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Pablo González, participante en el Desafío Arraigo Teruel: Pablo González, participante en el Desafío Arraigo Teruel:
El autor del proyecto, Pablo González, escalando

Pablo González, participante en el Desafío Arraigo Teruel: "El Maestrazgo es El Dorado de la escalada, un sitio virgen y con mucha roca"

"Actualmente hay 250 vías para llegar y escalar, pero la zona tiene mucho potencial y podría contar con mil"
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Cruz Aguilar

Pablo González Arruego es graduado en Ciencias Ambientales y Master en Ordenación Territorial y Medioambiental por la Universidad de Zaragoza y ha participado en el proyecto Desafío Arraigo Teruel, conocido como Erasmus rural e impulsado por la Diputación de Teruel. Durante su estancia en el Maestrazgo ha realizado un informe sobre las vías de escalada existentes y la potencialidad del recurso en la zona.

-¿En qué consistió tu trabajo en el Maestrazgo?
-Hicimos un inventario sobre las zonas de escalada actuales y potenciales de cara a desarrollar un posible producto turístico.

-¿Conocía ya el territorio?
-Sí, la familia de mi padre es de Mirambel, iba de pequeñito, pero luego dejé de ir y estuve más ligado a Huesca.

-¿De dónde partía?
-Soy aficionado a la escalada y a todos los deportes al aire libre y básicamente el punto de partida era la imaginación que yo le echaba cuando veía los roquedales de Ladruñán, Castellote, Cantavieja… La visión de escalador te lleva a pensar que se pueden subir y, efectivamente, así es, a priori todo se puede escalar. Durante el trabajo ha habido descubrimientos muy buenos, de paredes y lugares muy interesantes para la escalada.

-¿Qué es lo que valora un escalador en un territorio?
-El Maestrazgo tiene mucho potencial, es un sitio que conserva ese ambiente salvaje, una naturaleza desbordante, tranquila y todo ello es algo que llama al colectivo escalador, disfrutar de esos parajes de forma tranquila y sin molestias. Geográfica y geológicamente Maestrazgo y Matarraña serían equiparables a la Sierra de Guara, que está muy desarrolla a nivel de escalada.

Lugares para escalar

-¿Y qué se ha tenido en cuenta a la hora de plantear lugares para escalar?
-En términos del propio trabajo lo que hemos priorizado es la cercanía a las escuelas de escalada actuales para seguir potenciando esos muros. Una escuela de escalada es un conjunto de vías que ya están equipadas, y ese ha sido uno de los criterios, que las nuevas tengan cercanía con respecto a algunos de los muros ya equipados porque se favorece la llegada de escaladores. Otro criterio fue la cercanía a municipios para la escalada revierta en la economía de los municipios. El Maestrazgo está lleno de paredes vírgenes, perfectas, pero si están muy alejadas no hay sinergias entre escalada y economía o sociedad, que es lo que se buscaba con el proyecto.

-¿Ha cuantificado las vías que hay y cuántas podrían abrirse?
-Las que hay se podrían multiplicar por tres, actualmente hay 250 vías abiertas y equipadas, para llegar y escalar. Son muy pocas, porque se podría llegar a las 1.000 tranquilamente o incluso a las 2.000 si no se tuvieran en cuenta la lejanía a los municipios o las restricciones ambientales.  El Maestrazgo es El Dorado de la escalada, un sitio virgen y con mucha roca.

-¿Los escaladores generan economía en el territorio?
-Sí, al final es un colectivo más y aunque a nivel de alojamiento la tendencia, y más con la pandemia, es moverse en transportes que permiten hacer la pernoctación, se trata de unos deportistas que celebran mucho estar en el monte en compañía y lo hacen en los bares y tiendas de la zona. Quizá a nivel de alojamiento no se nota tanto, pero sí en el gasto habitual, somos un colectivo que nos gusta involucrarnos en esas pequeñas localidades y consumir los productos de la zona.

-¿Qué se va a hacer con este informe elaborado para la Comarca del Maestrazgo?
-Está un poco aparcado, pero querríamos que se traduzca en un plan de gestión con todos los actores implicados en el proyecto, como ganaderos u hosteleros. La idea es consensuar, ver si hay un acuerdo y un interés general por parte de todos para sacar el producto adelante. Este proyecto tiene ese carácter innovador y se adelanta a los problemas que puedan surgir, involucrando a todos los actores implicados en la zona. El siguiente paso sería hacer mesas redondas para dar a conocer esta actividad y su potencial a la sociedad del Maestrazgo, porque hasta ahora no hay ese vínculo entre escaladores y vecinos.

Territorio

-¿Qué coste tiene impulsar esta actividad para el territorio?
-Habría que negociar, porque las vías se suelen equipar de forma altruista, por parte de los escaladores, que invierten tiempo y material, aunque si la comarca está interesada en desarrollar ese tema tiene que acompañar con una inversión, bien con material, bien contratando a un técnico deportivo que pueda abrirlas. Sería una forma de incentivar otro tipo de puestos de trabajo vinculados al territorio. Este proyecto responde a un producto innovador, aunque ya hay municipios que están invirtiendo dinero público para aumentar y mejorar las instalaciones de escalada. Es una inversión a largo plazo, porque la equipación dura quince años y atrae a gente de forma continua y durante todo el año.

-¿Es la Sierra de Albarracín un ejemplo de aprovechamiento turístico de la escalada?
-Justo ahora acabo de estar un par de días y de Aragón no he encontrado a nadie, pero sí de Noruega, Madrid o el País Vasco. Albarracín tiene un turismo masivo en verano, pero en invierno el turismo que prevalece es el escalador, los apartamentos, camping, restaurantes y bares se nutren de este público que va para muchos días y desde muchos sitios para y por la escalada. Es un destino mundialmente conocido.

-Allí la apuesta no ha sido del territorio sino de los escaladores.
-Exactamente, pero luego ha revertido en el territorio. En el proyecto del Maestrazgo cambia el paradigma y es la administración la que lo impulsa. Es darle una vuelta a ese proceso que tradicionalmente ha partido de los escaladores. En el Maestrazgo no hay tradición pero sí un gran potencial, se podría equiparar a los mejores sectores de Aragón.