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María Rodríguez, gerente del Tocador de María: “En redes sociales se idealizan rutinas y resultados de cuidados que no siempre son reales” María Rodríguez, gerente del Tocador de María: “En redes sociales se idealizan rutinas y resultados de cuidados que no siempre son reales”
María Rodríguez

María Rodríguez, gerente del Tocador de María: “En redes sociales se idealizan rutinas y resultados de cuidados que no siempre son reales”

El Tocador de María presenta una nueva sesión de ‘Queridas’, dedicada al trabajo del cabello rizado
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La alcañizana María Rodríguez lleva más de quince años dedicada al mundo de la peluquería y la estética. Hace once, decidió emprender y fundó El Tocado de María, un salón que ha evolucionado hasta convertirse en un espacio de bienestar integral con tienda online y un equipo de cinco profesionales. La pasada semana organizaron una nueva sesión del ciclo Queridas, encuentros abiertos con clientas en los que se abordan cuidados específicos, en esta ocasión centrados en el cabello rizado.

-¿Cómo nace El Tocador de María y cómo ha evolucionado desde sus inicios?

-Hace once años decidí abrir el salón por mi cuenta, aunque ya llevaba más de quince en el sector. Empecé de forma muy humilde, con un coche y yendo a domicilio, y poco a poco fui creciendo. Hoy contamos con un equipo de cinco personas entre peluquería, estética y tienda online. Ha sido un proceso de evolución constante, tanto a nivel profesional como personal.

-La pasada semana celebraron una nueva charla de ‘Queridas’, centrada en el cabello rizado. ¿En qué consiste esta iniciativa?

-Queridas surgió de la necesidad de dar respuesta a las dudas que nos plantean las clientas en el día a día. Organizamos estos encuentros para explicar de forma cercana cómo cuidar el cabello o la piel, qué productos son más adecuados y cómo aplicarlos correctamente. En esta última charla nos centramos en el pelo rizado, que genera muchas preguntas porque no se trata igual que el liso. Además, aprovechamos para presentar una nueva línea de productos y un peine diseñado especialmente para rizos.

-¿Estas charlas nacen, entonces, a partir de lo que van observando en el salón?

-Exacto. Nos guiamos por lo que más preocupa a nuestras clientas. Cuando detectamos un tema recurrente, contactamos con técnicos de las marcas con las que trabajamos para organizar una sesión formativa. Siempre le damos un formato muy cercano: preparamos un pequeño picoteo, café o zumos, y generamos un ambiente de confianza, como una quedada entre amigas donde se aprende y se comparte.

-¿Diría que el cabello rizado está volviendo a ser tendencia?

-Más que una moda, diría que estamos aprendiendo a aceptarlo y a quererlo. Durante años muchas personas con el pelo rizado se lo planchaban porque no sabían cómo cuidarlo. Ahora se está reivindicando el rizo natural y surgen nuevas dudas: cómo hacer la transición, qué productos usar, si aplicar calor o no… Son cuestiones que intentamos resolver en estas charlas.

-¿Cuáles son las principales dudas que plantean las personas con cabello rizado?

-Las más comunes tienen que ver con el uso del secador y con la elección del producto fijador. Cada tipo de rizo es diferente y lo importante es entender qué resultado busca cada persona: volumen, definición, naturalidad... No hay una receta universal. Muchas veces se generaliza con el rizo, y en realidad cada cabello tiene su propia personalidad.

-Desde su punto de vista profesional, ¿cómo influyen las redes sociales en estos hábitos de cuidado?

-Muchísimo, para bien y para mal. En redes se idealizan rutinas y resultados que no siempre son reales. A veces vemos adolescentes con rutinas faciales de trece productos que no necesitan, o personas que intentan replicar el cabello de una influencer sin tener el mismo tipo de rizo o grosor. Nuestra labor es explicarles por qué algo que funciona a otra persona puede no servirles a ellas.

-Su filosofía parece alejarse del consumo excesivo de productos.

-Exacto. Nuestro objetivo es que cada persona entienda lo que su cabello o su piel necesita realmente.

A veces no se trata de usar más, sino de usar mejor. Prefiero recomendar un solo producto que se vaya a utilizar de verdad, en lugar de llenar el baño de cosas que luego se olvidan. La clave está en la conciencia y en el uso responsable de lo que realmente nos funciona a cada persona.

-Más allá de lo técnico, parece que estos encuentros también cumplen una función social.

-Sí, totalmente. Se convierten en un espacio de confianza donde las asistentes pueden preguntar sin miedo y compartir experiencias. Muchas veces, una pregunta de una clienta anima a otras a intervenir, y se genera un ambiente muy agradable. Al final se trata de cuidarse, de dedicar un rato a una misma y de aprender a entenderse mejor.

-¿Tienen previsto ampliar estas actividades o llevarlas a otros espacios?

-Nos lo planteamos, sí. Ahora mismo lo hacemos aquí, en el salón, porque es un punto cómodo para todas. Pero llegan personas incluso de fuera de la comarca, lo que demuestra el interés. También ofrecemos asesoramiento online y vendemos productos a través de la web, donde realizamos diagnósticos personalizados para quienes no pueden venir presencialmente.

-¿Cómo definirías en una frase el espíritu de ‘Queridas’?

-Diría que es una forma de compartir conocimiento desde la cercanía, para que cada persona aprenda a cuidarse y se sienta bien consigo misma. Además de pasar un buen rato.

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