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Nacho Civera Chulbi, trompetista turolense: “Iba a ser impresionante, tocar en el Liceu de Barcelona lleno de público” Nacho Civera Chulbi, trompetista turolense: “Iba a ser impresionante, tocar en el Liceu de Barcelona lleno de público”
Nacho Civera (derecha), ante el impresionante Liceu durante los ensayos

Nacho Civera Chulbi, trompetista turolense: “Iba a ser impresionante, tocar en el Liceu de Barcelona lleno de público”

El músico tenía previsto participar en ‘Lohengrim’ de Wagner, cancelada una semana antes de su estreno
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Nacho Civera es un joven trompetista turolense que estudia en el Conservatorio Superior de Música de Alicante. Ahora está confinado en su casa de Teruel, pero el estado de alarma le cogió a punto de estrenar la ópera Lohengrim en el Liceu de Barcelona. Iba a ser su primer contrato profesional de gran calado, nada menos que en una de las catedrales mundiales de la ópera. Obviamente las siete representaciones programadas fueron canceladas, aunque Civera no pierde la esperanza de que, cuando todo vuelva a la normalidad, se retome la superproducción. 

-Nada menos que una ópera... y menuda ópera, ¿no?

-Pues sí. Lohengrim es una ópera de Wagner muy espectacular. El director es Josep Pons y la directora de producción es Katharina Wagner, bisnieta del compositor –y tataranieta de Franz Liszt-. Había generado muchísima expectación porque traía una nueva producción, con cambios de decorado y escenografía, dándole un estilo más modernizado. Había muchísimas entradas vendidas por toda Europa. 

-¿Qué papel tenía dentro de Lohengrim?

-La ópera tiene cuatro papeles de trompeta en la orquesta, en el foso, y doce más exteriores, con trompetas tipo fanfarria, tocando desde los balcones de arriba. Yo estaba entre esos doce, y la verdad es que me encantaba porque tocamos cuando aparece el Rey, en momentos muy épicos y potentes. Además tocar desde arriba del Liceu es espectacular. 

-Tuvo que pedir prestada una trompeta para actuar en la ópera...

-Sí, pero eso es porque mi papel se toca con trompeta alemana, porque Lohengrim se compuso para este tipo de instrumento. No es muy diferente en cuanto a técnica, pero el sonido es distinto, más oscuro y apagado que la trompeta actual, la de pistones, que es más brillante. Así que me la dejó mi profesor Rudy Korp.

-¿Cómo se enteraron de la noticia de la cancelación?

-Fue todo muy extraño. Yo llegué a Barcelona el 5 de marzo porque los ensayos empezaban el día 6. Estaba previsto estrenar el 19 de marzo y hacer siete representaciones hasta el 5 de abril. Estuvimos ensayando toda la semana, pero las noticias ya empezaban a decir que se empezaban a cancelar eventos y la cosa cada vez empeoraba más. Así que dos o tres días antes de la declaración del estado de alarma y el confinamiento oficial, más o menos una semana antes del estreno, se nos comunicó la cancelación. Como es una producción tan cara y ambiciosa, en un principio se suspendieron solo los ensayos y las tres primeras representaciones, porque nadie sabía como iban a evolucionar las cosas. Así que nos quedamos un poco sin saber muy bien que hacer. Sin embargo vimos que todo iba creciendo y cuando se produjeron las primeras suspensiones importantes ya me olí la tostada. En el Liceu caben más de 2.000 personas, así que estaba claro que no íbamos a poder actuar. Fue muy triste, la verdad, porque estaba impresionado por tocar allí, pero no se podía hacer otra cosa. 

-¿Cuándo regresó a Teruel, desde Barcelona?

-Pues eso también fue muy raro. Tras la cancelación de los ensayos estuvimos por allí un par de días sin saber nada, por si finalmente se podían hacer las últimas representaciones. Pero la cosa estaba mal y saqué un billete de bus a Teruel para el domingo. (15 de abril). Pero cuando se publicó el decreto del estado de alarma preferí no esperar y saqué otro billete para ese mismo día. En ese momento había muchísima confusión y no sabía si se cerrarían las carreteras o algo. Ahora sé que podría haber regresado después del decreto, pero en ese momento nadie sabía nada. Luego se pusieron en contacto con nosotros y nos dijeron que se cancelaban definitivamente todas las representaciones. 

-¿Era un buen contrato?

-Sí, pero lo económico ha sido lo de menos. La empresa nos ha cubierto la semana y media que estuvimos con los ensayos y los desplazamientos. Lo peor ha sido no poder tocar allí a tan pocos días del estreno. Solamente músicos éramos más de 70, más unas cien personas entre los coros masculino y femenino, los actores, técnicos...

-¿Qué otros proyectos musicales tenía previstos para la primavera y el verano?

-Pues no tenía muchos, la verdad, pero bueno... Todos los de la Banda Santa Cecilia de Teruel, aunque con ellos hago lo que puedo porque no puedo venir a Teruel siempre que tocan. También tenía el Festival de Alicante Summer Brass, que íbamos a tocar. De momento se ha aplazado a la última semana de julio, pero no tengo claro que se pueda hacer en esa fecha. 

-Además de terminar el curso en plan virtual...

-Sí, yo estudio 2º del Superior en el Conservatorio de Alicante y como no se van a reanudar las clases lo estamos haciendo todo online. Además estudio en la Brass Academy de Alicante, con Rudy Korp, y una vez al mes venía a dar masterclass Martin Angerer...

-¿Y cómo lleva lo de estudiar a distancia?

-Bueno... Las asignaturas teóricas no tienen problema a través de plataformas como Google Clashroom, donde te cuelgan tareas y materiales, y hacemos videoconferencias una vez a la semana. Y las clases prácticas las hacemos por videollamada y funciona mejor de lo que yo imaginaba. Al tener un sonido tan potente yo pensaba que la trompeta saturaría el micrófono, pero si te alejas un poco se graba bien.

-¿Cree que este final de curso tan atípico pasará factura? ¿O será igual que el resto?

-Igual no será, porque el trabajo es muy diferente en tu casa que en clase. Puede que no sea un año perdido, pero será muy diferente. Lo bueno es que, al menos en mi caso, ahora estoy dedicando mucho más tiempo a la trompeta.