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Marina Marroquí, educadora social especialista en violencia de género: Marina Marroquí, educadora social especialista en violencia de género:
Marina Marroquí, la pasada semana en la plaza de San Juan de Teruel

Marina Marroquí, educadora social especialista en violencia de género: "La cultura es responsable de construir una sociedad que hace oda a la violencia"

"Hay que construir la autoestima de las niñas en base a cualidades internas, como la inteligencia o la creatividad"
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Cruz Aguilar

Marina Marroquí es educadora social especializada en violencia de género y el pasado miércoles ofreció una charla para adolescentes turolenses de diferentes institutos en el Teatro Marín de Teruel

-¿Qué educación hay que dar a una niña para que sepa detectar conductas machistas?
-Es importante construir una autoestima sana desde la infancia, cosa que en una sociedad tan desigualitaria es muy difícil. Lo que se le dice a una niña desde que nace es buena, guapa y dulce y luego nos escandaliza que la autoestima de esta nueva generación dependa de Instagram y de lo guapa que es, pero eso es lo que hemos potenciado desde niña. Hay que construir una autoestima sana basada en cualidades internas, como ser inteligente, divertida ingeniosa o creativa... Todo eso que se valora tan poco de ser mujer es importante. También hay que sensibilizar sobre los peligros que conllevan cosas que a esta nueva generación le parecen inocuas, como recibir fotos de penes continuamente por redes, que no lo detectan como si fuera acoso sexual.

-¿Y a un niño para que no sea un maltratador?
-Con los chicos pasa exactamente lo mismo, esta sociedad que educa de forma diferente, premia la agresividad de los chicos, pero para ser un adulto pleno y feliz se necesitan habilidades sociales, comunicativas, tolerancia a la frustración, empatía y todo ello lo estamos negando a los chicos. Es crucial porque se está demostrando que hay un aumento de violencia sexual tremendo, cada vez más sádica y horrible y que no viene de manos del violador que podíamos tener estereotipado hace diez años, viene de chicos que parecen a priori buenas personas, que están totalmente normalizados, trabajan, son divertidos, guapos.

-¿Qué papel juegan las redes sociales y las nuevas tecnologías en la violencia de género?
-Son una importante herramienta de control para los controladores, son un infierno y en el bulling tenemos el mejor ejemplo, ya no se meten con alguien solo en clase, sino que crean grupos para reírse día y noche, a nivel psicológico las secuelas son muy diferentes. En la pareja aumenta el control, no hace falta ir detrás para saber lo que haces en cada momento.

-Pero muchas veces las chicas no son conscientes de que están sometidas a violencia con ese control, ¿verdad?
-Claro, ¿qué diferencia hay entre que te controle y que se preocupe por ti? Un maltratador es un manipulador, un chantajista y un victimista profesional. Con esos falsos mitos del amor romántico en el que nos educan es muy difícil identificar esas señales. El machismo crea una trampa perfecta para que las mujeres no podamos identificar esas señales de maltrato y luego nos dicen que somos muy tontas y muy débiles por haber caído en ello. Pero el amor que aprendemos se basa en el drama, en el sufrimiento, en aguantar. El amor no todo lo puede ni lo perdona, porque hay cosas imperdonables que, si las perdonas, lo pagas con tu dignidad y cuando pierdes tu dignidad pueden hacer contigo lo que quieran.

Pornografía

-Se habla mucho del peligro del porno, que consumen una gran parte de los jóvenes, pero ¿qué ocurre con el reguetón que está totalmente aceptado por la sociedad?
-Es verdad que estamos muy escandalizados por la pornografía y por esa exposición tan temprana la violencia extrema y es que las consecuencias son gravísimas, pero no podemos olvidar que estamos en una sociedad totalmente sexualizada, es imposible pasar un día sin ver una teta. Cuando hablamos de sexualidad y de prevención las escuelas y las familias están haciendo los grandes esfuerzos por erradicar esta lacra, algo que no están haciendo las instituciones y mucho menos la cultura, pero es que la cultura educa y cada canción que escuchan, cada vídeo que ven o influencer al que siguen tiene un gran papel dentro de la educación de cada persona. Vivimos  en una cultura que hace oda a la violencia de género y sexual, que se nutre de eso. No hace falta irse a reguetón o a Cincuenta sombras de Grey, tú escuchas una canción pop de cualquier artista y los mensajes son de violencia,  está claro que el reguetón es la parte más extrema y clara de una violencia sexual y una cosificación brutal, pero está en todas partes y yo creo que es importante que la cultura empiece a ser responsable en los mensajes que da, en cómo está construyendo la sociedad, porque Cincuenta sombras de Grey no ha sido gratis, eso normaliza y da excusas al maltratador para justificar todos sus actos. 

-¿Está contenta con los logros de su monólogo?
-Tiene una tasa de detección de la violencia de género in situ de entre un 8 y un 10%, al final del taller suele haber chicas que quieren contarme lo que les ha pasado. Hasta la fecha he tenido a 6 chicas de entre 3 y 17 años que sus parejas le habían hecho firmar un contrato al más puro estilo Grey, cuándo tener sexo, qué prácticas deben aceptar y qué castigo si no aceptaban.

-En los últimos años y con la irrupción de la extrema derecha en España ha habido un retroceso en avances para la igualdad entre hombres y mujeres que creíamos consolidados. ¿Cuál cree que va a ser la tendencia a medio plazo?
-Para que una de cada tres mujeres en ese país sufra violencia de género y, si unimos violencia sexual, sea una de cada dos, tiene que haber uno de cada tres hombres que ejerza esa violencia. Eso son muchos votos. La extrema derecha y los maltratadores han tenido que hacer un importante contraataque y lo que les mueve es el miedo, porque el paso siguiente a decir a mí me ha pasado es decir a mí me ha pasado y me lo ha hecho esa persona, que eso aún estamos a años luz de conseguirlo, de señalar a los maltratadores.