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Raquel Egea, educadora ambiental de la empresa Nómadas: Raquel Egea, educadora ambiental de la empresa Nómadas:
Raquel Egea, en una visita a la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Káralom

Raquel Egea, educadora ambiental de la empresa Nómadas: "Nuestros abuelos vivían la sostenibilidad de forma real y tenemos que volver a ello"

"Los cambios son colectivos, pero la transformación tiene que ser personal, partir de cada uno"
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Cruz Aguilar

Raquel Egea es educadora ambiental en Nómadas, una empresa dedicada a la educación ambiental que recorre todo el territorio aragonés con el fin de sensibilizar a la población sobre sostenibilidad tanto en materia alimentaria como de consumo y reaprovechamiento.

-¿Qué acciones desarrolla Nómadas?
-Nuestro lema es sembrar conciencia ambiental y trabajamos la sensibilización ambiental en el concepto más amplio, desde gestión de residuos a conciencia alimentaria, pasando por el tema del compostaje o cómo evitar el desperdicio alimentario. Nuestro objetivo fundamental cuando hacemos una campaña de educación y sensibilización ambiental es mostrar al público que todo está relacionado y tenerlo en cuenta a la hora de hacer una compra. Es importante un cambio de hábitos, tenemos que transformar nuestras mentes para transformar nuestra vida, nuestra filosofía siempre es hacer pensar a las personas qué indican nuestros consumos en todos los sentidos, desde quién y dónde los han producido hasta los embalajes que usan.

-¿Es importante saber lo que comemos?
Por supuesto, hay que conocer dónde han sido producidos esos alimentos, quién los ha producido, de dónde vienen, si son locales, de temporada o ecológicos. Nuestra misión como consumidores es hacernos preguntas.

-¿Qué papel juegan los niños en esa concienciación alimentaria?
-Los niños son una pieza clave en el núcleo familiar y llegar a ellos es un efecto multiplicador porque podemos llegar a toda la familia a través de ellos.

-¿Cuáles serían los fundamentos para esa alimentación correcta tanto para el cuerpo como para el medio ambiente?
-Cuando hablamos de sensibilización a la hora de la alimentación trabajamos todo el ciclo de vida del producto, desde su origen a cuando lo tenemos en el plato, hacemos reflexionar dónde ha sido producido, con qué técnicas, si es en ecológico o no, qué significa ser ecológico, de dónde viene, las emisiones atmosféricas que tiene asociadas y  lo vinculamos  con el efecto del cambio climático. Además de hacer la reflexión damos herramientas y pasamos a la acción. Hay algunas cuestiones que son clave, a la hora de hacer la compra hay que hacer una revisión adecuada y una planificación, mirar la nevera y comprar solo lo que necesitamos, en los mercados debemos preguntar de dónde vienen esos productos y elegir preferentemente los que no estén envasados.

-El volumen de comida que tiramos porque no nos comemos es muy grande. ¿Cómo se puede evitar?
-Tirar comida representa malgastar agua y energía para producir un alimento que llega hasta nuestra casa y acaba en la basura. Algunas de las claves para evitarlo son planificar la compra con lo que realmente se necesite y tras comprobar lo que hay en nuestra nevera, también es importante aprovechar las sobras con creatividad.

Nuestros abuelos

-Todo lo que plantea es lo que hacían un poco nuestros abuelos.
-Sí, cuando hablamos de medio ambiente es volver a lo bueno que tenían antes porque vivían la sostenibilidad de una forma real, comían lo que había en su zona en temporada, iban con sus cestas a comprar y tenían las claves que ahora mismo desde la educación ambiental estamos reivindicando. Reeducamos para volver a lo que hacía mi abuela e incluso mi madre, porque tampoco hace tanto tiempo que teníamos estos hábitos más sostenibles y que hemos ido perdiendo con el afán de la comodidad y la rapidez, pero cada vez hay más personas conscientes de que ni es tan rápido ni es mejor para todos.

-¿Cómo han colaborado desde Nómadas con el Mercado Local y Agroecológico Norte Teruel que cada tercer jueves de mes funciona en Andorra?
-Nos llamaron para diseñar unos talleres de dinamización para diferente público y creamos la Ruleta de la Huerta, que es una ruleta con diferentes experiencias y preguntas, muy abierta, para poderse adaptar a diferentes públicos, tanto niños más pequeños como público adulto, tanto en grupos organizados como particulares por libre. Es una herramienta educativa muy versátil para utilizarla con diferentes personas. El Mercado Agroecológico es una experiencia viva, cada jueves que se realiza tiene un público diferente y este juego permite adaptarse porque acerca la realidad del mercado al consumidor, incluye preguntas para conocer productos locales, de temporada y de diferentes tipos de productores.

-Somos críticos con muchas cosas, pero la realidad es que el consumidor juega un papel importante en materia de sostenibilidad porque es el que elige qué compra y donde, ¿no cree?
-Sí, somos responsables en gran medida, pero tampoco todo recae sobre el consumidor final porque vivimos en un territorio muy disperso y no todo el mundo tiene posibilidades de elegir de todo. En una ciudad tienes más diversidad de opciones, pero en otras zonas las opciones se reducen y no solamente es una responsabilidad única del productor, sino que hay muchos agentes implicados. Sí tenemos que ser conscientes de que al final el que vende quiere vender lo que se compra y somos nosotros los que tenemos que comprar y demandar un determinado tipo de productos.

-¿Son importantes las pequeñas acciones pese a vivir en un mundo global?
-Son muy importantes, la transformación pasa por cada una de las personas, aunque vamos a tener un gran papel colectivo porque los cambios son colectivos, esos cambios los lideramos las personas y llegarán a las instituciones pero tiene que ser personal, una transformación de uno a uno, del colectivo y esa es la filosofía también de este Mercado Local y Agroecológico.