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María Pilar Serres, alumna del Instituto Matarranya, se ha aprendido 509 decimales del número Pi: “Siempre me han gustado los problemas que me hacen pensar, todo lo relacionado con descifrar cosas” María Pilar Serres, alumna del Instituto Matarranya, se ha aprendido 509 decimales del número Pi: “Siempre me han gustado los problemas que me hacen pensar, todo lo relacionado con descifrar cosas”
María Pilar Serres, alumna de 2º de Bachillerato del IES?Matarranya que se ha aprendido 509 decimales del número Pi

María Pilar Serres, alumna del Instituto Matarranya, se ha aprendido 509 decimales del número Pi: “Siempre me han gustado los problemas que me hacen pensar, todo lo relacionado con descifrar cosas”

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Tiene 17 años y dentro de poco encarará su último trimestre de 2º de Bachillerato en el Instituto Matarranya de Valderrobres. Acaba de batir su propia marca personal al conseguir memorizar 509 decimales del número Pi (π) en el concurso que cada mes de marzo organiza el centro donde estudia. En 2016 se aprendió 200 números. Desde entonces se ha superado cada año.

-¿Qué técnica emplea para memorizar los 509 decimales?

-Me los he aprendido de 25 en 25. Cada año que me he puesto a memorizar los he ido repasando a diario hasta el día de la prueba. Con ayuda de la memoria fotográfica he llegado a 509. Suelo escribirlos por parejas, de manera que en cada hoja me quedan 12 parejas y un número suelto. Todos los que tengo en una hoja intento relacionarlos entre sí. Luego, a base de repetir...

-Está en 2º de Bachillerato. ¿De dónde saca el tiempo?

-Empecé a estudiármelos antes del último examen, justo hace 14 días, aunque no todos los días me aprendí números. Fui memorizando en ratos que me quedaban libres. Calculo que le he dedicado este año algo menos de seis horas, porque ha sido en ratos sueltos de 10 minutos.

-¿Se acordaba de los que se aprendió en años anteriores?

-De los 150 primeros me acuerdo, y sin pensarlos, es como algo que me aprendí de memoria en 2016 y ahí se ha quedado. El resto, hasta los 509, me los sé a base de escribirlos. Hasta los 200 los tengo muy en la cabeza y los escribo de forma mecánica como si se tratara de una canción.

-¿Qué le parece el concurso?

-Es muy complicado, porque, por mucho que te aprendas un montón de números y lo hagas bien, cuando estás allí te pones muy nerviosa. Además, tus compañeros te intentan dar ánimos y eso aún te pone más nervioso (risas), y, por otra parte, es un concurso complicado, porque puedes saberte 500 números, pero como te equivoques en uno de ellos en la segunda linea, todo lo demás no sirve.

-¿Le gustan las matemáticas?

-Me gustan mucho los problemas que me hacen pensar, todo lo que está relacionado con descifrar cosas. Me ha gustado desde que era muy pequeña.

-¿Qué Bachillerato cursa y qué asignaturas ha elegido?

-El Científico y Tecnológico. De troncales tengo las de siempre, Matemáticas, Lengua, Historia, Inglés, y, como específicas, he elegido Química, Biología, Catalán y Oratoria.

-¿Por qué Oratoria?

-Oratoria es una nueva asignatura que tenemos este año en Valderrobres. Nos enseñan a hablar en público. El primer trimestre estuvimos viendo la gesticulación y vocalización y ahora estamos centrados en cómo preparar un buen discurso para que la audiencia que tengamos comprenda bien qué queremos transmitir. Para hablar en público es importante tener herramientas para comunicarnos. Yo quiero ser profesora, así que, si voy a tener un auditorio al que dirigirme, he de procurar que me comprendan.

-¿Le gusta enseñar?

-Quiero hacer Magisterio, aunque quizá me decante por estudiar un doble grado de Primaria e Infantil o de Primaria e Inef. Todavía no lo sé. Esta segunda sería una opción para abrirme puertas. Me motiva poder enseñar a las demás personas algo que me gusta y que ellos lo puedan vivir tanto como yo.

-¿Por qué ha escogido el Bachillerato Científico si no lo necesita para estudiar Magisterio?

-Es el que me gusta. La Lengua no me va mucho, pero Biología me encanta, y esa también sería otra opción para continuar estudiando. Me gusta mucho la Biología y, especialmente, la Genética, lo que pasa que no quiero irme del Matarraña. En el último trimestre me decidiré.

-Me han dicho que también le gusta el ajedrez. ¿Compite en algún torneo?

-Sí, me ha gustado desde que era pequeña, pero no compito en torneos. Solamente participé en un Torneo nacional que se celebró el año pasado en Cataluña y quedé en cuarta posición.

-¿Qué le aporta el ajedrez?

-Creo que el ajedrez es un símbolo de vida, porque dependiendo de las piezas que muevas o de las jugadas que hagas te puede ir de una forma u otra en la partida, y eso ocurre también en la vida. Depende de las decisiones que tomes en tu vida seguirás un camino u otro, y esa decisión te puede cambiar la vida. El ajedrez me hace pensar mucho. Me gusta que no todo sea fácil.

-Hace dos años quedó finalista en un concurso de catalán en Cataluña.

-Sí, el concurso se llama Ficcions. Me he presentado a dos concursos de catalán. Un año quedé en primera posición en el Matarraña y el año pasado fue finalista con otras 175 personas de un total 3.800 que se presentaron a la convocatoria de Ficcions.

-Antes me ha dicho que no le gustaba la Lengua, pero gana certámenes literarios.

-Es que leer por leer no es mi pasión, pero sí me gusta leer informaciones relacionadas con la Ciencia o con el Periodismo. Escribir me ha gustado siempre, he escrito poesía y más cosas. Al concurso de Catalán fui porque mi profesora Pepa Nogués me animó, y acabamos finalistas.

-¿Dónde se ve en unos años?

-En el Matarraña. Mi tierra me da mucha tranquilidad, aquí tengo a la familia, a los amigos. El clima es muy agradable.