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Víctor Fernández Mora, arquitecto de restauración patrimonial: “La iglesia de Rubielos de Mora tiene una envergadura y una obra impresionante” Víctor Fernández Mora, arquitecto de restauración patrimonial: “La iglesia de Rubielos de Mora tiene una envergadura y una obra impresionante”
El arquitecto Víctor Fernández Mora

Víctor Fernández Mora, arquitecto de restauración patrimonial: “La iglesia de Rubielos de Mora tiene una envergadura y una obra impresionante”

“En el cambio de los pavimentos hemos encontrado graves daños provocados por la humedad”
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Víctor Fernández Mora es arquitecto del estudio “Negro sobre Azul”, que ha dirigido la restauración de la segunda fase de la iglesia parroquial y excolegiata Santa María la Mayor de Rubielos de Mora. En la segunda fase los trabajos de restauración se han centrado en el cambio del pavimento del templo muy afectado por la humedad. 

-¿Qué ha comprendido la segunda fase de la restauración de la iglesia parroquial de Rubielos de Mora?

-Nosotros nos hemos centrado básicamente en la recuperación de los pavimentos, su sustitución. Cuando nos encargaron el proyecto tenía dos partes. Uno era el estudio estructural de la iglesia y otro era su refuerzo y la reparación de los pavimentos que representaban varios daños por humedad, desprendimientos, desgate, ataques de xilófagos, etc. En el caso de la problemática estructural estuvimos estudiándola. También nos pasaron desde la Administración un par de informes que habían pedido redactados por una empresa y por la Universidad Politécnica de Valencia  y al final concluímos que sí es cierto que la iglesia había tenido movimientos en los últimos años, setenta u ochenta años, pero que esos movimientos estaban estabilizados. No suponían ningún tipo de riesgo. La iglesia estaba perfectamente estructuralmente.  En cuanto a los pavimentos sí que es cierto que encontramos una gran cantidad de daños de humedad, de baldosas desprendidas, levantadas por acción de la humedad. Las zonas que tenían tarima de maderas estaban desgatadas, con ataques de xilórganos. Sobre todo era el ataque de humedad porque estamos en un terreno de arcillas expansivas, que tienen una gran capacidad de retención de humedad y siempre acaban dañando. 

-¿Cuál ha sido la actuación de la restauración más en concreto?

-Hemos realzado una excavación de unos 30 centímetros en la nave central y de unos 70 centímetros en las capillas laterales. Posteriormente hubo una colocación de gravas. Una impermeabilización y la colocación de una solera para acabar con un pavimento de piedra de Calatorao con dos acabados diferentes. Lo que es el diseño del pavimento más o menos corresponde a los diseños que había y que hemos visto en fotografías históricas y que estaban antes. Es un diseño sencillo con cuatro cuadrados marcando la zonas de asientos y marcando sobre todo la vía sacra, que une el altar como el coro, así como el paso entre las dos puertas. A parte de esto hemos trabajado en los puntos singulares. Hemos abierto unas aperturas de ventilación perimetrales para evitar problemas de humedad en el futuro y garantizar que no se produzcan más patologías del mismo estilo. 

-¿Han aparecido restos arqueológicos?

-En la excavación nos han aparecido diversos restos arqueológicos tanto en la nave central como en las capillas, que se han recuperado siempre porque durante la excavación ha estado un arqueólogo supervisando. Se han clasificado. Todos los restos estaban descontextualizados. No se han encontrado ninguna tumba ni ningún resto que se pudiera identificar y han sido catalogados en su informe por el arqueólogo y clasificados la cantidad de restos que se han encontrado. Durante la excavación apareció además en una de las capillas la cripta de los marqueses de Villa Segura. Se pretende de alguna forma recuperarla. Esta zona quedó fuera de la actuación por su valor patrimonial y se está estudiando hacer una segunda intervención. Cuando se rehabilite la cripta la idea es guardar todos los restos humanos que se han encontrado formando un osario nuevo dentro para que de alguna manera todas las personas que quedaron enterradas en la iglesia sigan formando parte de ella. 

-¿Cuándo empezaron las obras?

-Las obras empezaron el 29 de septiembre y se terminarán el 26 de febrero. Ha habido una pequeña desviación pero que se contemplaba por la Administración debido a la cantidad de restos encontrados. Siempre se prevé cuando se hizo el proyecto que podían aparecer restos. La excavación arqueológica se ha ampliado más de lo que teníamos previsto. 

-¿Queda alguna fase más de restauración de la iglesia de Rubielos de Mora?

-Sí. En efecto. A parte de lo que he comentado de la cripta, se pretende restaurar las pinturas de las bóvedas y crear una instalación de iluminación nueva dentro de ella, aparte de reparar la torre y las puertas. 

-¿Su estudio se volverá a presentar al concurso para dirigir las obras de la tercera fase?

-Claro. Nuestra experiencia ha sido maravillosa. Es la primera vez que trabajamos en la zona en Teruel y en Aragón. La acogida ha sido genial por parte de todos, de la Administración, de la alcaldía, del párroco y de la empresa constructora y del arquitecto técnico. Ha sido una gran experiencia. Los honorarios que hemos recibido por esta obra han sido bastante adecuados, ajustados. Podemos decir que la Administración en cuanto a los pagos no ha tenido ningún retraso. Todo ha sido en orden y en fecha. 

-¿Qué es lo que más le ha gustado de la iglesia de Rubielos de Mora?

-El hecho de haber hecho un proyecto me ha obligado a estudiarla más. Lo que más me gustado es ir descubriendo todos los secretos que guarda. Hasta que no te pones a analizar piedra a piedra porqué se han colocado no empiezas a entender las pegas que tuvo el maestro de obras, en este caso Dambuesa. Esos pequeños arreglos en el replanteo que hace una pilastra esté muy bien tallada y la del lado menos. Pequeños detalles que te hacen descubrir cada rincón de la iglesia. Es la experiencia que mejor me llevo. También lo que es el edificio, la obra, que tiene una envergadura y un valor impresionante.