de España, en 30 megabytes por segundo está casi todo cubierto, pero en 100 el interior está vacío. En 30, la tecnología es distinta, a las grandes ciudades y la costa se llega con fibra óptica y a las zonas rurales con otras tecnologías.

-¿Cree que ya estamos llegando tarde en el medio rural y será difícil alcanzar ese desarrollo que se ha implementado en las zonas urbanas?

-Estamos a tiempo. El 5G está todavía empezando y tampoco hay servicios de un valor añadido superior a los que ofrecía el 4G. Lo que pasa es que no nos podemos dormir, porque dentro de 4 o 5 años habremos llegado tarde. Hay que empezar a buscar un plan para llegar y que el medio rural esté bien conectado. Hay que darle vida al mundo rural si no queremos profundizar en los problemas de despoblación. Hay que buscar medios para que la gente pueda disfrutar de su ocio y la que quiera pueda quedarse y tener las mismas oportunidades que los que están fuera. Estamos a tiempo, pero no podemos perder esta oportunidad y deberíamos hacer un esfuerzo para que los fondos europeos se empleen bien y sirvan para hacer más atractiva la vida en los pueblos en general.