Síguenos
María Pilar Benítez, filóloga: “Áurea Javierre fue la primera mujer en muchos espacios para hombres” María Pilar Benítez, filóloga: “Áurea Javierre fue la primera mujer en muchos espacios para hombres”
La filologa María Pilar Benítez, autora del libro sobre Áurea Javierre

María Pilar Benítez, filóloga: “Áurea Javierre fue la primera mujer en muchos espacios para hombres”

banner click 236 banner 236

María Pilar Benítez es filóloga. Cuando estudiaba la relación de la mujer con la filología se dio cuenta de que nunca encontraba mujeres citadas en los estudios aragoneses. Convencida de que era imposible que ninguna mujer hubiera destacado en ese ámbito, comenzó a investigar y descubrió a la turolense Áurea Lucinda Javierre Mur. Recientemente, Benítez ha publicado el libro La turolense Áurea Lucinda Javierre Mur, donde recoge las proezas de esta académica, que consiguió ser la primera mujer en muchos ámbitos.

-¿Quién fue Áurea Lucinda Javierre Mur?

-Fue una mujer muy interesante que nació en 1988 en Teruel. Su padre regía una sucursal en la plaza del mercado y era bibliotecario de la Sociedad Económica de Amigos del País de Teruel. Pronto la familia se trasladó a Tarragona, pero creo que a ella le influyó mucho el trabajo de su padre porque en esa época colaboraba mucho con esa sociedad el profesorado del Instituto de Teruel, uno de los primeros de España que tuvo presencia femenina. Me imagino que aunque la familia se trasladó a Tarragona y después a Zaragoza, al padre le quedó esta idea de que había mujeres que iban al instituto. Entonces su hija cuando llegó a Zaragoza, ninguna mujer se había matriculado en el Instituto General y Técnico de Zaragoza de forma oficial. 

-Fue la primera en conseguir muchas cosas.

-Sí, fue la primera mujer de muchos espacios que tradicionalmente habían sido ocupado solamente por hombres. Fue la primera alumna oficial del Instituto General y Técnico de Zaragoza, la primera alumna que estuvo en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, la primera licenciada en esta rama junto con Dolores de Palacio o la primera doctora aragonesa, entre otras cosas. Académicamente fue la mujer que abrió camino en la enseñanza superior.

-¿Cómo logró llegar tan lejos en un mundo hecho para hombres?

-Siempre tuvo el apoyo de su familia. Aún así sufrió muchas situaciones de discriminación y muy difíciles. En el libro cuento, por ejemplo, cuando ella entró a estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras. Como era la primera mujer, la encerraban en el cuarto de la limpieza entre clase y clase para evitar que estuviera sola en contacto con los hombres. Además se sentaba en un pupitre aislada del resto de los compañeros. También cuando entró a trabajar como secretaria redactora en el Estudio de Filología de Aragón, una institución de principios de siglo XX, que se dedicó a hacer un diccionario aragonés, no le pagaron ninguna retribución, mientras que a sus compañeros sí. Cómo lo hizo, aguantando, afrontando muchas dificultades y superándolas.

-En el puesto de Secretaria Redactora en el Estudio de Filología de Aragón, precedió a Maria Moliner.

-Sí, precedió a María Moliner porque cuando Áurea Javierre cesó porque se marchó a Madrid para estudiar los cursos de doctorado la sustituyó. Estamos hablando de que María Moliner tenía 17 años y Áurea Javierre tendría unos 20.

-¿Por qué a Maria Moliner sí se le recuerda?

-Por el Diccionario de Uso del Español, porque ha sido considerado el mejor dirección que ha tenido la lengua castellana y es una obra enorme para realizarla una sola persona. También por el hecho de que Áurea Javierre tenía un perfil mucho más conservador. Cuando en los años 70 y 80 se empieza a visibilizar el papel de la mujer en muchos ámbitos, a lo mejor a estas mujeres de perfil conservador no se les ha reconocido tanto. Ella fue feminista, porqué fruto de esa experiencia, de esas situaciones de discriminación, reflexionó sobre el papel de la mujer en el siglo XX, pero reflexionó desde el feminismo católico y también ha sido un feminismo un poco cuestionado. Pero sus ideas eran tan modernas como otros tipos de feminismo de los años 20.

-¿En qué consiste el feminismo católico?

-El feminismo católico arranca en siglo XIX con mujeres como Concepción Arenal o Concepción Gimeno, hijas de familias acomodadas que se educaron dentro de la religión católica y que eran conscientes de los deberes sociales y religiosos que les imponían sus familias. Entonces sus discursos son de emancipación, pero sobre todo a través de la educación. Ellas lo que demandan es educación para la mujer, igualdad salarial, posibilidad de trabajo fuera de casa e igualdad ante la ley. El único derecho que las católicas, al menos al principio, no demandaban, era el político, el derecho al voto. Esta es la diferencia. En concreto, a Áurea Javierre no es que le parezca mal el derecho al voto, pero dice que mientras la mujer no tenga educación, votaría lo que le dijeran los hombres. También las feministas más progresistas tenían esta opinión en aquella época 

-¿Por qué ha decidido investigar a esta mujer?

-La figura de esta mujer me pareció injustamente no reconocida, y era casi un deber ético y moral sacar la información. Fue una mujer muy destacada, fue jefa de la sección de Órdenes Militares el Archivo Histórico, la primera archivera mujer del Archivo de la Corona de Aragón y en paralelo fue investigadora de historia, sobre todo de la Corona de Aragón y también de las Órdenes Militares. Incluso fue miembro de las sociedades científicas más prestigiosas de España y fuera de España.