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Olga Castellot, profesora de yoga de Fitness Project: “He intentado transmitir tranquilidad con el yoga para que la gente se relaje” Olga Castellot, profesora de yoga de Fitness Project: “He intentado transmitir tranquilidad con el yoga para que la gente se relaje”
Olga Castellot muestra un cartel motivador para sus alumnos

Olga Castellot, profesora de yoga de Fitness Project: “He intentado transmitir tranquilidad con el yoga para que la gente se relaje”

“Del confinamiento me quedo con que hemos estado más cerca de nuestra familia y por tanto de nosotros mismos”
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Olga Castellot es monitora de yoga de Fitness Project, la empresa que realiza las actividades del Servicio Municipal de Deportes que tiene subcontratada el Ayuntamiento de Teruel, y que durante todo el estado de alarma no han dejado de estar en contacto con sus alumnos ofreciéndoles clases y charlas a través de un canal especial en Youtube. Tanto ella como sus compañeros no lo han tenido fácil, puesto que al principio tuvieron que enfrentarse a algo totalmente nuevo y desconocido, pero con empeño y fortaleza fueron capaces de sacar adelante, que es una de las mayores lecciones que ha dado a la gente el confinamiento.

-¿Cómo ha sido la experiencia de dar las clases de forma no presencial con vídeos?

-Para mí ha sido muy difícil el adaptarme a esta forma de trabajar, porque una clase de yoga no es lo mismo darla en persona que así.

-¿Cuál ha sido la mayor dificultad para usted?

-Grabar las clases. Al no tener un contacto personal no puedes hacer determinadas cosas, como las respiraciones. No tiene nada que ver una cosa con la otra.

-¿Sabía algo de edición de vídeo?

-Uff, me ha costado muchísimo, para el primero creo que estuve tres días editando. La grabación de la voz sí que la hacía como una clase normal, pero luego tenía que adaptar el tiempo de permanencia de la postura, por ejemplo, en mi voz... bueno, fue bastante complicado, la verdad.

-¿Se desanimó al principio después de ver toda esa dificultad?

-Un poco sí, yo sí, personalmente me vi agobiada por todo, porque tú quieres dar lo mejor de ti tanto a los alumnos como a la empresa y el servicio del Ayuntamiento, que ellos también se han comprometido con nosotros en mantener nuestro puesto de trabajo, y eso es de agradecer. Quieres dar lo mejor y yo me veía incapacitada de esta forma.

-¿Y tres meses después, qué tal, cómo ha evolucionado la cosa?

-Ahora mejor, pero porque me lo he tomado como mejor he podido, poniendo lo mejor de mí, pero haciendo lo que podía, y con ganas de volver a la normalidad. Al fin y al cabo somos personas y necesitamos estar con otros para la relajación, el entorno es importante. A veces en determinadas clases, si estas con otras personas parece que te sientes como más arropado.

-¿Ahora va a ser posible ya juntarse con más gente para hacer yoga mantiendo las distancias con la nueva normalidad?

-Yo creo que es posible porque hay muchas clases de yoga, puedes hacer uno más movido u otro más relajado. Si es relajado, desde mi punto de vista sí que se puede hacer mantendiendo las distancias por supuesto, aunque la mascarilla no la puedes usar porque no puedes hacer las respiraciones. Considero que no vaya a ser tan difícil retomarlo, pero claro, luego están las medidas de seguridad y los protocolos y ahí yo ya no puedo entrar.

-Uno de los aspectos que usted aborda en las clases no solo es la parte física sino todo lo relacionado con la relajación y las respiraciones. 

-La relajación y la respiración son un 80% de las clases de yoga. La concentración es mucho más importante que quede perfecta la postura, al menos desde mi punto de vista.

-Además, en los tiempos que hemos pasado ese tipo de yoga ha sido muy beneficioso.

-Sí, se han subido más relajaciones porque vimos que era más importante. El hecho de que te puedas poner una relajación con los cascos y tumbarte, centrarse en uno mismo y quitar un poco de todo lo que estamos viviendo que ha sido mucho estrés, y el confinamiento también ha sacado sentimientos encontrados a todo el mundo. Yo he considerado que era mi misión, transmitir tranquilidad con el yoga y que la gente se relaje y aprenda a estar un poco consigo mismo, que para mí es muy importante.

-¿Qué le decían los alumnos?

-No tenía sus números de teléfono, pero dos o tres alumnas sí que me pidieron consejo por patologías de ellas personales, físicas, que querían alguna relajación y me han ido indicando lo que querían, y yo he respondido con vídeos que iban por ahí.

-Claro, lo que hemos vivido ha puesto de manifiesto no solo la importancia del ejercicio físico sino de ser capaces de relajarnos. ¿Se está volviendo a acelerar otra vez esta sociedad, corremos el riesgo de caer otra vez en los mismos errores a pesar de tanta buena intención que hubo al principio?

-Sí, yo pienso que sí, personalmente. A veces ves comportamientos de la gente desde fuera y es como cuando tienes un animalito encerrado. Estamos siempre en una actitud de continua defensa porque recibimos tanto estrés y queremos abarcar tantas cosas, que nos hemos salido de nuestra forma de ser natural. No somos máquinas, debemos de parar un poco, pienso.

-Comparto ese punto de vista. ¿Es una de las lecciones que deberíamos aprender de este parón forzoso?

-Desde luego, sí. Yo por las redes sociales veo muchas cosas de este tipo que dicen que la gente se está empezando a dar cuenta. Al principio yo lo vi, pero ahora me da la impresión de que empezamos a ir otra vez a la carrera, que ya queremos salir corriendo a volver a lo mismo.

-¿De todos estos meses y de la experiencia vivida, con qué se quedaría?

-Uff, es difícil, no sé. Del confinamiento yo me quedaría con el hecho de que hemos estado más cerca de nuestra familia y por tanto de nosotros mismos. Hemos tenido la oportunidad de conocernos un poquito más si nos hemos prestado atención. Ahora solo hay que crecer, intentar crecer con esto que nos ha demostrado el mundo, que algo muy pequeño nos puede aislar de todo, como cuando tienes un castillo de arena y una ola lo destruye.