Síguenos
María Vilas, fotógrafa: “Solemos creer que sabemos  leer una imagen, pero es  esencial educar nuestra mirada” María Vilas, fotógrafa: “Solemos creer que sabemos  leer una imagen, pero es  esencial educar nuestra mirada”
María Vilas, en la Fundación Santa María de Albarracín. M. A.

María Vilas, fotógrafa: “Solemos creer que sabemos leer una imagen, pero es esencial educar nuestra mirada”

La gallega afincada en Madrid es la ganadora de la Beca FujiFilm del Seminario de Fotografía de Albarracín
banner click 236 banner 236

Marina Vilas, fotógrafa gallega afincada en Madrid e ingeniera de profesión, ha sido la ganadora de la Beca Fujifilm del XXIV Seminario de Fotografía y Periodismo de Albarracín que se ha celebrado hasta el pasado martes. Vilas presentó Equilibrio inestable, una obra íntima sobre la fragilidad y las expectativas sociales, que el próximo año será expuesto en la localidad turolense.

-¿Cómo le cayó la concesión de la Beca, que le va a permitir ahondar en su proyecto y producir una exposición que se verá en Albarracín el año que viene?

-Pues estoy emocionadísima, porque no me lo esperaba para nada. Supongo que cuando una viene aquí con un proyecto es porque aspira a la beca, pero yo no me lo había planteado. El chute de energía que supone venir a este seminario es lo que yo me esperaba llevar a casa.

-De hecho no es la primera vez que participa en el seminario de Albarracín...

-Vine el año pasado por primera vez, aunque en esta ocasión me animé a presentar trabajo propio.

-¿Y qué fue lo que encontró el año pasado que la animó a repetir y además presentar un proyecto?

-Sobre todo los visionados. Me parecieron una experiencia de aprendizaje increíble. Ver cómo alguien acostumbrado a mirar fotografía entiende tu proyecto y te orienta. También las ponencias, que tocan ámbitos muy distintos. Te vas a casa queriendo coger una cámara. Para mí, que no me dedico a la fotografía, venir aquí es una forma de mantener viva esa llama que me gusta tanto.

-¿Cuál es su relación con la fotografía, ya que no se dedica profesionalmente a ella?

-Soy ingeniera de telecomunicaciones. y Como dijo Óscar Corral en una de las ponencias, soy fotógrafa casual. Desde siempre me gustó el arte: en realidad, lo que yo quería era pintar. Pero, por circunstancias familiares y la necesidad de ganarme la vida, acabé en la ingeniería. Con el tiempo sentí la necesidad de volver a esa parte íntima. Viajaba mucho y pintar me resultaba complicado, así que pensé -en mi ignorancia- que hacer fotos sería más fácil. Me regalaron una cámara y pronto descubrí que no lo era tanto. Quise aprender a usarla y me matriculé en un curso profesional de fotografía en el Centro de Fotografía y Cine de Madrid EFTI. Representó un antes y un después, pero después estuve como siete años sin hacer fotos. Durante un viaje a Japón me reencontré con esa pasión y volví a fotografiar. Descubrí que podía trabajar solo con luz natural, sin flashes ni artificios, ni cien mil aparatitos. Y así nació Equilibrio inestable, que en realidad es mi primer proyecto, de una forma bastante minimalista.

-Hábleme de ese proyecto... ¿que expresa ‘Equilibrio inestable’?

-Si tuviera que definirlo diría que es un grito en el que reivindico el derecho a rompernos. A aceptar que no cumplir las expectativas de los demás no significa que seamos personas fallidas. Es una travesía personal, y lo importante es llegar a ser la persona que uno quiere ser. He usado una estética inspirada en los años cincuenta, muy colorista, asociada a una cultura algo naíf, muy perfeccionista, que representa la imagen que queremos mostrar hacia fuera. Pero dentro de ese entorno tan compuesto, tan preocupado por lo que proyectamos hay dolor, soledad, miedo, vergüenza y ganas de huir. Es, en definitiva, una reflexión sobre lo que hay detrás de esa fachada perfecta.

-¿Como seguirá desarrollando ese proyecto, de cara a exponerlo?

-Lo cierto es que daba Equilibrio inestable por terminado, aunque creo que en realidad forma parte de un proyecto más amplio que no se termina nunca. Ahora mismo no sé exactamente qué rumbo tomará, pero me dejaré llevar por él.

-¿Qué fotografía le interesa sobre el resto de géneros?

-Empecé con fotografía de calle y a partir del confinamiento por la pandemia me centré en el retrato. Poco a poco me fui formando; hice cursos con Estela de Castro y Elisa Miralles, y lo cierto es que es lo que más hago ahora. Pero en general me gusta cualquier tipo de fotografía intimista. Me encantó el trabajo de Almalé-Bondía que vimos en el Seminario, por ejemplo. Por eso digo que no me esperaba el premio: siento que mi proyecto es un poco el perro verde, porque no es documental, ni comercial, ni estrictamente artístico ni conceptual. Es lo que me sale. Empiezo a hacer fotos sin saber muy bien qué estoy fotografiando, y casi al final descubro de qué trata el proyecto.

-¿Estar en una sociedad fundamentalmente visual significa que todo el mundo sabe mirar bien?

-Ni mucho menos. A mi me ha interesado siempre saber leer una fotografía o una imagen, casi tanto o más que producirla. De hecho mi amiga Dalí Sancedo y yo hemos formado un pequeño club de lectura fotográfica, en la que cada mes analizamos un libro de fotografía. Me he formado con Javier Vallhonrat y he comprobado que la lectura visual es una experiencia que se va cultivando con el tiempo. Yo no había abierto un libro de fotografía hasta que no cumplí los 40 y ahora me parece fundamental y básico educar la mirada.